En el margen superior derecho de la página principal de este blog figuran mis aficiones y, entre ellas, aparece el padel. Estoy seguro que más de uno había pensado que lo que se dice muy aficionado no debía ser porque a estas alturas todavía no le había dedicado ni una entrada. Pero, como la actualidad manda...
Tengo la suerte de poder practicar este deporte una vez a la semana. Normalmente es el miércoles y he llegado a jugar días en los que el Sevilla también disputaba un partido, ya fuera de Copa del Rey, como de Champions o de la Europa League (extinta Copa de la UEFA). En otras ocasiones he sucumbido a la tentación y me he quedado en casa viendo el partido del Sevilla.
Empecé a jugar a padel hace unos 7 años, aunque no con la asiduidad con la que lo hago ahora. Como antes había jugado a tenis, no me costó excesivamente cogerle el truquillo al tema y empezar pronto a divertirme. Después, como en la mayoría de las cosas, toqué techo y desde hace ya un tiempo no noto ninguna progresión en mi juego, lo cual, dicho sea de paso, desanima.
Jugamos semanalmente desde hace un poco más de 2 años. Solemos ser los mismos y tenemos algún "recambio" para cuando uno de los cuatro, por el motivo que sea, no puede venir. Al principio cambiábamos casi cada semana de pareja. Sin embargo, al cabo de un tiempo, decidimos hacer unas parejas habituales. Esto tiene su gracia porque vas compenetrándote con tu compañero y vas observando y analizando el juego de los contrarios. Después de dos años jugando así, decidimos cambiar las parejas y ahora juego con J., amigo mío desde que teníamos unos 13 ó 14 años. La otra pareja la forman O. y X.
J., mi compañero, es quien reserva la pista. Como existen unas reglas para reservarla, ahí tienes al bueno de J., reloj en mano, esperando a que sea no sé qué hora para poder darle al botoncito del ordenador, pues la reserva se hace a través de este medio o por sms. Según me ha comentado alguna vez, existen una serie de trucos, como son lanzar el sms un poco antes de la hora establecida porque así llega en el momento oportuno. Otro es reservar la pista nº 6 porque todo el mundo empieza por la nº 1 (el cerebro que lo tenemos así de ordenado). Estamos muy agradecidos a J. por su dedicación y esmero.
O. es más largo que un día sin pan. Mide casi 2,00 metros y, claro, cuando sube a la red, cuesta un poco hacer un globo para pasarle. Ha sido mi compañero durante los 2 primeros años.
X. es el último de los participantes y su progresión ha sido espectacular. Es un auténtico maestro de las dejadas. Hace casi dos meses le operaron de la rodilla y no se prevé su vuelta a las pistas hasta dentro de un tiempo.
Solemos jugar a las 21,30 h y, aunque en verano es muy agradable, en invierno hay que tener un plus de valor para enfrentarte a las bajas temperaturas. la parte positiva de jugar en invierno es que puedo lucir mi sudadera del Sevilla que, aunque tenga ya no sé cuantos años, parece intemporal, no como las camisetas del primer equipo, que enseguida quedan obsoletas.
La verdad es que lo pasamos muy bien y descargamos tensión de la semana. Es uno de los momentos que todos esperamos con ganas.
Hace unos años jugué unas cuantas partidas de paddle, y ví que era un deporte apto para quienes no somos grandes deportistas ... a ver si vuelvo a intentarlo, porque ultimamente ando muy pegado al sillón.
ResponderEliminar...lo he puesto en la lista de propósito, esa que queda en eso, propósitos, anduve jugando una época, me falta coordinación. Buen Finde!!!
ResponderEliminar