jueves, 27 de enero de 2011

Un amigo

Estoy enfadado, muy enfadado por lo que pasó ayer en el partido de fútbol que se jugó en el campo del Sevilla. Vino el R. Madrid y con la inestimable ayuda del árbitro ha dejado medio sentenciada la eliminatoria. El robo fue de los que hacen historia y lo que más duele es que lo hagan en tu casa. Ya tienen su final, la final que querían los altos estamentos del fútbol español.

Estoy molesto también porque esto me sigue afectando demasiado. Ya lo comenté en una entrada anterior. ¿Por qué me sigue afectando tanto el fútbol?

Aprovechando este tema, me he acordado de mi amigo A. Lo conocí hace ya unos años cuando trabajábamos juntos en una empresa dedicada a la intermediación bursátil. Él estaba en un departamento y yo en otro. Poco a poco fuimos tratándonos más y, al final, llegamos a intimar. Todavía recuerdo con gran cariño un viaje que hicimos los dos a Asturias. Tenía que ir yo solo y conseguí que la Dirección me permitiera ir acompañado de A. Eso era una tranquilidad por el dominio que tenía del asunto y, al tratarse de una negociación con un cliente potencialmente molesto con la empresa, era de vital importancia su presencia. Además de salir todo según el mejor de los guiones, lo pasamos muy bien.

Le propusimos ser el padrino de JP y aceptó encantado.

Es una persona con la que siempre puedes contar. Cada vez que le he pedido algo, cualquier favor (para mí o para otro), me lo ha hecho. Y lo más importante, sin pedirme nunca (pero nunca) nada a cambio.

De vez en cuando comemos juntos y hablamos de todo, de lo divino y de lo humano, con la tranquilidad que te da el saber que hablas con un buen amigo y que, aunque no coincidamos en algunos temas, puedes hacerlo con absoluta tranquilidad. 

Otras veces, viene a casa con su mujer M. (siempre está contenta) y su hija V., un encanto de niña y se puede decir que un merecidísimo regalo de Dios.

¿Y cómo es que me he acordado de él? ¿Qué tendrá que ver el partido de fútbol con mi amigo A.?

Muy sencillo: A. es quien me ha conseguido todas las entradas de los grandes partidos a los que he podido ir. A. es del Barça (nadie es perfecto), pero se mueve como pez en el agua para conseguir lo que se proponga. Gracias a él pude ir a Eindhoven a ver la primera final de la UEFA que ganó el Sevilla, me consiguió entradas para Mónaco (aquella final de la Supercopa de Europa que el Sevilla ganó al Barça), aunque al final no pude desplazarme, para la Final de Copa en el Bernabéu (Sevilla 1 - Getafe 0) a la que fuimos A., Ma, P, Mi y yo y cada vez que el Sevilla juega en el Camp Nou me llama para ver si quiero asistir. También me ha hecho favores para otros. A un amigo mío que vive en México, en una ocasión que vinieron a Barcelona, le consiguió unas entradas para ver a su Barça y, lo mejor de todo, que su hijo pudiera hacerse una foto con todos los jugadores antes de empezar el partido. Mi hermano y sus dos hijos mayores pudieron asistir a un entrenamiento del Barça y hacerse fotos con el entrenador y  muchos jugadores gracias a una gestión suya. Mi hermano (yo tampoco) no olvida este detalle.

Sin embargo, para un forofo del Sevilla como yo, el mejor regalo que me ha hecho, sin duda, es su amistad.

Gracias

5 comentarios:

  1. Hay que pasar página: a los grandes siempre les benefician os árbitros: a ambos, pero a pesar de ello siempre están llorando.

    Y a dar la campanada en el Bernabeu¡¡¡

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  2. Yo no vi el partido, ya he dicho que cada vez me gusta menos el fútbol. Sólo he visto la jugada del gol que saca Albiol y he de decir que con una cámara parece claro que entra y con otra no.

    Si te refieres a otras jugadas, ahí no puedo hablar porque ya te digo que no vi el partido. Lo que te recomiendo es que dejes de tomártelo tan en serio porque la finalidad del fútbol es entretener. Bastantes malos ratos se pasan ya sin necesidad de fútbol.

    Respecto a tu amigo, me parece fenomenal tener buenos amigos. Además hay que cuidarlos porque escasean.

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  3. Lo siento, Páterfamilias.

    En conciencia te digo que no sé si hubo gol o no. No lo pude ver, lo oí por la radio, unos comentaristas decían que sí y otros que no. Por la noche oí el debate de Punto Pelota (Intereconomía) y cada uno opinaba una cosa.

    ¿Cómo te vas a avergonzar de tener pasión por el fútbol? La política, la religión, la economía, nos lleva a tener discrepancias duras, pero las peleas por el deporte siempre son amables. Y hay que ser apasionado, claro que sí: alguien que dijera "Soy del Depor, pero en realidad me da igual que el Sevilla le gane el domingo" no merece ser ni del Depor ni del Sevilla ni de ná.

    (Me quedé un poco confuso con lo de las entradas de tu amigo: ¿tú vives en Sevilla o en Barcelona?)

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  4. Modestino, gracias por los ánimos. Es cierto, las ayudas son para los dos grandes, aunque el Madrid tiene un historial más completo y una fama que le precede.

    ND, yo vi gol, pero tampoco discutiremos por esto. ;-) Y sí, intento cuidarlos (a los amigos)

    Fernando, no me avergüenzo de que me guste el fútbol, sólo me quejo de que me afecte tanto. Ayer me puse de mal humor por el partido.

    Ah, vivimos cerca de Barcelona. Me parecía que había quedado claro al decir que mi amigo me avisa cada vez que el Sevilla juega en el Camp Nou.

    Un saludo,

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  5. Bueno, Pater. Yo dejo a un lado el fútbol porque no tengo ni idea...Siento que perdiera el Sevilla... por ti. Pero entro para darte la enhorabuena. Tener un buen amigo...incondicional...lo merece.

    Un saludo

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