jueves, 10 de mayo de 2012

Dos famosetes de una tacada

Ayer estuve todo el día en Barcelona. Por la mañana, después de una audiencia previa en la que alcanzamos un acuerdo con la parte actora, celebrada en los Juzgados de una ciudad cercana a la mía, fui a "hacer unas gestiones" a Barcelona (odio esta expresión por el abuso que de la misma se ha hecho, pues conozco gente que cuando iba a comprar tabaco decía que iba a "hacer unas gestiones") y a visitar un Bufete de abogados en el que trabajé unos cuantos años. Después comí con un ex-compañero de la Sociedad de Valores en la que también trabajé, volví al Bufete en el que estuve por la mañana y, ya bien entrada la tarde, fui a un despacho con el que voy a colaborar, todavía no se sabe si esporádicamente o de forma definitiva. Se trata de un despacho con varias áreas, pero basado en Tributario, Fiscal y Procesal, asignándome área de Mercado de Valores y Procesal. De entrada, tengo que empezar a estudiarme un proyecto de ley andorrana que hará que este pequeño país de los Pirineos pase de la Edad Media al siglo XXI de golpe.

Para la comida quedamos a eso de las 14 horas cerca de su trabajo, situado en pleno centro (no urbano, sino financiero, pues abundan las sedes de corporaciones financieras, los despachos de abogados, economistas y notarios y oficinas de grandes empresas) de la ciudad. El día era espléndido y el sol lucía en lo alto. Como llegué un poco antes me senté en un banco (mobiliario urbano normalmente en mal estado, aunque no tanto como las entidades financieras que responden al mismo nombre) a esperar a mi ex-compañero. Las terrazas de los bares estaban abarrotadas y mucha gente aprovechaba para comer al aire libre.

Cuando llevaba un rato allí observé que de una joyería que tenía enfrente salía una persona que me resultaba familiar. Avanzó unos metros y se sentó en la terraza más próxima de donde me encontraba, en una mesa ocupada por otra persona. Al cabo de un rato, un tercero se sumó a ellos. La persona que me resultaba familiar no era otra que Bertín Osborne, otrora cantante y presentador de televisión que ahora dirige un programa (creo que lo he visto en una ocasión) en una cadena de televisión privada con relativo éxito desde que se implantó la TDT en España. Esa cadena, para más pistas, provoca por igual un  profundo amor y lealtad, así como un odio incontenible.

Era divertido observar la gente que pasaba a su lado. Había quien pasaba como si nada (especial gracia tenía ver a los extranjeros que por allí paseaban que estaban más pendientes de lo que se comía en la terraza, que no de su presencia, cosa lógica por otro lado, pues su fama, que yo sepa, no trasciende fronteras), otros, al reparar en su presencia, se giraban de forma muy poco disimulada y una señora llegó a ocupar una silla en la mesa contigua, sacó el móvil y realizó varias llamadas. Sin embargo no recuerdo haberla visto saludándolo.

En éstas estaba, cuando detrás de mi aparecieron dos muchachas jóvenes llevando unos jarrones y unas flores a una tercera persona que parecía ser la clienta que acababa de adquirirlas. La cara de la clienta también me resultaba familiar. Como pasaron a mi lado pude ser testigo privilegiado de su ya iniciada conversación:

- Clienta (C): Es un facha, pero un facha ... pero un facha recalcitrante ... y ... y un machista ...

- Dependienta Floristería (DF): Sí ... pe ... pero es divino

- C: Eso sí, todo él es divino ...

- DF: ¡Y que lo digas!

Siguió la conversación, pero no alcancé a oír más y enseguida entraron en un portal situado justo detrás de donde me encontraba.

Ah, me olvidaba, la clienta era Maruja Torres, aquella escritora y colaboradora en periódicos de determinada línea editorial, conocida también por su trasnochado feminismo y su anticlericalismo feroz.

Sé que alguno de vosotros se preguntará por qué no fui a saludar a Bertín Osborne. Pues no solo no fui a saludarle, sino que estuve escondiéndome de él para evitar que me reconociera, me abrazara efusivamente, me pidiera un otro autógrafo y me preguntara sobre mis avances en la búsqueda de trabajo. Ya sabéis, un rollo. 

PS Dos aclaraciones respecto de las fotografías:

1) Están escogidas al azar. Que nadie sea tan mal pensado de creer que he hecho una búsqueda exhaustiva para encontrar una foto en la que salga Bertín Osborne favorecido y la peor de Maruja Torres. No, son así.

2) Aunque parezca un acertijo, Maruja Torres es la que está a la derecha en la foto de la derecha. Ahí -el azar es caprichoso- la acompaña la ex-vicepresidenta del Gobierno Mª Teresa Fernández de la Vega

11 comentarios:

  1. Hola, Páterfamilias.

    La frase "fui a un despacho con el que voy a colaborar" ¿hay que interpretarla en un sentido literal? ¿Es el primer eslabón que tanto esperabas?

    Bertín Osborne me cae bien, siempre le vi como un "burro sano", como decía mi abuela; luego tuvo una gran desgracia, un hijo muy enfermo, y lo ha llevado con gran dignidad.

    Maruja Torres me cae mal, es lo que los franceses llaman (en francés) "izquierda caviar", y encima va de graciosa.

    De su compañera de foto mejor no opino.

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    1. Sí, Fernando, puede ser el primer paso.

      Muy bueno -y acertado- lo de la "izquierda caviar"

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  2. Una persona que lo primero que se le ocurre para calificar a una persona es marcarle con determinadas etiquetas lo que denota, en principio, es sectarismo, superficialidad, obsesión, cortedad de miras y cierta estupidez.

    He dicho y me he quedado a gusto.

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  3. Primero de todo: suscribo palabra por palabra lo dicho por Fernando (y añado que encima es guapo; a Bertín me refiero, claro ;)).
    Respecto a lo de ver famosos... yo soy tan despistada que ni me doy cuenta, y alguna vez me ha pasado lo de, ver a alguien que "te suena" al lado, y ¡saludarle! Luego ya te das cuenta de que es que era alguien famoso y hasta has hecho un poco el ridi, pero es que es así como yo lo siento.
    Me alegro mucho de que vayas a colaborar en ese bufete. Sea como sea, por algo se empieza.

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    1. Veo que saludas igual a un famoso que a la cajera del super. Si es que si una cara te suena ...

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  4. Es cierto. Eso de descalificar a alguien de esa manera ya indica mucho sobre el que habla. Yo tampoco la hubiera reconocido. Un beso.

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  5. Qué guapo es Bertín Osborne, aquí es conocido por mozas de 36 a más (a las de menos no sé, no les he preguntado pero no creo que lo conozcan) y no sabía que seguía siendo así de guapísimo...
    Has hecho bien en no opacarlo Pater.
    Geniales noticias las que lanzas.

    A la señora no la he visto en mi vida, y vivo muy feliz así.

    Una vez me pasó con un actor famoso de teatro que tenemos aquí que yo salía de la Universidad donde hice mi post grado y lo veo entrar y me digo "a este pata (tío) lo conozco, creo que fue mi profesor de derechos reales"... y voy y le digo "hola" y él todo amable me dice "hola, cómo estás qué gusto" y seguimos cada uno nuestro camino. Unos pasos más allá me di cuenta de dónde lo conocía (de la tele, claro) y pensé que seguro él se moría de risa.

    A los otros famosos que encuentro siempre los trato como Pater a Osborne, que me molesta eso que me estén preguntando que cómo me va que qué tal el niño... un rollo...

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  6. Has pillado lo de Bertín a la primera. Cuando una es lista ...

    Yo también pondría un "Me gusta" en muchos comentarios

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