miércoles, 1 de junio de 2011

LinkedIn

Para el que no lo sepa, LinkedIn es un sitio web orientado a negocios, una especie de red social profesional.

Hace ya tiempo que me di de alta en esta web y lo único que he conseguido es aumentar el número de contactos y seguir un poco más de cerca las trayectorias profesionales de aquellos conocidos que, por circunstancias de la vida o lugares de residencia, tengo más distantes. No he conseguido ningún cliente a través de esta red y una vez contactó conmigo un abogado alemán (de origen español) que debía llevar un asunto en España. Después de varios mensajes y varios meses, no volví a tener noticias suyas hasta que me llamó por teléfono (más de un año después) el abogado de una compañía mercantil (la contraria para entendernos) para intentar alcanzar un acuerdo, pues en no sé qué documento figuraba mi nombre como abogado del perjudicado. Me puse en contacto con el abogado alemán y, sin disculparse por las molestias, ni agradecerme la información que le trasladaba, ni darme muchas explicaciones, me volvió a explicar un rollo ininteligible por el que no llegó a cuajar la colaboración (de hecho no llegó ni a empezar). Después de esa anécdota no me ha extrañado nada el affaire de los pepinos (es cierto, cualquier titular de esta noticia de "los pepinos", está llamado a ser objeto de burla y escarnio) iniciado por Alemania en una ... no sé cómo decirlo ... precipitación en su diagnóstico.

Lo que quería explicar es lo que me pasó ayer con este red de contactos profesionales. Me encontraba yo en el despacho cuando me llegó un correo electrónico en perfecto inglés animándome a invitar a nuevas personas a formar parte de mi red de contactos. Sé que lo hice todo muy rápido, pero de lo que estoy seguro es que seleccioné a la gente que quería que se le remitiera la invitación (unos pocos, la verdad).

Desde entonces no he parado de recibir aceptaciones a esa invitación de gente a la que no había seleccionado, otros a los que ni sabía que eran contactos míos, otros que no sé ni quiénes son. Alguno me ha llamado por teléfono preguntándome qué es eso. Mi suegra, que hoy me había invitado a comer y que tiene 83 años, estaba muy interesada en que le explicara para qué servía la invitación que (inconscientemente) le había cursado.

Deduzco que lo que ha hecho esta red social es coger, no sólo mis contactos de mi cuenta de correo electrónico, sino incluso a aquellas personas que aparecían copiadas en algún correo que algún día recibí de alguien. Podéis imaginar que el envío de invitaciones a formar parte de mi red ha sido masivo.

Prefiero no pensar mucho en eso y espero, sobre todo, no recibir ningún correo electrónico o llamada telefónica de algún abogado alemán que necesita de mi colaboración en un asunto.

7 comentarios:

  1. Yo también lo he recibido, Pater. No te contesté porque pensé que no tenía nada que ver con tu profesión. Pues menuda...

    Un saludo:
    Sunsi

    No puedo entrar en tu blog con mi nick...

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  2. Yo también estoy en LinkedIn y no he caído en esa taimada artimaña. Mis contactos no los comparto con nadie y si tengo que invitar uno a uno, pues lo hago.

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  3. Gracias Sunsi por ignorarlo.

    No sé qué puede pasar con lo de tu nick, pero los demás comentaristas accden como siempre. Es verdad que no entiendo mucho de esto, pero he repasado la configuración y -hasta donde alcanzo- todo parece estar bien.

    ND ha sido lamentable. Cada vez me entero de más gente que lo ha recibido y ... vaya tela. Imagino que debí hacer algo mal, pero también recuerdo perfectamente haber seleccionado los destinatarios de la invitación

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  4. Quizá te escriba el abogado de la taimada senadora Cordelia, la frívola fraülen que ha dañado nuestra agricultura. Aconseja a ambos (clienta y abogado) el suicidio como forma digna de lavar su honor.

    Ni idea de lo de la red social: yo me quedé en que los abogados no podíais poner anuncios en el periódico, de eso debe hacer 100 años.

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  5. Pues yo no lo recibí.... jajajajajaja.
    Me río pero no es una broma, los que no tenemos ni idea de estos mundos internetiles, a veces nos perdemos en cuanto nos mandan un mensaje así. De todos modos yo siempre rechazo todo, por si dp meto la pata.

    Por cierto, Sunsi, a mi tb me daba problemas hasta que intenté entrar en cuenta google, puse mi dirección y contraseña y si te fijas, aparece justo debajo un cuadradito marcado por defecto (creo que pone cerrar al salir, o algo así), si lo "deseleccionas" puedes entrar normal.

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  6. He recibido varias invitaciones de Linkedin y las he rechazado todas. Ayer pensé en darme de alta: descubrí que una amiga, cuyos intereses están cercanos a los míos y quien, además, me inspira bastante confianza, estaba en esta red y no, por ejemplo, en Facebook. Me lo estaba pensando, pero después de leer este post, lo voy a dejar de momento. Gracias por la información.

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  7. Con permiso, Pater. Quería darle las gracias a leles. Bicos, galleguiña... Lo pruebo a ver...

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