miércoles, 3 de junio de 2015

La odisea para ir a Varsovia (1)

En cuanto me enteré que la Final de la Uefa Europa League (UEL) se jugaba en Varsovia, ni se me pasó por la cabeza ir a verla en el hipotético caso de que el Sevilla llegara a ella, pero ... ya se sabe, la vida da muchas vueltas. El caso es que el Sevilla volvió a llegar a una final europea que se jugaría el miércoles, 27 de mayo.

Estaba yo el viernes, 22 con mi amigo A. cuando me dijo "¿Vas a la Final?". "No, es en Varsovia y ...", "¿Y?", volvió a preguntar. "Que está muy lejos y ... no tengo entradas ...". "Vamos a buscarlas. Entra en la web de la UEFA. ¿Cuántas quieres?" Al final, me compró y regaló 3 entradas para la Final. Sí, sí, habéis leído bien, se gastó una pasta y me las regaló para que fuera con 2 de mis hijos. Decidí que iría con los dos mayores, esto es, P. y Mi. Aunque parezca una tontería, la decisión fue complicada, sobre todo porque era consciente de la ilusión que le haría a Q. (a JP también, pero por su edad, lo descarté).

A partir de ahí (el tiempo apremiaba) empecé a buscar la manera de ir a Varsovia que, os recuerdo, está a algo más de 2.400 km de distancia de aquí. Lo primero que miré fue un vuelo Barcelona-Varsovia. Carísimo. Seguí buscando vuelos con el mismo destino, pero distinto origen. Carísimo. El siguiente paso fue buscar vuelos con origen en Barcelona cuyo destino fueran ciudades polacas relativamente cercanas a Varsovia (Poznan, CracoviaŁódź ...). Con un mapa de Europa en la mente, fui probando ciudades hasta que se me ocurrió probar con Berlín. Y, sí, había vuelos a un precio aceptable. Miré la distancia entre las ciudades y la hora de llegada del vuelo, para ver si era factible llegar a la hora del partido. Bueno, solo eran 550 Km y según Via Michelin, desde el aeropuerto de Schönefeld hasta Varsovia tardaría casi 5 horas y media en coche. Reservé 3 billetes de ida y vuelta al día siguiente, a las 17 horas (¿ya me daría tiempo a volver?) y alquilé un coche. El modelo más sencillo para no gastar más de la cuenta. Bien, ya tenemos entradas, vuelos de avión y transporte hasta Varsovia. Solo faltaba buscar un hotel para pasar la noche del miércoles al jueves.

Empecé la buscar hoteles en Varsovia para 3 personas. Los precios -no era una broma- oscilaban entre los 3.000 € hasta los 600 € el más barato. Miré varias veces la reserva por si me estaba equivocando y en lugar de reservar una habitación estaba haciendo una oferta de compra del hotel. No, no, estaba todo bien. Evidentemente, desistí de la idea de dormir en Varsovia y, como tampoco se trataba de dormir en la calle (iba con 2 hijos y, sobre todo, al día siguiente debía volver a conducir durante más de 5 horas), se me ocurrió buscar hotel en ciudades cercanas y, a poder ser, en dirección a Berlín. Encontré y reservé un hotel en Poznan a algo más de 300 Km de Varsovia. Al día siguiente, revisando todo, me di cuenta de que recorrer más de 300 Km después del partido (bastante tarde), habiendo dormido poco y llevando ya en el cuerpo más de 5 horas de coche era una locura. Pude cancelar la reserva sin coste alguno y reservar una habitación triple con desayuno incluido en un hotel de  Łódź, a 148 Km de Varsovia en dirección a Berlín. Eso ya era más lógico. Ahora ya solo quedaba esperar que llegara el día señalado.

Un conocido mío, polaco y residente en ese país, me dijo que ahí se funcionaba con zlotys, aunque en muchos sitios aceptaban euros. Cuando le conté el plan, me advirtió de un riesgo: el alquiler del coche. Si saben que vas a cruzar la frontera, pueden ponerte pegas en el sentido de hacer un depósito de una cantidad elevada de dinero hasta incluso prohibírtelo. El motivo, según me dijo, es que en países del este, sobre todo Rusia, existe un mercado de robo de coches de alquiler. Lo cierto es que me asusté y llamé por teléfono a la empresa de alquiler de coches, quienes me aseguraron que lo indicara en el momento de retirar el vehículo y que, en todo caso, se me haría un cargo de 10 €. Me quedé algo más tranquilo. 

El martes por la tarde preparamos todo (una maleta pequeña con la ropa de los 3 y dos mochilas con comida, bufandas y bandera del Sevilla y una portafolios con las entradas, localizador para la reserva del parking del aeropuerto de Barcelona, reserva del vuelo de ida y del coche, reserva del hotel, tarjetas de embarque del viaje de vuelta, guía de la Final de la UEL editada por el Sevilla según información facilitada por la uefa y los recorridos Berlín-Varsovia, Varsovia-Łódź y Łódź-Berlín).
Nos acostamos poniendo 3 despertadores a las 05:30 h por aquello de que no quedarnos dormidos porque ha fallado el despertador. No había manera de dormirse, la anaconda previa a un partido ya había empezado a moverse por mi estómago y los nervios no me dejaban pegar ojo. Al final, cerca ya de la una, conseguí dormirme.

Al cabo de un rato sonó el despertador. Había llegado el día y ...

(seguirá)

6 comentarios:

  1. ¿En ningún momento pensaste que a M, aunque sea mujer, podía gustarle ir a ver la final?

    Filia prodiga

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    1. Muy cierto, da las gracias de no ser mi padre... ¡Ya habrías dejado de serlo!

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    2. Vamos a ver, 'defensores' de la mujer, a Ma. no le gusta el fútbol y el plan, lo que se dice atraerle, tampoco.

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  2. Qué vitalidad!!!! pues claro que sí, aprovechad. Ya nos irás contando

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    1. Aunque publico muy de vez en cuando, no me olvido, allá va la segunda parte. Gracias

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  3. jaja, Menudo viaje!!. Hay que ver lo que se hace por el deporte ese llamado futbol . ¿A que si te dijeran hacer lo mismo por una conferencia magistral?No lo harías.

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