Esta tarde mi suegra nos ha regalado una de esas tardes en las que nos anima a ir al cine y ella se queda con los niños. A diferencia de otras ocasiones, A. ha decidido que nos íbamos con los dos mayores a ver "Vivir para siempre", una película que, desde que se estrenó, teníamos muchas ganas de ver.
Y no nos ha defraudado. Tenía ganas de ver una película que te hiciera pensar, que te emocione y que te tuviera esa hora y media pendiente de todos los detalles.
No voy a hacer una crítica de cine porque no es lo mío, pero os diré que me ha gustado mucho y que la recomiendo a todo el mundo. Para los que vayáis a verla, comprobaréis que, a pesar del tema que trata, no se recrea en absoluto en el dolor ni provoca la lágrima fácil (aunque las provoca). Veréis que el tema está tratado con mucha delicadeza.
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