jueves, 27 de junio de 2013

El infierno

Se dice que nadie ha visto el infierno. O sí, creo que a algunos santos se les permitió esta visión y quedaron aterrorizados. Pues no sé si a mí se me ha permitido "gozar" de esta experiencia, pero lo cierto es que lo he visto estoy viendo. Y no es como yo me lo imaginaba después de haber leído "La Divina Comedia" de Dante. O sí. Quizá sea el mismo, pero ... actualizado. No he visto a Cancerbero ni a ninguno de aquellos personajes que el autor nos describe en su obra, pero sí a otros.

Como a estas alturas de la entrada más de un@ se estará preguntando qué demonios (nunca mejor utilizado) le pasa a Paterfamilias, os lo contaré: el infierno no es un lugar, es un espacio de tiempo (sí, ya sé, habrá quien diga que el tiempo es intangible y que, en realidad no existe, pero os aseguro que no es así) que transcurre desde que acaba el curso escolar hasta que empiezan las actividades a las que cualquier padre y/o madre apunta a sus hijos mientras no llegan las vacaciones. En nuestro caso, los tres pequeños (Q., JP y S.) están apuntados a un Curso de Verano en el propio Colegio (en otros sitios lo llaman Campus, Esplai ...) y los tres mayores en la Escuela Oficial de Idiomas. Ma. matriculada en alemán, P. en francés y Mi. en inglés.

Bueno, pues ninguna de estas actividades empieza hasta la semana que viene. Mientras tanto, A. y yo trabajamos, por lo que os podéis hacer una idea del panorama que hay en casa ... y al que no se lo imagine, decirle que eso es lo más parecido al infierno.

Tienen encargos y, más o menos, los cumplen ... aunque a su manera. Ayer, por ejemplo, P. tenía el encargo de tender la ropa. Yo había puesto una lavadora y su encargo consistía en que una vez hubiera finalizado el lavado, la tendiera. No creo que exista ninguna dificultad en esta tarea, ¿no? Pues sí, o al menos para él. Cuando llegué a mediodía P. no estaba, comía fuera (esa es otra) y pregunté si había tendido la ropa. Me dijeron que sí. Me asomo a la terraza y veo que, efectivamente, la ropa está tendida, pero noto algo raro: los calcetines siguen sucios. Me acerco, toco la ropa y ... está seca, sospechosamente seca. Mis sospechas se agigantan y decido ir a ver la lavadora. Y allí estaba ella con sus lucecitas encendidas y con el cajetín lleno de jabón y suavizante. P. había tendido la ropa antes de que se lavara. Hoy repite encargo y, espero, que lo haga bien.

Ma. se encarga de la comida y suerte que lo hace ella, si no no sé si a estas alturas ya habríamos muerto de inanición.

Hoy toca algo de plancha. Ya sabéis, si veis a alguien por la calle diciendo que la arruga es bella, es uno de nosotros.

Quizá exagere un poco, pero no os podéis imaginar las ganas que tengo de que empiecen ya esas actividades y todo vuelva a la "normalidad". Tendrías que ver la facilidad que tienen para tumbarse en el sofá. Cuando llego a casa, no os creáis que disimulan, ¡qué va!, allí me los encuentro, en posición horizontal y más tranquilos que un pistacho sin raja.

Habrá quien diga que eso no es el infierno, que eso es, a lo sumo, el Purgatorio. Pero no, el Purgatorio lo he vivido la última semana con una guardia de detenidos muy densa, una clase que debía dar y algún plazo procesal que se me acababa, pero eso ya lo contaré otro día.


jueves, 20 de junio de 2013

Ha nacido una estrella

De todos es sabido la irrefrenable tentación que todo padre de familia (con un blog) tiene de escribir sobre los piojos de sus hijos. Sí, sé lo que estáis pensando y para mí también ha sido una novedad. Está claro que no vivimos en este mundo, mira que sorprendernos por esto ...

Pues nada, que aquí estaba yo pensando sobre qué podría escribir (una vez descartado hacer una segunda entrega sobre los piojos de los niños), cuando se me ocurrió que podría contaros que ayer fuimos al teatro... ¡Anda!, Paterfamilias se ha vuelto intelectual y ahora va al teatro. ..No, no seáis tan mal@s conmigo, se trataba de una función del colegio de los niños, pero no una función cualquiera (claro, como era del colegio y seguramente actuaba alguno de tus hijos ...), sino una en la que actuaba P.

Resulta que a principios de curso (cuando uno está dándole vueltas a la cabeza pensando en el número de posts que publicará sobre los piojos de los hijos), nuestro hijo P. decidió coger como optativa una asignatura que se llama "Teatro". No hace falta ser muy listo para adivinar la temática de la asignatura, ni muy perspicaz para entender mi sorpresa-enfado por haber dejado "Francés" para coger "Teatro".

Se trataba de una representación sobre una obra escrita por el profesor de la asignatura y situada históricamente en Roma, exactamente 70 años dc (no es que ya existiera, que podría ser, la mitad del famoso conjunto musical, sino que significa "después de Cristo"). El título, "Una de romanos" y el papel desempeñado por P. el de un esclavo huido junto con cuatro compañeros más ... No os cuento más porque cuando hagan una gira mundial no iréis a verla porque ya os la sabréis.

La cita era a las 20 horas en el Auditorio de la ciudad en la que se encuentra el colegio (no penséis que era la típica obra de fiesta colegial representada en un piojoso (ops) escenario. No, ¡qué va! Y allá que nos fuimos A. y yo, con sus padres, una hermana de A., Ma. y una amiga suya y S. También vino mi hermana L. (madrina de P.) con una de sus hijas. Mi, Q. y JP ya habían visto la representación con los compañeros del colegio y además, alguien tenía que quedarse en casa, ofreciéndose Mi. como voluntario muy amablemente.

Una vez sentados en nuestra butaca y mientras esperaba que empezara la obra, me dediqué a lo que se dedica cualquier padre de familia: a observar las cabezas de niños allí presentes y a intentar calcular el número de piojos que podían haberse dado cita en el Auditorio, ya sabéis, ¿qué os voy a contar?, ¡a lo que se dedica cualquier padre de familia en cuanto tiene un momento ocioso!

Cuando por fin llegó la alcaldesa empezó el espectáculo. Uno de los primeros en salir a escena fue P.. Vestido (¿vestido?) como un esclavo y de los primeros en pronunciar las primeras frases de la obra. Mi primera sorpresa fue oír a mi adolescente hijo y entenderlo. Supongo que es la edad, pero no os podéis imaginar la velocidad y el nulo esfuerzo por vocalizar que tiene su discurso normalmente, de ahí que esa fuera mi primera y grata sorpresa.

A tenor de los aplausos del público, podríamos calificar la obra como un éxito rotundo, pero hay que ser conscientes de que la mayoría del respetable (¿puede calificarse así al público si tenemos en cuenta que también había niños y probablemente con piojos?) eran familiares de los actores.

Me gustó la actitud de P., las ganas que ponía en su papel, lo que ha disfrutado durante los ensayos y el compañerismo que ha existido entre todos los participantes. El profesor y director del espectáculo estaba exultante con el resultado y así nos lo hizo saber cuando fuimos a felicitarle.

Y para acabar, un pequeño juego. Para los habituales de este blog resultará muy sencillo, pero se trata de averiguar quién es P. en la foto que encabeza esta entrada. Está tomada en el momento en que todos los participantes salieron a saludar una vez finalizada la representación. Existe un elemento por el que fácilmente podréis reconocerlo.

Ah, una pista, no tiene piojos ;-)

Nota.- Esta tarde tenemos un acto académico de gran nivel: la imposición de medallas de S. que ya ha acabado nada más y nada menos que P5

lunes, 17 de junio de 2013

Entradas costumbristas: los piojos

Ni yo mismo era capaz de imaginarme que dedicaría más de dos entradas en este apartado (también es cierto que, apurando un poco, cualquier entrada puede entrar aquí). Bueno, todo sea para que el reposo de MadreYMas sea más llevadero.

Todo el mundo sabe de la existencia de los piojos, pero lo que pocos saben yo no sabía es la diferencia tan grande que existe entre la leyenda y la realidad o, dicho de otro modo, la visión que uno tiene de niño y la que ya de adulto tiene al respecto. Esta vez, para entenderlo mejor, trataremos sobre algunas de las mayores mentiras de la humanidad en este tema, que no son baladíes (¡ahí va!, Pater ha escrito "baladíes"). El tema, no creáis, no es sencillo, la doctrina no es pacífica al respecto. Y es normal, pues solo de piojos se cuentan en más de 3.000 las especies existentes (o eso dice Wikipedia, que dice que incluye 3.250 especies). Otro día, por cierto, hablaremos de eso de las especies de animales, plantas, insectos, etc. ¿Quién las numera? ¿Por qué son 3.250 -un número tan redondo- y no 3.247?.

Va, ahora sí, allá van las mentiras más gordas de la historia en relación con los piojos:

- Los piojos son de temporada: Como la fruta, la mayoría de los insectos o la declaración de la renta. Mentira cochina. O la memoria es muy selectiva y antes existían en determinadas épocas del año o ahora han mutado y son capaces de aclimatarse a cualquier estación del año (por favor, agoreros del cambio climático, absteneos de cualquier comentario al respecto ... o no).

Tengo la sensación de que en casa ha habido piojos en cualquier época del año, aunque sin hacer un estudio detallado puedo concluir que con el calor proliferan más.

- El tratamiento que funciona es el champú de farmacia. No es cierto. Quizá antes, cuando era pequeño era así. De hecho los de mi generación recordaréis perfectamente la marca de aquel champú que acababa con los piojos y que se anunciaba por la tele. Es más, recordaréis (y tararearéis al leer esto) la canción de esa conocida marca. Ahora, sin embargo, en las farmacias (y en supermercados) existen multitud de tratamientos contra los piojos.

Es cierto también que hay marcas blancas que no son buenas para los piojos. O al revés, para los piojos sí son buenas, tan buenas, que no solo no acaba con ellos, sino que les da una calidad de vida ....

En casa, que ya hemos probado de todo, tenemos dos sistemas infalibles: el primero de ellos se trata de rociar la cabeza del arrendador de piojos con abundante alcohol (se acepta vinagre) y pasarse unas cuantas horas (solemos hacerlo de noche y duermen así) con la cabeza tapada con uno de esos gorros de ducha de plástico. Mueren seguro. Lo que me extraña es que no muera también el cuero cabelludo, pero bueno. Sé que la imagen es tétrica, yo mismo llegué a gritar de miedo una vez que A. salió de la ducha con su albornoz pero olvidó quitarse ese gorro. Todavía tengo pesadillas.

El segundo de los sistemas es con un champú especial (no recuerdo el nombre) y los días posteriores hacer un seguimiento poniendo una única gota en la cabeza del niño de no sé qué producto que hace que se mantengan alejados.

- El tener piojos es sinónimo de suciedad. No sé vosotr@s, pero cuando yo era pequeño lo asociaba a eso y me daba mucha vergüenza tener piojos por lo que podía pensar la gente. Ahora (no sé si ese "ahora" significa en la actualidad o que ya somos mayores) sabemos que es un tema de ph de la piel y, como en casi todo, los hay más propensos que otros para tenerlos.

Sin embargo, tras una concienzuda observación a lo largo de los años (tengo multitud de libretas llenas de anotaciones sobre mis observaciones) puedo adelantaros -atención, es una primicia mundial- que no solo es determinante el ph, sino que ... ¡los calvos no tienen piojos!. Sí, ya lo sé, no sé por qué (está todavía en fase de estudio, pero la conclusión es clara: 10 de cada 10 calvos analizados no tenían piojo.

- Los piojos no sirven para nada. Otra de esas mentiras históricas contra las que hay que luchar. ¿Cuántos de nosotros no conoceríamos la palabra "liendre" si no fuera por estos pequeños animalitos? ¿eh?

- Los piojos pican una barbaridad. He llegado a la conclusión de que esto debe ser como el ph, habrá quien no pueda soportar el picor y quien no note nada. De hecho, a uno de nuestros hijos le hacemos el tratamiento "cuando toca" porque si por él fuera, no se lo haríamos nunca. A él le he sacado los piojos más grandes, tan grandes que había que matarlos con la zapatilla.

Y para acabar, el gran tema de los piojos: la denodada lucha de la industria farmacéutica para evitar su desaparición y perder así pingües beneficios en la venta de tratamientos contra esa plaga. ¿Cuántas veces hemos oído eso de que hay gente que va por los colegios con cajas (o bolsas) llenas de piojos para esparcirlos por allí? Lo siento, siento deciros que no he tenido tiempo para investigar sobre ello y que, aunque el tema merezca dedicación, no pienso perder ni un minuto de mi tiempo en averiguarlo. Eso sí, si alguien lo hace, le agradeceré que nos comunique -si quiere, claro- el resultado de su investigación.

Pido disculpas a aquell@s a l@s que la lectura de este post les haya llevado a rascarse compulsivamente la cabeza.

jueves, 13 de junio de 2013

El tiempo pasa para todos

No sé si os ha pasado a vosotr@s eso de (re)encontraros con alguien al que hace mucho tiempo que no ves y pensar (siempre para tus adentros, nunca exteriorizarlo) ¡cómo ha cambiado!. Sí, es una de las características del paso del tiempo. Sin embargo, es muy probable (vamos, seguro) que esa persona haya pensado lo mismo al vernos a nosotros. En definitiva, que el tiempo -aunque no os lo creáis- pasa para todos.

Tras haberos manifestado esta verdad universal, iré con la segunda de ellas: las consecuencias del paso del tiempo no son iguales en todo el mundo. Como casi siempre, con unos cuantos ejemplos se entenderá mejor. Vamos a ver estas grandes verdades de la humanidad con personajes conocidos por la mayoría del gran público para constatar eso, el paso del tiempo:

1) Hay gente guapa o muy guapa:


Brigitte Bardot en su época de esplendor

Sin embargo el tiempo pasa y ... no perdona. Oiga, que es que yo era guapa, bueno ... muy guapa y ... Lo siento, pero ej lo que hay. Y entonces aparece la actual Brigitte Bardot:


No se ha usado el photshop

Otros también son agraciados con un buen físico y -como no lo es todo- consiguen un papel destacado en una serie de televisión (si además tuviera talento artístico, habría tenido alguna oportunidad en la gran pantalla):


Dirck Benedict cuando era uno de El Equipo A

Pasa el tiempo y ... sí, le llega su oportunidad para actuar en la gran pantalla. Le llueven ofertas para protagonizar películas de terror ... bajo una máscara ... o quizá no haga falta:


Ahora ya no es uno de El Equipo A


Pero no os creáis, todavía puede ser peor. Hay gente que ya es fea porque ... no sé por qué:

Pedro Reyes, un ... ¿"humorista"? con un peculiar sentido del humor
Pasa el tiempo y ... como ya era feo de por sí, no creo que la madre naturaleza se haya cebado con él (además, es muy difícil ir a peor). Difícil, puede ser, pero no imposible. Aquí tenéis al actual Pedro Reyes:

Yo creo que esta expresión ha sido captada cuando se miraba al espejo

Alguno pensará que estoy siendo un poco cruel y para demostraros que no es así, pasaremos a los casos (muy raros) en los que el paso del tiempo ha actuado ... no, no ha actuado:

Jordi Hurtado, el eterno presentador de "Saber y Ganar"
Hay más casos:

Como podéis comprobar, no solo Jordi Hurtado es inmortal,
parece que Enrique Iglesias sigue sus pasos


O Will Smith
Y ahora, sin más preámbulos, pasaremos a esos casos, no ya extraños, sino excepcionales, que se escapan al razonamiento humano y ... no, no estoy hablando de "El increíble caso de Benjamin Button", pero podría ser parecido:

Hilario Pino en la actualidad


Hilario Pino hace unos años
Yo no lo conozco personalmente, pero si fuera el caso, no me extrañaría recibir, dentro de unos años, una carta invitándome a su Primera Comunión.

Está claro, que la evolución de Hilario Pino no puede ser otra que ésta:

Esperaremos impacientes

Para aquell@s que sigáis pensando que soy un exagerado y que "ya me gustaría verte a ti", pues ... haré una excepción y, saltándome mi propia regla de anonimato, publicaré una foto mía de hace unos años ... unos cuantos años:

No solo tenía cara de buen niño, lo era
Va, Pater, no te enrolles tanto y pon ahora una foto actual. Vaaa, ¿a qué no hay? No quieres que veamos cómo te ha castigado el paso del tiempo, eh. Claro, está muy bien eso de meterse con los demás y no mirarse a uno mismo... Tranquil@s que ahora voy.

Efectivamente, el paso del tiempo también ha pasado para mí y ha dejado su huella:

Para los envidiosos deciros que no, que la piscina no es mía.
Estaba en casa de unos amigos





lunes, 10 de junio de 2013

Historias del SOJ

Unas cuantas entradas atrás ya os comenté que desde hace un tiempo presto mis servicios en el SOJ (Servicio de Orientación Jurídica), que básicamente es un servicio que presta la Administración (la Generalitat de Catalunya en este caso) y que consiste en el nombramiento de abogado de oficio -si es el caso- para llevar un asunto concreto.

Como os podéis imaginar, esto da para mucho y las historias que allí se suceden son de lo más variado. Algunas -muchas por desgracia- son tristes, otras divertidas, absurdas, increíbles ...

Hoy, por ejemplo, ha venido una mujer que venía acompañada de otra (llamadme sagaz, pero cuando veo ese cuadro, ya me imagino el tema) y, efectivamente, quería ...Os cuento:

Cuando ya nos hemos saludado, le he pedido su DNI y he introducido unos cuantos datos en el programa, les suelo decir "Vd. dirá"

S (señora): Quisiera separarme

Cuando dicen esto (de verdad que no es la primera vez que me pasa), suelo contestar con una pregunta

Y (yo): ¿Separarse o divorciarse?

S: Es lo mismo, ¿no?

Y (dejando la ironía a un lado): No, señora, no es lo mismo. La principal diferencia es que, mientras con la separación sigue vigente el vínculo matrimonial, con el divorcio, no, se extingue

Quizá debería cambiar la explicación porque me quedan dudas acerca de si lo han entendido o no. La mayoría de las veces, tras un silencio prolongado acompañado de una cara de espanto, suelen añadir "O sea, que es lo mismo"

En ocasiones acabo diciéndoles aquello de que "Si Vd. se divorcia puede volver a casarse por lo civil, si se separa, no, porque la bigamia todavía no está reconocida en España" Alguna sonríe. En alguna ocasión -muy pocas- les he hablado de la nulidad canónica, pero si no entienden lo anterior, imaginaos esto.

Otra mujer que ha venido hoy estaba muy desorientada y me ha entregado un informe de la Oficina de Atención a la Mujer de una población cercana que decía que se le nombrara un abogado de oficio para interponer un divorcio y unas medidas provisionales y otro informe psicológico de su hijo elaborado por un hospital de Barcelona. En este informe se hablaba de un más que posible episodio de abusos a su hijo menor por parte de un tío (hermano del marido de esta mujer). Como la he visto muy perdida, y tras asegurarme que el padre no era sospechoso de ese asqueroso delito, le he explicado que son dos temas diferentes y que en el de su hijo ya estaba interviniendo la Fiscalía de menores. Por desgracia no es la primera vez que me encuentro con una situación así.

Un chico joven quería que se le nombrara un abogado de oficio para reclamar una cantidad de dinero a un arrendatario que se había ido del piso arrendado sin pagar muchas cuotas y dejándolo destrozado (se habían llevado hasta la instalación eléctrica y de agua), además de haberlo subarrendado sin tener autorización para ello. Aunque no os lo creáis, la Administración no nombra abogado de oficio a aquél que pretenda instar un procedimiento de desahucio porque al tener un inmueble en propiedad, entiende que tiene medios suficientes para costearse un abogado particular. Como norma general puede estar bien, pero para éste (y otros muchos casos), no, pues este chico, para poder pagar la hipoteca, alquiló el piso de su propiedad y se fue a vivir con sus padres. Está en el paro y no percibe prestación alguna.

Un señor venía en nombre de su madre, que tiene 93 años, porque hace unos meses fue a una tienda de cocinas a comprar una vitrocerámica. Como no tenía ni idea de cómo funcionaba, llamó a la tienda y éstos le enviaron un técnico de la marca de la vitro. Aunque estaba en garantía, comprobó que no existía ningún defecto, por lo que únicamente se limitó a explicarle cómo funcionaba. Ya le han enviado 5 cartas desde el departamento de morosos de no sé qué empresa reclamándole 43,98 €. De vergüenza.

Otro ha venido para ver qué podía hacer con un tema con el que lleva ya varios meses. Resulta que alguien manipuló su tarjeta de crédito y con ella compraron 3 billetes de avión a Sudáfrica y algunas "chucherías" más. En cuanto vio el cargo, se puso en contacto con su oficina bancaria, anuló la tarjeta y, siguiendo instrucciones de su Banco, denunció los hechos ante la policía. El banco no se hace cargo porque, al parecer, este hombre facilitó todos esos datos en contestación a un correo electrónico recibido (no sé vosotros, pero yo cuando veo determinados phising pienso que nadie puede caer en esas trampas) y, al tratarse de una negligencia por su parte, ellos no se hacen responsables. La pelota está en el tejado del Banco de España que, cuando tenga a bien, resolverá sobre esa queja. Los billetes los sacaron a través de una agencia de viajes de un conocido centro comercial, quien le ha devuelto solo una parte del dinero alegando que es lo que ellos habrían ganado con la operación. Y aquí me pregunto yo, ¿si le devuelven una parte, aunque solo sea una parte, es porque asumen su culpa, no? Además, si no estoy equivocado, alguna culpa tendrán cuando han sido capaces de vender unos billetes de avión sin tomar las más elementales precauciones como identificar al comprador y, sobre todo, pedirles esos 3 últimos numeritos de una serie que aparecen en el reverso de una tarjeta de crédito. Lo he mandado al Juzgado de guardia a presentar una denuncia porque la policía archivó las actuaciones.

Pues nada, éstos, junto con otros más normalitos, han sido los asuntos de esta mañana en el SOJ. Como veis, aburrirme, lo que se dice aburrirme, no.

miércoles, 5 de junio de 2013

Entradas costumbristas: el resfriado

Tras el éxito arrollador de mi anterior entrada, que mereció los comentarios de Drew y Sara M. (lo siento, hasta que no te abras un blog, creo que no podré enlazarte), además de uno que ya me he encargado de eliminar porque era ni más ni menos que del mismísimo Jack el Destripador (no sé, es el primer nombre de psicópata inglés que me ha venido a la cabeza), he pillado la indirecta e intentaré volver a entradas como las de antes.

Hoy volvemos con las entradas costumbristas que, aunque un poco forzada en este caso, tratan sobre temas más habituales y cotidianos. El tema a tratar no es otro que el resfriado (o la alergia, que ya no sé) y cuyos síntomas son:

- Goteo (cuando no chorreo) nasal constante.

- Irritación del tabique nasal en su parte interior (esto suele darse por el uso sin descanso del pañuelo)

- Estornudos habituales (en mi caso, estruendosos, en confianza o disimulados, en público. No, no hay término medio)

- Llorar como una magdalena (para que lo entienda "Jack, el Destripador", Cry as a muffin)

- Tos (de perro)

- Voz de ultratumba

- Dolor de cabeza (algunas veces, las más)

Yo era un tipo normal, con sus dos resfriados anuales hasta que a la tierna edad de 14 años (más o menos) decidí prescindir de una prenda como la camiseta interior. Demostrado estaba que cada vez que llegaba el buen tiempo y dejaba de usarla, con esas bajadas bruscas de temperatura propias de la estación, cogía un resfriado.Al cabo de un tiempo, ya con 23 ó 24 años, volví a tener un resfriado primaveral anualmente. Sin embargo, una vez oí hablar de las alergias primaverales, descubriendo que las hay de todo tipo y pelaje (polvo, ácaros, olivo, polen ...) Convencido de que lo mío era una alergia, se me ocurrió ir al médico para que me sacara de dudas. Cuando llegué con mi cara como la de aquel al que le han dado una paliza, llorando y moqueando, me dijo que no podía hacerme las pruebas, que éstas deben hacerse cuando uno no tiene alergia porque distorsionaría los resultados. Hablando de resultados, ¿sabéis cuál ha sido el resultado? Pues que todavía no he ido a hacerme esas pruebas. Cuando estoy bien ni me acuerdo y cuando estoy fatal no debo ir.

En mi caso, esa alergia suele durar 3 días, no más. Día y medio por fosa nasal y ojo. Me explico, el primer día y medio goteo y lloro por la fosa nasal izquierda y el ojo izquierdo, después se pasa al derecho y dura ese mismo periodo. No tiene más, pero es de las cosas más incómodas que recuerdo. Además, no se sabe por qué, suele coincidir con algo no habitual (una vista, una sesión de lo que sea, una reunión importante) y que hace que sea todavía más incómodo.

Como soy un tipo simpático y generoso a la vez, aprovecharé esta entrada para daros una serie de consejos (nada extraordinario para algunos, novedosos para otros) para enfrentaros a estas situaciones:

- Usar pañuelos de celulosa: Es mucho más cómodo e higiénico (eso de guardarte en el bolsillo un trozo de tela empapado en miasmas se me hace difícil de tolerar) y evitarás malos entendidos. Me explico, hay quien dice que con los pañuelos pasa como con los abanicos, que existe un lenguaje soterrado. Imaginaos por un momento que en pleno resfriado (o alergia) sacas el pañuelo para sonarte la nariz y, al tener una mano ocupada, lo haces con la otra y, sin darte cuenta, estás enviando un mensaje a otra persona, la cual, lógicamente, interpreta aquello que tú -ni por asomo- pretendías decir. un lío, vamos. Con los de celulosa eso no pasa.

- No sonarse la nariz de manera que todo el mundo sepa que lo hemos hecho: De verdad, aunque alguno no se lo crea, es posible hacerlo con muy poco ruido y con un resultado igual o mejor que haciéndolo escandalosamente. Por supuesto, si estáis en el teatro, la ópera, una conferencia, etc, aprovechad, dentro de lo posible, esas pequeñas pausas que siempre se dan.

- Por supuesto, no mirar el pañuelo después de cada uso: ¿Qué esperáis encontrar?

- Evitar, en la medida de lo posible, sitios cerrados:  Si corre el aire, si el ambiente está ventilado, estaréis (y estarán)  mucho mejor.

- No sorber: Ya me entendéis. Ésta, es una de las cosas que peor llevo. Aquellos que inconscientemente (es ya un tic) sorben constantemente, me cuesta tolerarlos.

Bueno, creo que por ya está bien. Os he contado una cosa que me pasa de vez en cuando y además os he dado unos briconsejos. ¿Qué más queréis?

martes, 4 de junio de 2013

Un finde tranquilo

Éste ha sido, por fin, un fin de semana tranquilo.El sábado por la mañana, después de acompañar a P. a la estación de Sants para coger el AVE dirección Sevilla, nos fuimos a Ikea a comprar unos marcos para el despacho. Después recogimos a Ma. en el cole adonde había ido a examinarse de inglés y por la tarde estuvimos en el despacho colgando cuadros. Enmarqué mi título (no sea que alguno de mis selectos clientes dude acerca de mi titulación) y busqué en internet imágenes de grabados para los otros marcos. Me ayudó A., los imprimimos y aquí tenéis el resultado:


Título, grabados y dos cuadros que tenía en casa

Mi mesa
El sábado anterior había estado en el despacho con P. pintándolo y como podéis comprobar usé dos colores que tenía por casa. Concretamente el tono "Orégano", que es el verde y el -atención- "Barro de río". El primero lo habíamos usado para pintar una parte de la cocina y el otro era -en un primer momento- para el comedor, pero al empezar a pintar, el pánico se apoderó de nosotros y sirvió solo para pintar los radiadores. Lo que sobró, lo utilicé para pintar parte del despacho, que originariamente (hay que decirlo) era de un amarillo canario muy, pero que muy feo.

Estoy especialmente satisfecho con el resultado obtenido con los grabados, pues la apuesta era arriesgada. Eso de buscar unas imágenes en internet e imprimirlas resultaba osado por el resultado que podría obtenerse. Al final no ha quedado del todo mal. Claro que eso solo puede hacerse con grabados, no con cosas más complicadas.

Mi conciencia me dice que me estoy enrollando con tonterías y que el objeto de la entrada era el fin de semana, no mi despacho, así que seguiré con el guión previsto.

Decía que el sábado por la tarde lo dediqué a eso. Después, en casa, pude seguir (a través de internet) el final de la temporada futbolísitica, donde el Sevilla nos obsequió con una victoria dejando sin poder participar en la Champions al Valencia. Lo siento.

El domingo por la mañana estuvimos en el colegio de los niños participando en la catequesis de la Primera Comunión de JP, que, si Dios quiere, la recibirá el curso que viene. Ya que teníamos que ir al colegio, se aprovechó para quedarnos allí a comer junto con los padres de esa clase. Como uno de los niños celebraba ese día su cumpleaños, sus padres tuvieron la idea (gran idea) de invitarnos a los demás a un aperitivo, la bebida y el postre. Lo pasamos muy bien hasta que alguien tuvo la siniestra idea de jugar un partido de fútbol "padres contra hijos" (¿quién inventó esto?). Ya os podéis imaginar cómo empiezan y, sobre todo, cómo acaban estas cosas. En un lado unos cuantos padres y en el otro 100.000 niños dispuestos a darlo todo. El primero en montar el numerito fui yo. Un niño tenía la pelota y me puse delante de él para intentar quitársela, hizo un quiebro, giré yo también y ... vi mis pies volando y todo mi cuerpo se estampó contra el suelo, cayendo de espaldas. ¿Qué había pasado? Pues nada, que un niño pequeño, el hermanito de uno de los que jugaba, pensó que lo mejor era montar en su moto de juguete en medio de la pista donde se disputaba el partido. Estaba detrás mío y, sin querer (tengo mis dudas) me hizo una muy buena zancadilla. Todo el mundo (yo también) dedicamos toda nuestra atención al mocoso, mientras yo sufría en silencio mi dolor.

Pero eso no quedó ahí, qué va. Al rato, un padre muy entusiasta en su juego (tenías que haberlo visto apartando niños con los brazos cuando llevaba la pelota) sufrió un pelotazo en la cara. Sus gafas (aquién se le ocurre jugar con gafas de sol) salieron despedidas en dos trozos y su ojo empezó a ponerse rojo del impacto. Aprovechó la coyuntura para retirarse. Al poco, otro padre, en un intento de control del balón, lo pisó y fue a parar al suelo. Resulta impactante ver caer al suelo a un tipo de algo más de 2 metros. El resultado fue que el tobillo empezó a hincharse de manera que parecía que tenía una pelota de ping pong alojada allí, después el tamaño era del de una de golf y no sé si llegó a más porque decidimos aprovechar para irnos.

Poco después de llegar a casa, me fui a recoger a P. que volvía de Sevilla. Había ido a ver el último partido que Palop disputaba con el Sevilla.

Ayer lunes, al levantarme, noté unos dolores impropios para mi actividad habitual. La caída había dejado secuelas.