Ayer, animado por Dolega, nos pusimos a coger erizos de mar en una especie de competición -sana- para ver quién cogía más. Incluso yo participé haciendo inmersiones y luchando contra el (suave) oleaje. El resultado podéis comprobarlo en la foto que ilustra el post: 28 erizos de mar.
Busqué en internet la forma de cocinarlos y me encontré con una muy sencilla que te decía los pasos que había que seguir:
1) Escoger los erizos (obvié el primer paso porque ya los tenía y no era plan volver a la playa a devolver alguno)
2) Cortarlos con unas tijeras especiales y con cuidado de no pincharse (vale, no tengo tijeras especiales, ni me imagino yendo a una tienda preguntando "¿tienen tijeras para cortar erizos de mar ?"). Cogí las de la cocina y corté miles de púas que saltaron por toda la cocina. Después abrí un orificio en la parte central, lo justo para que cupiera una cucharilla (o eso creía yo)
3) Cómalos crudos ayudado de una cucharita (pues eso)
4) Acompáñelos de un vino blanco seco y frío (vale, no tenemos vino blanco, ni seco ni frío)
El resultado fue que de ahí solo comimos JB (el francés), S. y yo. Imagino que en un restaurante los sirven mejor porque yo, para evitar que perdieran su sabor a Mediterráneo, no los limpié bajo el grifo y estaban llenos de arena.
Viendo el espectáculo, cualquiera se atrevía a decirle a los niños que lo que se estaban comiendo eran las gónadas o aparato reproductor de los erizos.
Por la noche vino a cenar un amigo indio (es de la India) de mi cuñado. Un chico joven que se hizo amigo de JP (o JP de él) en la pasada Semana Santa. En un momento de la conversación, el in dio le preguntó a JP si era su amigo y mi hijo le contestó que "era su mejor amigo" y a continuación, mirando a mi cuñado, añadió "y tú, mi mejor tío". Yo, llevado por los celos y creyendo jugar sobre seguro, le pregunté "¿JP soy tu padre favorito?" y me contesta "No, el segundo. El primero es Jesús" Mientras todos se reían pensé que debo tener una conversación seria y a fondo con su profesor de religión.
Para intentar recuperarme de tan duro golpe a mi autoestima, me llevé a los niños a dar un paseo en el vecino pueblo costero. Aquí va una muestra.
No los he tomado nunca ... será cuestión de probar. ¿No vendrás a Lastanosa este verano?.
ResponderEliminarCreo que no te has perdido nada. Lo de ir a Lastanisa habrá que dejarlo para otro año (con lo bien que lo pasamos)
Eliminar¿Pero no le tenían a esta familia la entrada prohibida en Lastanosa? (por aquéllo de ganar tantos campeonatos ;P)
ResponderEliminarAy, Páter, qué valor con los erizos. Yo tampoco los hubiera probado. Pero bueno, al menos fue una buena entretenta, ¿no?
Jajajaja, prohibida, prohibida ...
Eliminar¿De verdad que no los habrías probado?
Qué valor, Pátefamilias.
ResponderEliminarSólo he estado a punto de comerlos una vez, en Cádiz, con un amigo, mucha risa, si ellos (los gaditanos) los toman estarán buenos, llegamos hasta el puesto y al final no nos atrevimos a comprarlos.
Si a ti te gustaron a lo mejor me animo la próxima vez.
Tampoco me parecieron nada del otro mundo (y menos lo que me animó a probarlo: "para los amantes del marisco)
EliminarJajajajajaja, yo me uno a Sara M, te hubiera dejado todos los erizos para ti... ya sabes, compartir es vivir! Jajajajajajaja!
ResponderEliminarQué celosón... poniendo en un aprieto al pobre chaval... te mereces la respuesta que te dio!
¿Compartir es vivir? ¡Vaya morro tienes!
EliminarTienes razón, eso me pasa por celosón
Bueno, es que es algo como las ostras, te tiene que gustar el marisco crudo...
ResponderEliminarMe alegro que te lo estés pasando de miedo. Y por la autoestima no te preocupes, esa se recupera en una jornada de pesca, sacando 4 piezas de ventaja :P
Besazo
Bueno, bueno. Eso de sacar 4 piezas ...
Eliminarjajajajaja... a mi me dice que su mamá favorita es María y demando al colegio, asín soy yo... te acompaño en el dolor...
ResponderEliminarJajajaja. Si es que ...
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