El pasado viernes me encontré, a la salida de la ceremonia de la Confirmación de mi hijo P. (junto con el resto de compañeros del colegio), a mi amigo I., que fue el padrino de su sobrino A. Se me acercó y me dijo que era un fiel seguidor de este blog, lo cual me hizo mucha ilusión a la vez que le daba vueltas en la cabeza pensando quién podría habérselo dicho tratándose de un blog anónimo.
Hoy le he enviado un correo electrónico y aprovechando la contestación, me ha dicho que ayer probó los huevos de hormiga. I. es un tipo muy gracioso y ha añadido que cuando le pusieron el plato por delante no hizo el ridículo preguntando aquello de "supongo que son hormigas macho, ¿no?"
A pesar de no destacar por mi perspicacia, la ingesta de ese atípico plato, me ha hecho sospechar de que mi amigo no se encontraba en nuestro país (o si lo estaba, la situación que atravesaba no era óptima para tener que acabar comiendo esas cosas), por lo que le he preguntado por su paradero. Me ha contestado que estaba en México y que, a pesar de ser las 3 de la madrugada, ya no podía dormir más, así que prefería mantenerse despierto y recuperar sueño en el viaje de vuelta (de esta forma, además, la adaptación a su horario habitual sería más fácil). Se encuentra allí acompañando a unos clientes japoneses y "maldice" su suerte por ser un tipo extrovertido porque -según cuenta- le toca comerse todos los "marrones" sociales de la empresa.
Además de muy gracioso, I. es un tipo muy listo. Esto no escapa a casi nadie y menos a su empresa, de ahí que le caigan esos encargos ("marrones" los llama él) reservados a unos elegidos. Es el ingeniero que responde al perfil que te viene a la cabeza cuando oyes esa palabra-profesión: con gran capacidad de trabajo, organización y, a veces, un pelín meticuloso. Exageraría si dijera que tiene todo programado y que abusa de las hojas Excel, pero si hay que usarlas ... ¡se usan!
Esto que me ha contado I. (él lo hace medio en broma) me ha hecho pensar en aquellas situaciones en las que debías "comerte" tú solo el "marrón" por ser el que mejor las hacía. Recuerdo cómo mi madre me encargaba ciertas tareas del hogar con la excusa de que era el que mejor lo hacía (evidentemente también jugaba con el aspecto emocional). Al final se me quedaba cara de tonto pensando en algún hermano que "como no lo hace bien" se libraba de ese encargo. Esas situaciones se dan también en el trabajo profesional y si no tienen un reconocimiento (básicamente económico) suelen sentar muy mal.
Vaaaale!!! , confieso que tb abuso de las hojas de Excel, pero... es que hay que tener todo bien organizado!! (soy de sesera cuadriculada).
ResponderEliminarDp de este inciso, quiero decirte (confirmarte) que sí, tu madre jugaba con el factor sentimental para conseguir que hicieses los trabajitos en casa... jajajaja. Yo caí en la misma trampa que tú, y siempre, con mi generosidad abrumadora, era mi hermano el que se libraba de todos los "trabajos sucios".
Pero bueno, cuando de empresa hablamos, tu amigo I. tiene razón, son auténticos marrones. Aunque a veces se saque provecho de ellos.
Es práctica habitual en familias, empresas y administración aprovechar las habilidades y/o la buena voluntad y disposición de la gente para convertibles en paganos. Los qué hicimos la mili aprendimos qué Lo importante era pasar desapercibido ...
ResponderEliminarPor cierto .... eso de los huevos de hormiga...
En la Administración no tenemos ese problema, Paterfamilias, si eres eficaz te van quitando responsabilidades porque los jefes son unos mediocres y temen que les hagas sombra. Al final los más burros son los que llegan más lejos, y como los otros estamos resentidos y no nos dan tareas los marrones les caen a las empresas contratadas.
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