lunes, 29 de agosto de 2011

Mascotas

Imagino que debe ser habitual en la mayoría de familias en las que hay niños. Tarde o temprano, llega un momento en el que te piden tener un animal, una mascota.

No soy muy de animales. De pequeño me gustaban y disfrutaba cogiendo todo bicho que se moviera. En una ocasión llegué con un gato pequeño, otra vez con un conejo. Tuve hamsters, cobayas, tritones, culebras ... Lo que nunca tuvimos fue un perro, un gato o un canario, que en aquella época eran las mascotas más comunes. En cambio, años antes de casarme, mi hermana regaló una gata siamesa a mi madre que, no sé por qué, se saltó todas las "normas" establecidas y consiguió quedarse en casa hasta que murió hace poco más de un año.

Bueno, me estoy desviando. Además de no ser muy de animales, ayuda el hecho de vivir en un piso. Existen ciertos animales que no puedes meterlos ahí. Y no hablo de elefantes, jirafas, hipopótamos y demás bestias de considerable tamaño, sino de perros. Hay que sacarlos a pasear diariamente (¡Dios mío!, no lo haces ni con los hijos), llevarlos al veterinario (un pastón), enseñarles ciertas normas básicas (ahora que ya no hay pañales en casa) y encima, al final les coges cariño. Cuando uso este argumento ante la petición de cualquiera de mis hijos (es como una etapa más en su crecimiento, salvo S. todos han pasado por ella y me han pedido una mascota), van reduciendo el tamaño del animal.

Este fin de semana, JP y yo manteníamos una conversación igualita a la que en su día mantuve con Ma., y con P., Mi y Q. y me pedía permiso para llevarse a casa una lagartija o un saltamontes. Le intentaba razonar diciéndole que lo mejor para ese animal era vivir en libertad, que no dudaba de los cuidados que le dispensaría, pero que es muy difícil que uno de éstos sobreviva en cautividad, cuando me pidió llevarse una hormiga, para acabar con un "quiero una mascota"

Esto me recordó a la conversación que mantuve sobre este tema con Q., el cuarto. De eso debe hacer ya dos años o quizá más, no sé.

Q.: ¿Papá?

Yo: ¿Qué?

Q.: Quiero tener un animal. ¿Podemos tener un  animal?

Yo: Pero, si ya tienes hermanos

Q: ¿?

Q.: ¿Podemos tener un perro?

Yo: No

Q.: ¿Y un gato?

Yo: No

Q.: ¿Y una tortuga?

(aviso al lector, tuvimos una y JP decidió liberarla. La tiró por el WC)

Yo: No 

Q.: ¿Y un pájaro?

Yo: No

Creo que fue entonces, cuando uniendo sus manos en actitud de súplica y poniendo una voz de pena que aún cuando la recuerdo se me ponen los pelos de punta me dijo "¡Porfiiiii, aunque sea una hormiga! ¡Déjanos tener un animal!"

Como en el fondo soy un blando, le dejé ir a buscar una hormiga al parque y ... ¡se le iluminó la cara con una gran sonrisa!

6 comentarios:

  1. la hormiga: que cutre!!

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  2. Jajajajaja, pobrecico!!!! Viviendo en un piso entiendo tu postura, pero... no pensaste qeu igual a la hormiga se le dá por llamar a sus convecinas y familiares y montar un festín en tu casa????... ufff.

    PD: En casa tb tuvimos tortugas (dos, Tula y Patula... no recuerdo el porqué de los nombres), una pereció tras precipitarse accidentalmente (cosas de mi hermano) desde el balcón de un cuarto piso. La otra tuvo un final feliz bañándose en la lavadora.
    Tb tuvimos un precioso canario al que un día mi hermano abrió la jaula pues, según él debía de ir a trabajar para pagar el alquiler de su vivienda. Desde esas, ningún bicho volvió a aparecer, ni perecer por casa. Menos mal!.
    Bicos

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  3. Opino igualitamente que tú. Y eso que me pirran los perros y me parecen encantadores y me gustaría tener uno.
    Pero:
    1. En mi minipiso creo que sería cruel para el animal.
    2. Cómo carajo le iba a sacar a pasear 3 veces al día sin cogerle manía?

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  4. Dejando aparte el tema perros... Mi marido, que para eso es peor que los niños, le "metió en la cabeza" a mi hija, hará dos o tres años, que pidiera por su santo una "granja de hormigas". Gracias a Dios el inventó no funcionó, porque no me veas, que encima había que buscar hormigas lo suficientemente grandes como para que no se escaparan por las rejillas de ventilación, y suficientemente pequeñas como para no morir en aquél "hogar".
    Nota de la autora: después de que en otra ocasión a la niña le regalaran un pez, y que tanto él como sus cinco acompañantes murieran por "falta de condiciones", el padre de las criaturas decidió y consiguió convencer a sus compañeros de trabajo para hacerlo, comprar una pecera, pero "grande". Y allí están, en su trabajo y todos tan entretenidos con los peces, que si la comida, que si plaga de caracoles...
    Bienvenido Pater.

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  5. Bueno una hormiga da su juego: es un animal trabajador y constante, pero no sería bueno que esté sola ....

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  6. Mi solidaridad total y radical con tu postura anti-animales. ¿Por qué esta fijación con las mascotas? En casa igual. Tuvimos peces y la pequeña consideró que tenían hambre y tiró todo el bote de esos copitos en la pecera. RIP. Y se acabó. Mi argumento es que si quieren perro (porque es lo que quieren) que lo compren cuando hayan formado su propia familia... me gustará ver si les quedan ganas.

    Muy bueno lo de una hormiga. Con meterla en una cajita...

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