Últimamente -la crisis económica ayuda mucho a eso- uno se plantea si podría hacer más para "luchar" contra estas y otras injusticias.
Todos hemos comentado en más de una ocasión que si tal cosa no va bien, que esta ley es contraria a este principio básico, que los políticos ..., que ... pero ¿hacemos algo?
La vecina del piso de abajo es francesa y hace ya mucho tiempo me comentaba que estaba muy sorprendida con la actitud de los españoles ante la (entonces incipiente) crisis económica. Sois muy conformistas, decía. Después, viendo cómo en Francia salen a calle por ejemplo cuando el gobierno anuncia el retraso en la edad de jubilación (por poner un caso idéntico al que se ha dado en nuestro país) y aquí lo aceptamos sin más (nos quejamos en tertulias de bar o de amigos y nada más), no puedo hacer otra cosa que darle la razón.
No sé cómo explicarlo sin que dé pie a malas interpretaciones, pero también he podido observar que me muevo en un ambiente que, en general, se mueve por unos ideales. Participamos en alguna asociación y, dentro de nuestras posibilidades y circunstancias, intentamos hacer cosas para defender nuestros intereses y los de la sociedad. Incluso, varias veces A. y yo comentamos que nos gustaría ser un poco más activos.
Es cierto también que desde hace unos años (sobre todo a raíz de mi último cambio profesional) he podido tener más trato con ciudadanos de a pie. Quizá sea un eufemismo utilizar la expresión "ciudadanos de a pie", pero lo cierto es que anteriormente me movía siempre en ambientes en que casi todo el mundo tenía estudios universitarios y, quieras o no, vives un poco apartado de la realidad. El razonamiento puede parecer clasista, pero no van por ahí los tiros. Ahora entiendo ciertas actitudes del gobierno, a quién van dirigidas determinadas políticas y, sobre todo, he podido conocer a mucha gente absolutamente despreocupada por su sociedad, a las que lo único que les preocupa es su bienestar (lo que ellos entienden por bienestar), su tiempo de ocio y su "felicidad", entendida ésta como una ausencia total de problemas. Son personas a las que los acontecimientos en cualquier punto del planeta les trae sin cuidado mientras no les afecte a ellos. Si en Haití hay un terremoto les lleva a pensar -como mucho- que Dios es injusto y, mientras dure la noticia en la televisión, comentarán algo del tema. Pero si en Oriente Próximo se tambalea todo el sistema político de los últimos años ocasionándose gravísimos incidentes, como no les afecta (o eso creen ellos), nos les preocupa en absoluto.
Lo curioso de todo esto es que tienen bien aprendidas ciertas actitudes ante determinados temas. Por ejemplo, si un día insinúas que debería hacerse algo con la inmigración, con exquisito respeto hacia este colectivo, te acusan de xenófobo.
Mientras tanto, Belén Esteban triunfa en la televisión y todos estos que me acusan de xenófobo disfrutan con la tele-basura.
Sé que esta entrada merecía mejor tratamiento, pero no tengo tiempo para ello.
Mientras tanto, Belén Esteban triunfa en la televisión y todos estos que me acusan de xenófobo disfrutan con la tele-basura.
Sé que esta entrada merecía mejor tratamiento, pero no tengo tiempo para ello.
Una buena crítica de la sociedad española. Ahora bien, si en vez de gobernar la izquierda gobernara la derecha, no dudes que habría habido ya quien excitara a la rebelión ciudadana, pero ahora los sindicatos andan semicalladitos.
ResponderEliminar¡Uf, Pater!. Denso, denso, denso...
ResponderEliminarLo reflejas bien, Paterfamilias. El español medio es alguien indiviudalista, sumiso al poder mientras los excesos del de arriba no perjudiquen su pequeña felicidad cotidiana. Supongo que será por motivos históricos, la importancia de la Corona en nuesta Historia, un bajo nivel cultural, pero es como dices. Y, sí, lo que sorprende a un español que viaja por Europa es que haya asociaciones privadas para defender cualquier interés o para protestar por cosas, mientras que aqui esperamos pacientemente a que el Estado (o la Comunidad o el Ayuntamiento) arreglen las cosas.
ResponderEliminarEsperemos no acabar como Egipto.
Vaya! Cuánta razón tienes, no hacemos nada, pero nada de nada, sólo quejarnos y ni eso...
ResponderEliminarA veces me he llevado más de una desilusión, pero quiero seguir creyendo en mis principios y actuar en consecuencia, como dices tú ser más activa!
Ay! pater, que me reclaman otros menesteres...
Un placer leerte,
Estoy seguro de ello, Modestino.
ResponderEliminarAra M. (¿Mago?), no es tan denso. Observa un poco a tu alrededor y verás que te pasa lo mismo (ojo, yo soy el primero que debería moverme más)
Fernando, es muy probable que sea lo que dices, pero no deja de sorprenderme. Y más aún cuando vemos lo que conforma esa felicidad que defendemos.
Melo..., eso es lo que quería decir con mi entrada y, como ya he dicho, muchas veces yo soy el primero que no hace nada.