miércoles, 6 de abril de 2011

¿Ópera o teatro?

El título de la entrada no tiene (casi) nada que ver con su contenido, pero si leéis hasta el final, a lo mejor sí. 

Desde que llegó a casa el disco duro con reproductor multimedia de 1 TB vemos muchas películas en detrimento de la TV. 

No es que veamos mucha tele en casa, pero, dependiendo de las edades y los gustos, lo más visto son los informativos, programas deportivos, dibujos animados de alguno de los muchos canales ahora existentes, alguna serie y muy de vez en cuando algún otro programa. El orden no creo que sea éste porque a mi me gustaría ver más fútbol y algunos debates que tengo vetados y que puedo seguirlos cuando todo el mundo se ha acostado y A. se ha dormido en el sofá. A. preferiría menos fútbol y más series (como Ma.) y los niños más dibujos animados y menos de todo lo demás.

A pesar de nuestro consumo televisivo sé que siguen existiendo determinados programas que hacen que se califique a cierto estilo de "hacer" televisión como "telebasura". Muchas veces hemos tenido una conversación o debate con amigos, familiares, compañeros de trabajo sobre este fenómeno y los que están a favor de esta clase de televisión, además de llenarse la boca con palabras o frases como "diversión", "democracia" y "libertad de expresión", siempre acaban con la misma argumentación. Dicen que a la mayoría de la gente le gusta este tipo de programación y sólo hay que remitirse a los índices de audiencia.

Siempre he pensado que este argumento es del todo falso. Por mucho que las encuestas nos digan a que determinada hora la mayoría de los hogares españoles están conectados a no sé qué canal en el que se emite un programa catalogado como basura, no significa que a la gente le guste eso. De entrada, porque existen determinadas franjas horarias en las que sólo existe esa programación. Por esa misma regla de tres, cogiendo los datos de la audiencia en la franja infantil concluiríamos que a España entera le gusta los dibujos animados.

Existe también una dosis de morbo que rodea a esta serie de programas y que incita verlos, pero estoy convencido que eso afecta más a unos que a otros.

Siempre que la conversación llega a este punto, intento demostrarles lo falso que es eso de que "a la gente le gusta" proponiéndoles el siguiente ejercicio. Imaginaos por un momento que en España sólo existieran dos cadenas de televisión (aviso a los más jóvenes, por increíble que parezca esto era así en España hasta no hace tanto) y una emitiera constantemente ópera y la otra teatro clásico. El potencial espectador se decantaría por una u otra opción (otros por ninguna de ellas) y diríamos que como hay más espectadores de teatro habría que cambiar la programación de la cadena que hasta ahora sólo emitía ópera, porque a la gente le gusta más el teatro

2 comentarios:

  1. Evidentemente que los programas basura son muy vistos y que coinciden con el nivel cultural del país, Paterfamilias. Si un político va a una tertulia de las que no te deja ver tu familia y suelta una idea, nadie la comenta, salvo los periodistas especializados. Pero si el mismo político va el sábado a La Noria y dice eso mismo verás cómo al lunes siguiente todo el mundo habla de ello en el café de la mañana.

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  2. Me río yo de esas estadísticas. No sé si a la gente le gustarán o no ese tipo de programas (a mi me parecen sumamente aburridos), pero es cierto que, según qué franjas horarias, en la tele se emite un "prototipo" u otro, y el espectador, si quiere ver tele, tiene que escoger de entre la "basura", la que mejor huela.

    En verano, en mi casa, por las tardes sólo se ve ciclismo en la tele. Ésto no significa que me apasione el tour o el giro, sino que me echo unas siestas de impresión gracias a la voz de los comentaristas... jajajaja.

    Un saludo

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