jueves, 11 de noviembre de 2010

Preparar maletas

Mañana, muy temprano, A. y yo nos vamos de viaje a Lisboa. Hacía ... ¿cuánto? ... no sé, muchos años que no nos íbamos solos y, la verdad, nos hace mucha ilusión. Como habréis adivinado los más sagaces (utilizar la palabra "sagaces" es un pequeño homenaje a un amigo mío), este viaje es un regalo por los 40 años que recientemente cumplió A.

¿Por qué Lisboa? Pues no lo sé. La idea es irse solos y cuando son pocas las veces que lo haces, lo que valoras es el hecho de irse, no el destino.

La entrada de hoy quería que tratara acerca de un hecho -aparentemente sencillo- como es la preparación de las maletas. Cuando es uno el que se va, se la prepara y ya está (hay quien cuando era joven se la preparaba su mamá y ahora lo hace su mujer, pero son casos aislados), cuando quien se va es un matrimonio, la mujer suele esmerarse en esa tarea y el hombre, pues eso, la hace a última hora y ya está. Total, lo realmente importante es no dejarse nada imprescindible.

Nuestro caso, sin embargo, sería el segundo de los expuestos al que habría que añadirle un pequeño detalle. Para hacer nuestras maletas, antes hemos tenido que preparar las de los 6 niños. Es verdad que los mayores se la han preparado ellos, pero eso no quita que debas repasar no sea que se hayan dejado el pijama o cualquier otra cosa. En esta ocasión, además, se da la circunstancia de que al irnos un viernes (y volver un domingo muy tarde) deben llevarse  también preparado el uniforme del colegio para dos días (viernes y lunes).

Ayer, al llegar a casa, me encontré a la pobre A. que iba colocando montoncitos de ropa de diferentes tamaños en diversos muebles de la casa. Se me ocurrió preguntarle si necesitaba ayuda y me contestó: "Sí, encárgate de que Mi. prepare su maleta". Mi. (a menos de un  mes para cumplir los 11 años), aunque majete, es un poco despreocupado. De esta forma, más que supervisar, me encargué de ir cantándole lo que debía meter en la maleta.

Quizá alguno se pregunte cómo se hace para colocar a 6 niños. Es cierto, es difícil, pero en esta ocasión, contamos con la inestimable ayuda de J. y M. (y sus maridos), aquellas amigas que montaron la fiesta sorpresa de A. Lo más sorprendente es que J. tiene 7 hijos y pretendía quedarse con 4 y M. tiene 3 y quería a 3. Al final, J. "sólo" se quedará con 2, M. con 1, mis padres con otro, mis suegros con uno también y los padrinos de Q. se lo llevarán "a la nieve" (si un día me acuerdo, explicaré la diferencia que hay entre "ir a esquiar" e "ir a la nieve").

Esta tarde, estaremos A. y yo solos. Todavía no me lo puedo creer. Ya os contaré a la vuelta.

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