Sé que queda muy mal decirlo -y peor escribirlo-, pero llevo toda la tarde deseando que empiece el colegio. Los niños están insoportables. La situación es lo más parecido a la del día 5 de enero, víspera de Reyes.
Ahora mismo me acabo de levantar de la silla porque los niños gritaban diciendo "¡Mira lo que ha hecho Q.!" (se va entendiendo el título del blog, ¿no?). Hacía un rato que lo habíamos mandado a la ducha y, al parecer, haciendo el tonto con la ropa ha tirado dos macetas que hay en lo alto de un murete del cuarto de baño. El suelo, claro, lleno de tierra y de plantas.
Bueno, lo que decía, los niños están excitados y esto no puede ser bueno. Suerte que mañana empieza el colegio y, poco a poco, volveremos a la tranquilidad normalidad y a un horario como Dios manda.
Hemos pasado parte del día recogiendo el árbol de Navidad (¡lo de adornos que se pueden colgar!), el Belén y los demás ornamentos propios de la época. Se guardan en cajas y ¡hala!, a guardarlos en aquel armario del lavadero hasta el año que viene. También hemos aprovechado para tirar algunas cosas: ese marco de fotos "de Navidad" que pintó JP en el cole, aquel portavelas (también de yeso) que pintó no sé quién hace ya unos cuantos años y que por fin se ha roto, unos angelitos "muy monos" que también se han roto ... No he hecho un estudio muy profundo, pero he llegado a la conclusión de que el yeso es el material que más se usa en las manualidades que nuestros hijos hacen el colegio con la finalidad de regalarlas a sus padres, ya sea por el Día de la Madre, del Padre o por Navidad. ¿Seré un mal padre porque no guardo en lo alto de un armario, dentro de una cajita con una etiqueta identificativa aquella manita que grabó un hijo nuestro en barro cuando tenía 2 ó 3 años? Claro que, en nuestro caso, deberíamos tener mucho espacio, porque muchas son las "manitas" que deberíamos guardar.
Soy consciente de que ahora viene la temible cuesta de enero, pero eso no es nada comparado con el último día de unas vacaciones con niños. Dentro de un rato los mandaremos a la cama, pero sé que no se dormirán hasta las tantas. Y mañana ... ay mañana, ¡no habrá quién los levante!
Alucino con vosotros, debéis tener una organización y un horario impresionante!
ResponderEliminarEn mi caso no espero tan deseosamente que llegue mañana, pero venga! haré un esfuerzo e iré a trabajar, je, je...
Un saludo,
Mi hermano tiene seis hijos y te comprendo ... pero también se lo pasan en grande¡¡¡
ResponderEliminar¡Bendita paz del tiempo ordinario!
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