Hablaba ayer con mi amigo J. y me dejó preocupado. Me contó que el sábado participó en una competición que consistía en correr 100 km. en una pista de atletismo y que estaba cansado. ¡Sí, habéis leído bien! ¡100 Kms! ¡¿Cómo que cansado?! Yo estaría muerto. Pero si esa es la distancia que hay entre Barcelona y Tarragona (o un poco menos que la que hay entre Madrid y Ávila). Si yo fuera un "aficionado" a estas cosas, me puedo imaginar la escena:
Yo: A., me voy que he quedado con Sunsi que me tiene que explicar qué debemos hacer con nuestros hijos adolescentes.
A.: Ops, pues yo necesito el coche.
Yo: No te preocupes, iré corriendo.
A: ¿Llegarás a cenar?
Yo: No, no creo. No me entretendré, pero llegaré mañana a desayunar.
¿Os podéis imaginar por un momento lo que ha hecho este tío? Me dijo que tardó 13 horas en completar la distancia. Existe el agravante de que la carrera discurre siempre en una pista de atletismo (400 m.), por lo que tuvo que completar 250 vueltas para finalizarla. Siempre el mismo paisaje.
Pero volvamos a la distancia entre Barcelona y Tarragona (exactamente son 98 Km, por lo que aún le faltarían dos para acabar). Por un momento me imaginaba corriendo -destrozado- y observar un cartel que pone Martorell, más adelante otro en el que dice Vilafranca del Penedés, al cabo de un rato, Comarruga, Altafulla ... ¡Es una locura!
Pensaba en las ocasiones que quedo con mis amigos para jugar a la Play y cómo acabamos con agujetas en los dedos de la mano. Imaginaos por un momento correr 100 Kms. No sé cómo lo veis vosotros y quizá no sea para tanto, o yo sea un exagerado, pero la verdad es que no conocía a nadie que hubiera hecho algo así. ¡Y es un tío aparentemente normal!, padre de familia responsable. No sé, me dejó descolocado.
Comentaba que el primer clasificado recorrió las 250 vueltas a esa pista de atletismo en 8 horas y pico. Seguro que es un crono buenísimo, pero me da igual, me sigue pareciendo una barbaridad en sí, se tarde lo que se tarde en acabar la prueba. Siguiendo con el primer clasificado me dijo que era un tipo de Zaragoza (¿no sería Modestino?, me preguntaba para mis adentros) y que era especialista en largas distancias (vamos, como una azafata del AVE). Le pregunté qué premio le dieron al primer clasificado y me dijo que nada, lo mismo que a todos los participantes, una camiseta, un diploma y una maleta de ruedas. Cuando le mostré mi sorpresa me dijo que debía entenderlo, que tiene un blog y que .... ¡Jó, yo también tengo un blog y no corro 100 Km!
Averigüé también que el "premio" recibido era más o menos del coste de la inscripción. (...) Un momento. ¿Me estás diciendo que participar en esta carrera vale dinero? Sí, claro, me contestó con una naturalidad asombrosa. Sigo sin entender nada.
Lo más gracioso es cuando intentaba justificarse explicando que había gente que hacía cosas más ... más ... no sé qué calificativo utilizar, la verdad. Uno de los que le escuchábamos comentó que hace un tiempo salió por la tele un energúmeno que corría una maratón diaria en una ciudad distinta. Además de mucho tiempo libre hay que estar un poco mal de la azotea, ¿no?
Sabía que mi amigo se aficionó hace ya unos cuantos años a las travesías por la montaña, que participaba en caminatas entre una montaña y otra (tipo competición), que le gustaba hacer senderismo un poco más ... humm ... ¿extremo?, pero de ahí a participar en este tipo de pruebas ... Vamos que llevo años siendo amigo de Forrest Gump y yo sin saberlo.
En definitiva, está muy bien hacer deporte, pero como casi todo en la vida, no hay que pasarse de la raya, sino (y no lo digo por mi amigo) puede convertirse en una adicción.
Averigüé también que el "premio" recibido era más o menos del coste de la inscripción. (...) Un momento. ¿Me estás diciendo que participar en esta carrera vale dinero? Sí, claro, me contestó con una naturalidad asombrosa. Sigo sin entender nada.
Lo más gracioso es cuando intentaba justificarse explicando que había gente que hacía cosas más ... más ... no sé qué calificativo utilizar, la verdad. Uno de los que le escuchábamos comentó que hace un tiempo salió por la tele un energúmeno que corría una maratón diaria en una ciudad distinta. Además de mucho tiempo libre hay que estar un poco mal de la azotea, ¿no?
Sabía que mi amigo se aficionó hace ya unos cuantos años a las travesías por la montaña, que participaba en caminatas entre una montaña y otra (tipo competición), que le gustaba hacer senderismo un poco más ... humm ... ¿extremo?, pero de ahí a participar en este tipo de pruebas ... Vamos que llevo años siendo amigo de Forrest Gump y yo sin saberlo.
En definitiva, está muy bien hacer deporte, pero como casi todo en la vida, no hay que pasarse de la raya, sino (y no lo digo por mi amigo) puede convertirse en una adicción.
Desde hace pocos años ha surgido en mi país una fiebre por competencias deportivas abiertas a todo tipo de público, y ya he perdido la cuenta de cuántas hay, pero cada vez son más largas y extremas, como una posta desde Los Andes al mar, y otras tan larga como la que mencionas y más extrema, me parece, pues implica subir y bajar cerros de la precordillera de Los Andes, y así. Es muy bueno, me parece, aunque definitivamente para mi no es, aunque siempre hayan alternativas de medias, un cuarto o el 10% de la carrera más exigente.
ResponderEliminarSaludos
¿Eres el esposo de Sunsi?
Lo que no alcanzo a comprender es por qué corren. Para hacer deporte no hay que tener prisa...
ResponderEliminarPues si, a mí también me parece una pasada. Lo de la maratón tiene su aquél, porque al menos tiene un origen. Lo de los 50 km marcha no sé de dónde sale, pero bueno. Pero, ¿100 km? ¿13 h?. U ocho, me da igual. Creo que es perder la noción de lo que es normal o no. A mí desde luego en una de esas no me pillan...
ResponderEliminarAleMamá, aquí también existen ese tipo de "competiciones" y cada vez son más extremas y con más participantes. Curioso.
ResponderEliminarNo, no soy el esposo de Sunsi. Era para demostrar lo que podía hacer, pues la distancia entre Barcelona y Tarragona es de 100 Km. Además, Sunsi sabe mucho de educación, por eso decía que acudía a ella para que me orientara con nuestros adolescentes (de A. y míos) ;-)
Si. Carmen, siempre se ha dicho que correr es de cobardes.
Sara M., eso es precisamente lo que acabamos comentando. A raíz de esa locura de los 100 Km.
Pues yo me arrodillo ante tu amigo. Hay que ser un campeón para apuntarse a competiciones así, y... un supercampeón para acudir a ellas.
ResponderEliminarPersonalmente no me gusta correr, se me sale el corazón a las primeras de cambio y me pongo como un chorizo. Además, no puedo hablar mientras corro, y si es en una pista mucho peor... pues me aburre el paisaje. Casi prefiero caminar o andar en bicicleta (a esto último sí que soy aficionada).
Pater, somos todos un poco raritos y cada uno tenemos nuestros vicios.
Yo creo que el deporte tan intensivo no puede ser bueno para la salud. Cada vez se oyen más casos de gente joven deportista que muere de un infarto por sobreesfuerzo. Un beso.
ResponderEliminarYo, si tuviera que correr 10 metros para coger el autobús, moriría de un infarto.
ResponderEliminarSólo de pensarlo se me aceleran los latidos.
Perdona, Pater. Estoy llorando de risa. Solo falta que entre Tomae diciendo: "Recuerdos a Sunsi" Claaaro... tanto darle Perico al torno y la pobre Alemamá se ha hecho un lío.
ResponderEliminarMe he cansado solo de leer lo de los 100 Km... Soy de asfalto. ¿Y tienen que pagar? Uy...no. Quita, quita... Que estamos en crisis.
Estoy con Susana que esto no puede ser bueno. Quien dice esto ... dice jugar a paddle 5 días a la semana con una edad redonda.
Un saludo para ti, A. y la tropa.
Por cierto. Creo que Modestino también es de asfalto...