Cada mañana, cuando voy al despacho, me cruzo con gente. Al inicio del recorrido, paso cerca de un colegio con alumnos con edades comprendidas entre los 4 meses y los 12 años. Allí veo a madres llevando niños al colegio, abuelas acompañando a sus nietos, algún padre haciendo lo mismo con sus hijos.
Más adelante paso cerca de un Instituto de Educación Secundaria y veo a esos preadolescentes y adolescentes que hacen deporte en el patio.
Pero también me cruzo con un personaje. No sé quién es, tendrá unos cincuenta y pico años, gafas, pelo algo rizado y canoso y un andar un tanto peculiar (o quizá de tanto verlo, ya me resulta familiar). Lo veo siempre. Pero cuando digo siempre es siempre. Da lo mismo que ese día haya salido antes, me cruzaré con él. Si salgo más tarde, también. Sólo nos falta saludarnos, pero no lo hacemos porque no nos conocemos de nada, bueno sí, de cruzarnos diariamente.
A veces me ha dado por pensar que el hecho de cruzarme siempre con él, será por algo. Es entonces cuando empiezo a "comerme el tarro" con si debería saludarlo, pararme a hablar con él, no sé, infinidad de cosas. Yo, que de por sí soy tímido, lucho por quitarme estas (peregrinas) ideas de la cabeza, no sea que me sienta obligado a hablar con él.
Mientras sigo dándole vueltas a todo esto, él aparece al final de la calle, nos cruzamos y dejo de darle vueltas a la cabeza ... ¡hasta el día siguiente!
Esas personas con las que nos cruzamos siempre -o casi siempre- acaban formando parte de neustra vida, y estoy seguro que tú también formas parte de la suya.
ResponderEliminarYo cada día coincido con unos cuantos, ... y les he tomado cariño. Habrá que parar alguna vez a alguno ... o tal vez basta con desearle Feliz Navidad.
Me ha encantado tu entrada, entre otras cosas porque reflejas algo que me pasa también a mí.
Yo también tengo algunas personas con las que me cruzo y hay veces que si vas un poco distraido puede escapársete un ¡hasta luego!
ResponderEliminarYo, incluso hay alguno al que le tengo puesto mote.
Me parece que cualquier día de estos ... con el tema de que es Navidad... igual te sale iniciar un pequeño acercamiento, como por ejemplo un saludo con la cabeza... Luego llega el resto. Y nunca se sabe... Igual dentro de un tiempo acaba por formar parte de tu grupo de amistades.
ResponderEliminarVete a saber si a él, como comenta Modestino, le sucede lo mismo.
Un saludo