Desde que soy un hombre estresado me paseo menos por otros blogs (sus propietarios lo habréis notado) y, por ende, dejo menos comentarios. Así que, Leles ya sabes por qué solo hago dos intentos para dejar un comentario.
Ahora me suelo desplazar en un transporte público que hace mucho tiempo era de lo más habitual y allí aprovecho para estudiar alguna cosa y comentar en algunos blogs. Por eso, cuando se te bloquea el móvil, no sabes la gracia que te hace cuando te borra ese comentario que has escrito aporreando la pantalla (¿táctil?) del teléfono y que has tardado una eternidad en escribirlo de manera que más o menos se entienda.
Como todo era un poco más complicado, el bueno de Primogénito -al que la mayoría conocéis por sus comentarios- decidió regalarme un netbook (desde aquí estoy escribiendo esta entrada) y una tablet. Eso hace, entre otras cosas, que un tipo tan elegante como yo vaya con su traje (o americana y corbata) y una mochila en la espalda para llevar el netbook, la tablet y algunas carpetas. El primer día me llevé una de esas maletas para portátiles que encontré por casa, pero no os podéis imaginar lo que pesaba. Así que decidí hacerme el jovenzuelo y cargarme una mochila a la espalda (que tiene varios compartimentos y uno de ellos es apto para llevar un portátil.) El único problema que ahora tengo es que no encuentro la manera de compartir el acceso a internet de mi móvil con la tablet y, cuando voy en el tren, no puedo conectarme a internet (en casa y en el despacho sí, porque hay Wi-Fi).
Este pedazo de introducción tiene su sentido porque quería comentaros lo que me ha ocurrido en el tren en -de momento- dos ocasiones. Hasta ahora estaba ocultándolo, pero ya me he cansado, el tren en cuestión son los Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (abreviado, FGC). Pues bien, como familia numerosa que somos, gozamos de un descuento en el precio del billete (en nuestro caso, al ser de categoría especial, la familia, no el tren, es del 50%) Hasta aquí, normal. Cuando saco mi billete (en una máquina expendedora porque las taquillas pasaron a mejor vida hace ya algún tiempo), lo hago indicando que soy beneficiario de ese descuento y la máquina expide el billete siguiendo mis instrucciones y sin exigirme comprobación alguna. Con el billete en la mano, lo introduzco en la barrera de acceso y se me abre ésta permitiéndome el acceso al andén y al convoy. Existen estaciones de destino que para permitirte salir validan tu billete (se introduce en una ranura que, caso de ser todo correcto, levantará la barrera que te impedía el paso) y otras que no.
Pues bien, en ocasiones, los "responsables" de esta empresa pública de transporte deciden hacer redadas y, a la salida de la estación, en el punto donde debes validar tu billete que permitirá que se levante la barrera y así poder salir, se colocan no sé cuantos empleados (antiguos revisores). Como mi billete lleva un 50% de descuento, la banda magnética del billete advierte de este extremo a la máquina y hace que no se levante la barrera y me devuelva el billete, todo ello acompañado de un pitido que llama la atención del empleado de los FGC, el cual se dirige hacia mí pidiéndome que le entregue el billete. Cuando lo ve, me pide que le justifique ese descuento y yo, saco mi cartera, le muestro el carnet de familia numerosa y el DNI. Lo comprueba, me hace separarme del grupo y con una tarjeta que él tiene e introduce en uno de los puntos de salida, me deja salir. Es importante destacar que cuando esto ocurre no estamos solos, es más, existe una importante aglomeración de gente como consecuencia de la barrera. Es lo más parecido a las colas que se organizan en los peajes de las autopistas (¡ay, no!, que los que vivís fuera de Cataluña no sabéis qué es eso)
El primer día no me sentó del todo mal, pero hoy sí, y mucho. Le he preguntado al empleado de FGC si eso lo hacen a propósito y me ha dicho que sí, que es para controlar que la gente saca bien su billete. ¡Joder! ¿y la presunción de inocencia? No he visto que pararan a nadie más.
Alguno podrá pensar que de alguna manera hay que controlar eso, y quizá tenga razón, pero no creo que ésta sea la mejor. No quisiera exagerar, pero me ha parecido del todo discriminatorio y no lo digo solo por cómo te mira todo el mundo cuando tu billete sale escupido a la vez que suena un desagradable pitido y uno de esos perro-presa sale hacia tu encuentro, sino por el tiempo que te hacen perder.
Ah, me olvidaba, todos estos empleados que ahora se dedican a hostigar al pasajero miembro de una familia numerosa, eran revisores y hacían el trayecto en los diferentes vagones mientras iban pidiendo el billete a todos los viajeros. Como decidieron suprimirlos y en algún sitio había que recolocarlos, pensaron que esto era lo mejor.
Pater, no te estreses que eso es malo para el cabello, te lo dice uno con la cabeza adornada con pelos alvinos. Por lo menos tenéis metro y trenes de cernacía (y peajes). Vente pa Sevilla que llevamos desde los años setenta intentando que nos terminen de contruir dos o tres lineas más. Otra cosa, ¿porque no ponen a los perro-presa a la entrada? El que tiene pase pasa y él que no, no pasa.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Malo para el cabello? Ahora entiendo lo de mi frente despejada (y yo que creía que era genético)
EliminarLos catalanes son complicados eh. Aquí tenemos tarjetas, si tienes un trato especial, te dan una tarjeta diferente, y asunto arreglado. Pero es que tampoco usamos el método del billetito, sino que pones la tarjeta en el lector, te cobra el monto del pasaje (adulto / escolar /v universitario) y pasas como todos. Al salir no hay nadie que revise.
ResponderEliminarAh, cierto, aquí las familias numerosas (que son muchas) no tienen trato especial, algún gobierno dictatorial reciente luchó contra esas familias obligando o forzando la esterilización de las madres, pero ese es otro tema.
Un saludo para Primogénito gracias por la primera parte del comentario que dejó en otro blog (asumo que es el mismo Primogénito, y si no, igual saludos por ser tan generoso)...
No, si aquí también funciona así. El problema es cuando sacas un único billete
EliminarMi hija fue a la Pau el otro día y había miles de jóvenes en la estación. Pues les hicieron pasar por un sólo pasillo para que no se colaran. Se puso de los nervios, la pobre. Un beso.
ResponderEliminarNormal que se pusiera así.
EliminarNada discriminatorio!! No te estreses!!!
ResponderEliminarMe parece que hacen bien su trabajo. Hay muchísima gentge que se cuela por todas partes por la face!!! Un control desproporcionado quizás!
Ya, pero yo, ¡¿qué culpa tengo?! ¿Y a los demás por qué no los controlan?
EliminarMe ha sorprendido mucho que te den el billete sin hacer la comprobación, que sería lo lógico.
ResponderEliminarEs muy curioso la manera de utilizar la tecnología en las administraciones públicas (y en muchas empresas privadas). Se conforman con quitar al revisor y a la taquillera y lo cambian por una máquina de vending muy tonta que escupe billetes a cambio de dinero. Sin embargo, por lo que se ve no usan después la tecnología para controlar el fraude. Supongo que necesitan esa parte de la inversión para pagar la mordida y la sobrefactura de la máquina de vending.
En cuanto a lo de pasar al usuario la carga de la prueba, considerando a todos posibles defraudadores, es muy típico también. No le eches la culpa al pobre del tornillo de salida, que hace su trabajo y hace lo que debe, o sea, lo que le han mandado...
Ah, y yo te noto sí, menos frecuente, y más telegráfico, pero tan encantador como siempre y por eso te lo perdono. Lo que no te perdonaría es que me abandonaras (no sé si queda suficientemente melodramático o debería cargar más las tintas...). :-)
Carmen, tú sí que me pillas rápido. Eres más lista que el hambre.
EliminarSnif, tu último párrafo me ha emocionado.
Efectivamente era el mismo Primogenito
ResponderEliminarEn 1 sRemana te cuento en vivo y en directo como "compartir internet" desde tu iphone
ResponderEliminar¡Bravo!
EliminarMe gusto tu comentario, Marga. De hecho lo retuitee a mis ya mas de 200 seguidores, jajaja
ResponderEliminarPater! yo sí entiendo que te pidieran justificación...con la mochila a cuestas debías parecer un niño!!! y cualquiera se cree que tienes 6 churumbeles.
ResponderEliminar¿Te dejo el Ferrari:)
Buen finde!
jajajajajajaja, gracias
EliminarY ..., no, no hace falta que me lo dejes -)
Y porque no te sacas un bonotransporte?? Yo creo que eso es más cómodo si lo vas a usar a diario y más barato sin duda.
ResponderEliminarUn saludo
Seuro, el problema es que, de momento, no voy a diario y a la larga me saldría más caro.
EliminarEvidente, Páter...
ResponderEliminarBuenooooo, el tema de los bonos transporte da para un blog entero. Aquí lo de las familias numerosas no existe, y son personalizados con foto, normal, estudiante o pensionista. Para evitar la picaresca, y que los estudiantes pagaran a sus amigos no estudiantes, durante una época se "prohibió" utilizar la misma tarjeta en un periodo inferior a media hora. O sea, que si que es una ciudad pequeña, pero si por casualidad a algún pobre "desgraciado" se le ocurría vivir a dos líneas de autobús de donde estaba, le tocaba esperar si o si a que pasase ese tiempo. A un chico que conozco, le ocurrió esto, pero agravado con que había ido a acompañar a la chica con la que sale, y tenía que coger el último bus de la noche. La maquinita dijo NO, el chico no llevaba dinero, y el simpático del conductor le dejó en tierra... Menos mal que por lo menos móvil si tenía, y a esas horas tuvo que avisar a su madre para que fueran a recogerlo (aclaración: era la primera vez que le pasaba lo de no poder utilizar su tarjeta por el tiempo; no es que sea poco precavido). Gracias a Dios debió de pasarle lo mismo al hijo de algún concejal y rápidamente lo arreglaron ;)
ResponderEliminarEstá claro que no he conseguido explicarme bien.
EliminarMuy fuerte lo que cuentas.
¡¿A Barcelona en bici?! ;-)
ResponderEliminarNo sabes como te comprendo. Sobre todo desde que en mi comunidad autónoma, Canarias, no expidan más que un carnet por familia numerosa. El resto de la familia debe llevar una fotocopia compulsada y hecha por la porpia administración. Pero los funcionarios que hacen las redadas en nuestras guaguas o en el tranvía, no lo dan por válido y tienes que discutir con ellos durante interminables minutos sobre la conveniencia de llevar el carnet:
ResponderEliminar- lo lleva mi marido que viaja mucho y en los aviones se lo piden, explico yo
- ya, pero usted debe llevar otro
- no lo dan, no hay dinero, llame allí y se lo confirmarán
- yo no tengo porqué hacer eso
-pues entonces creame, porque yo no tengo porqué darle explicaciones de porqué la consejería me da un papel compulsado y no un carnet...
Y así hasta el aburrimiento. Mis hijos ya se esconden para no liarla con el funcionario :(