La conocí hace ya 21 años. Estaba convencido que era muy buena, pero, con el paso del tiempo, me demostró que estaba equivocado: no era muy buena, era la mejor.
Todo el mundo sabe qué es lo que le enamoró de la otra persona. Unos dirán que fue su mirada, otros su boca, sus manos, su simpatía (no entraremos a analizar qué significa que de una mujer se diga que es simpática, todos lo conocemos), su ... Yo -lo reconozco- no sabría decir qué me enamoró de ella, pero no lo sé porque no fue una cosa concreta, ¡fue toda ella la que me enamoró!
Con el paso del tiempo hemos formado una familia que, gracias a Dios, fue creciendo poco a poco (llega a ser de golpe y os aseguro que ahora no estaría aquí escribiendo esta entrada). Poco a poco, pero sin pausa.
Primero llegó nuestra hija Ma., después lo hicieron nuestros hijos: P. Mi., Q., JP y S.
Uyyy, os dejo que llega la hora de las cenas.
Ya seguiremos
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