miércoles, 15 de febrero de 2012

Recogiendo a Ma.

Ya sé que hoy tocaba entrada explicando las sensaciones de Ma. en su reciente viaje (relámpago y caro) a Madrid, pero no podrá ser. Y no podrá ser por una sencilla razón: no me ha dado tiempo a hablar con ella. Os cuento.

Por la noche, cogí el coche (es una forma de hablar porque ni lo cogí en brazos, ni es un coche, sino una furgoneta o "fragoneta") y me fui a Barcelona -a la estación de Sants- a recoger a Ma.

Al llegar me encontré un numeroso grupo de padres y algunas madres que iban a recoger a sus hijas. Saludé a alguno, no muchos porque mi timidez, unido a que llevamos poco tiempo en ese curso porque Ma. se incorporó en 1º de ESO y la mayoría de padres se conocen desde Primaria, me impide ser muy sociable. Reconozco que el móvil ayuda a no quedarte con cara de bobo observando los paneles informativos sobre las salidas y llegadas de los diferentes convoyes (¿qué, mola lo de "convoyes?).

La hora de llegada estaba prevista para las 23:45 h. ¡Vaya!, me habían dicho que era a las 23:20 h, pero no pasa nada, más tiempo "consultando" el móvil para no tener que hacer más levantamientos de cejas al cruzar la mirada con algún que otro padre en las mismas circunstancias que yo.

Con una puntualidad germana (había escrito británica, no sé por qué) arribó el tren y subió la primera de las niñas adolescentes, localizó a su padre y le estampó un beso en toda la mejilla. Al ser la primera y subir sola, todos los demás padres fuimos testigos de la escena, lo que creo, dejó un poco azorado al padre de la criatura.

Todos los padres se acercaron (yo ya estaba, de casualidad, allí) a esa escalera y esperamos la llegada del resto de niñas. Enseguida, como una marabunta, empezaron a aparecer niñas y pude ver a Ma. que, desde lejos, me sonrió, se fue acercando y me dio un beso. Con ella venía E., una amiga suya, cuyos padres las acompañaron a estación el lunes muy temprano para coger el tren camino de Madrid. Ahora, lógicamente, me tocaba a mí recogerlas.

El viaje a casa ya os podéis imaginar cómo fue. Ma. y su amiga hablando como descosidas entre bostezo y bostezo. Ya se sabe, estos viajes es lo que tienen, andas mucho, hablas mucho, te ríes todavía más y dormir, lo que se dice dormir, duermes poco. Dejamos a su amiga en su casa y al llegar a la nuestra, Ma. saludó a A. y se dirigió rápidamente a su cuarto para coger, cuanto antes, la cama. Esta mañana, como una campeona, se ha levantado a las 7:00 h.

Bueno, cómo me he enrollado para deciros que no he podido hablar con ella. Espero hacerlo dentro de un rato y mañana os cuento.

No tengo tiempo de buscar una BSO. Mañana (tranquilos que no habrá doble ración).

17 comentarios:

  1. ¡Ay, Pater, cómo te lo has currado para escabullirte del post de hoy! Jajaja, la verdad es que no sé si reírme o regañarte...

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    1. Cuando leí este mensaje por primera vez, reconozco que no entendía nada. ;-)

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  2. ¡Mola! ¡He comentado antes de que escribieras tu post!

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  3. Que le fue bien... está clarísimo. Por las risas con la amiga y por el sueño atrasado. Me ha hecho gracia lo del móvil. Estas situaciones son incómodas... A mí me da por buscar en el bolso algo para leer y muestro más interés por esa lectura para no tener que levantar la vista.

    Bueno, Pater...ya contarás...

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    1. Veo que todos nos buscamos algo qué hacer con tal de no estar esquivando miradas.

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  4. Bueno, tu niña adolescente ya tiene una aventura que contar. Un beso.

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  5. ...lo de la puntualidad británica debe estar bajo sospecha desde que el big ben anda torcido.

    Te reconozco que hay veces (lo siento SaraM) que esas cejas, no sabes como pesan ;)

    Recuerdos a tus chicas!

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    1. Pues no lo sé, la verdad, de dónde vendrá.

      Muy bueno eso del peso de las cejas.

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  6. Pido una aclaración a "subió una de las adolescentes". ¿Subió?

    Curioso lo de la timidez: te suponía muy echao pálante.

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    1. Jajaja, todo es relativo Leles...

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    2. Tienes razón, Fernando. Daba por hecho que todos habéis estado en la estación de Sants. ;-) Las vías (y el andén) están abajo. A nivel de calle (arriba tomando como base donde llega el tren) está el enorme hall donde la gente espera a los viajeros. Por tanto, bajaron del tren y subieron al hall donde esperábamos los padres.

      jajajajaja, Leles.

      Eso, Sara M., todo es relativo

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  7. Síííí, jajajajajaja, son situaciones un tanto estresantes.

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  8. Cuando quieras, el intercambio lingüístico (así lo llama Colette) podría ser catalán-gallego/gallego-catalán, ¿no?

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