viernes, 21 de septiembre de 2012

Otra guardia de imputados

Ayer estuve de guardia y eso hizo, entre otras cosas, que tardara en contestar vuestros comentarios a mi anterior entrada. La guardia era de imputados, así que esperaba cierta actividad.

a cosa se animó relativamente temprano, pues a las 9:15 horas ya recibí la primera llamada de un Juzgado, el Instrucción 1 en este caso, diciéndome que tenían a un imputado para tomarle declaración. Al poco tiempo, me llamaron del Juzgado de Instrucción para avisarme de que tenían a dos imputados citados a las 12:00 h para declarar. "No hay problema -dije- En cuanto acabe en el 1, voy para allá" A partir de ahí fue una sucesión interminable de llamadas y asistencias hasta las 15:40 h, que es cuando salía del edificio de los Juzgados tras haber asistido a 10 personas.

Tres de los imputados lo eran por un presunto delito contra la seguridad del tráfico (vamos, que habían sido pillados conduciendo bebidos o, como uno de ellos, se había negado a someterse a las pruebas de alcoholemia), tres más como presuntos autores de un delito de malos tratos en el ámbito familiar, otros dos por lesiones y dos más por usurpación de vivienda.

Sé que la mayoría de estos hechos esconden auténticos dramas, pero eso no quita que se den situaciones que pueden resultar graciosas. Por ejemplo, con uno de los imputados por haber conducido bajo los efectos del alcohol, los hechos se remontaban a noviembre de 2010 (no entiendo por qué no se había hecho nada hasta ahora), estaba yo preparando su declaración cuando nos avisaron que la Juez estaba esperando. Esta Juez no se caracterizaba por su buen humor precisamente y, en un momento del interrogatorio, la Juez le pregunta si el día de los hechos había cenado, contestando que sí el imputado. Después le pregunta si había bebido y el tío contesta "Sí". Entonces la Juez insiste y le pregunta "¿Qué bebió Vd.?" Entonces, el cliente me mira con cara de asombro y dirigiéndose a la Juez, le dice "Pues alcohol" Sé que es una chorrada, pero consiguió que se me escapara la risa.

Aparte de esto, no hubo casi nada divertido. Sin embargo, me llamó la atención el asunto de la usurpación de vivienda. Los imputados eran dos chicos jóvenes (forman una pareja de hecho) con una niña pequeña y esperando su segundo hijo. Cuando me acerqué a ellos con la intención de preparar la declaración, se interpuso entre nosotros el padre de él, quien me explicó la historia. Al parecer -y siempre según el padre y suegro de los imputados- habían sido estafados porque ellos estaban en ese piso al amparo de un "contrato" de alquiler que me mostraron para acreditarlo. Al parecer, vieron un anuncio en un locutorio donde decían que se alquilaba un piso por 400 euros al mes. El piso era grande y, lo más importante, nuevo. Llamaron a ese número y quedaron en un bar. A la hora acordada llegaron dos chicos jóvenes y les enseñaron el piso. Les gustó tanto que firmaron un "contrato" (según él, en el piso, según ella en el bar). El contrato, que exhibía orgulloso, además de no tener sello alguno, ni estar sellado por la Cámara de la Propiedad, tenía un garabato evidentemente ininteligible) al final del mismo bajo las palabras "El Propietario". Ellos "pagaron" una fianza de 1.200 euros y 3 meses por adelantado. Desde enero de este año, los pobres "no han podido" pagar la renta porque "el propietario" no se ha vuelto a presentar. Sin embargo, en ese mismo mes, se personó en la vivienda una persona que dijo ser el representante de la propietaria, una sociedad mercantil vinculada a una entidad financiera.

Cuando acabó de explicarme "la historia", les pregunté si pagaban luz, contestándome que intentaron cambiar el contrato a su nombre y la compañía no se lo hizo porque "existía una deuda de un anterior propietario". Le pregunté si tenían luz y me dijo que sí. "¿Y agua?, ¿tenéis agua?". "Sí, claro", fue su rotunda respuesta. Para acabar, les pregunté si tenían llaves de la vivienda, contestándome que "por supuesto que sí, nos la dio el propietario"

La declaración podéis imaginar cómo fue. Cuando la Juez le preguntó si tenían luz dijo que sí ("Bueno, no me ha mentido", pensé), que tenían hecho un empalme y la cogían de la calle. Y cuando el abogado de la propiedad le preguntó cómo explicaba que la cerradura estuviera forzada, un atronador silencio se apoderó de la sala. Yo ya no sabía dónde mirar.

¿Por qué? ¿Por qué el cliente sigue siendo el principal adversario del abogado?

11 comentarios:

  1. No me quiero ver en el pellejo de los abogados. ¿Como se plantea una defensa en estos casos? En fin, ¿como era esos de si nacistes para martillo ....
    Un abrazo.

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    1. La mayoría de las veces haces lo que puedes e intentas que la pena sea lo menor posible

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  2. Alucino, es que dan ganas de mandarlos a la porra ahí mismo!!
    tu trabajo es muy, muy pero que muy interesante. Cada vez que nos cuentas algo de él, me alegro de no ser abogado y me doy cuenta de que, con mis malas pulgas, nunca lo podré ser!!! jajajaja.
    Un bico, Pater!

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  3. Yo tampoco valdría para abogado. Hay gente que no merece que la defiendan, pero tienen derecho. Un beso.

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  4. Acabo de descubrirte, a través de Madreymas. Yo también soy abogada y madre de "solo" dos criaturas. Me ha gustado mucho la historia de tu guardia, yo a mis clientes de turno les suelo decir, por favor, al abogado SIEMPRE la verdad. Pero te encuentras a cada uno.... En fin, encantada de leerte, me pasare por aquí.

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    1. Encantado de leerte y bienvenida a tu casa. Efectivamente, al abogado siempre la verdad, pero parece que les cuesta entenderlo.

      Nos leemos

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  5. Suele ocurrirle a los abogados. sus clientes piensan que los pueden defender a pesar de sus mentiras.
    Besazo

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