Este fin de semana he estado muy liado con una clase que tenía que prepararme. La clase ha sido presencial-virtual o virtual-presencial. Debía tener una duración de una hora y en ella debía repasar los conceptos dados hasta ahora y, ante todo, debía ser eminentemente práctica. Como la asignatura es "Normativa Financiera Internacional", he tenido que buscar como un loco la parte más práctica. Creí que no lograría estar una hora hablando, pero sí, lo he conseguido. Mientras tanto, debía ir contestando las preguntas que por escrito me hacían los alumnos conectados.
A las 12 de la mañana me llaman desde Madrid, que es el lugar donde radica esta Escuela de Negocios para hacer una prueba. Todo ha ido bien hasta que hemos intentado conectar el micrófono del netbook. No ha habido manera y la hora de las clase (16 h) se acercaba peligrosamente. Intentando activar el micrófono, no sé qué botones he tocado, pero lo cierto es que ahora este netbook he tenido que apagarlo porque emite un pitido con un volumen y timbre tan descomunal, que ya quisiera para sí una ballena o la propia Castafiore. Como el tiempo apremiaba, he contactado con un sobrino político que vive cerca de casa y me ha dejado su portátil. Finalmente, he llegado a tiempo para dar la clase y contestar las dudas de los alumnos (que ya podrían haber tenido menos, por cierto).Suerte que A. se ha llevado a los niños a la piscina, porque ya me veía a éstos entrando en el salón mientras yo intentaba dar mi clase.
Bueno, pues a pesar de lo liado (y asustado) que estaba preparando mi clase de hoy, el sábado por la tarde acompañamos a S. a la fiesta de cumpleaños de un niño de su clase. Por cierto, S. ha acabado P-4, por lo que deja de ser un "ocelote" y pasa a ser todo un "macaco" y, digo yo, está muy bien eso de enseñar nuevos animales a los niños, pero no sería mejor optar por otros más, más, más ... no sé ... ¿más conocidos? y no obligar a los padres a consultar la wikipedia cuando el primer día de curso su hijo llega a casa diciendo que es un "ocelote". ¡Dios mío!, tanto educar a un niño, llevándolo a un colegio de robo (expresión acuñada por el padre de ingenierocomehuevosdehormiga ... hembra) para que con el mayor de los orgullos vaya por ahí repitiendo que ya es un "macaco" y, como cantar no canta, todo el mundo interpreta que se refiere al primate.
Como decía -que uno empieza con esos animales y se pierde-, acompañamos a S. a esa fiesta a la que también habían invitado a los padres (¡qué detalle!, pensé). La fiesta empezaba a las 17 h, pero con A. acordamos que iríamos un poco más tarde para no ser -como siempre- los primeros en llegar. El padre de la criatura había enviado un correo electrónico con las indicaciones para llegar al destino, lo cual debe hacer sospechar que no es tarea fácil. "Está al lado de Manresa", decía A., sabiendo que frunciría el ceño (y, lo más importante, sabiendo que no es cierto). Llegamos a esa localidad y A. empieza a indicarme cual copiloto de rallies la carretera a tomar y ... efectivamente, al cabo de no sé cuántos kilómetros, me dice que ME he equivocado. Por si no se ha entendido bien, dice "Paterfamilias, te has equivocado" "¡¿Quién, yoooooo?!, pero si me he limitado a seguir -a rajatabla- tus indicaciones". Da lo mismo, no discutamos (yo me lo guiso, yo me lo como) y sal en el primer desvió que encuentres. No quiero alargarlo, pero después de un buen rato al volante, llegamos a nuestro destino. Poco antes de llegar había varios carteles de casas en venta y en uno de ellos decía -con letras bien grandes- "OPORTUNIDAD" Hombre, claro, venir hasta aquí, si no es porque es un chollo, ¿quién lo va a hacer?. Al llegar entendí por qué se invitaba también a los padres: imaginad por un momento que debes dejar ahí a tu hijo y volver al cabo de unas horas a recogerlo. Vamos, no te da tiempo de volver a casa porque cuando has llegado, debes volver porque si no no llegas a recogerlo.
Además de los padres del homenajeado, solo había otro matrimonio allí. El resto de invitados estaba por llegar (¡y eso que llegábamos una hora y pico después de la hora prevista para el inicio!). Al poco empezó a sonar el teléfono de los anfitriones. Unos que cómo había que hacerlo para llegar, que estaban en Balsareny. Al rato, otros diciendo que estaban no sé dónde y que, por favor, les volvieran a explicar cómo llegar.
Lo pasamos muy bien y cuando llegamos a casa, después de otro buen rato al volante, no sabía si tenía cara de ocelote o de macaco.
jajajajaja. Yo recuerdo cuando mi hija entró en la guardería y me mandan un papel diciendo que tenía que ir disfrazada de "enebro". Tuve que irme a la bibloteca nacional. Porque sabía que era un arbol, pero ni idea de imagen de él.
ResponderEliminarYo creo que después de macaco lo suben a Mandril :P
Besazo
jajajajaja, a mandril. Mientras no se haga del Real Mandril ... ;-)
EliminarJajaja, qué malísima eres Dolega, pobre mandril, quiero decir, S.
ResponderEliminarPáter, lo del colegio de robo es para cobrar por la expresión, jajaja, dile al ingenierocomehuevosdehormiga ... hembra, que fijo se hace rico.
Sí, es muy graciosa.
EliminarEnhorabuena por tu hijo macaco.:) Yo me hubiera quedado ya a dormir en la casa para no salir otra vez de noche al laberinto. Un beso.
ResponderEliminarNo creas que no lo pensamos, es más, como gracia, se lo dije al anfitrión ... pero no coló :-(
Eliminarpor un momento pensé que te habías comprado la casa para no tener que volver a conducir tanto rato...
ResponderEliminaroye qué rico el niño ex ocelote (voy a googlearlo, no lo dudes) un besote para él...
lo del micrófono, creo que ha sido una jugada para cambiar de portátil, si, con los regalos generosos que se dan en esa familia (si, sigo envidiosa por el iphone qué le puedo hacer) lo que buscas es que el sobri te regale portatil nuevo con micro instalado... ay... si en el fondo nos parecemos...
jajajajaja, comprarme una casa, jajajajaja
EliminarLo del micro no es una táctica. Además, fue Primogénito quien me lo regaló.
Y no seas tan envidiosilla ;-)
Yo tampoco entiendo eso de los nombres de animales, con lo fácil que es decir si es del "A", del "B" o del "C", ¿no?
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