Estoy convencido de que mi amigo J. (o Forrest Gump) dará para mucho. Ya os conté aquí que en una ocasión le dio por participar en una competición en la que debía correr 100 Km. dando vueltas alrededor de una pista de atletismo de 400 metros.
Si eso era preocupante -y más teniendo en cuenta que se trata de un padre de familia numerosa que está a punto de cumplir 43 años- lo que me contó el otro día me deja sin capacidad de reacción. No sé dónde encasillarlo. Quizá sería preciso replantearse todas las etiquetas existentes y crear una solo para él.
Estábamos en casa celebrando el fin de año con éste y otros amigos cuando, como quien no quiere la cosa, nos cuenta que uno de sus hijos (creo que tiene 15 ó 16 años) llevaba unos días levantándose muy temprano, a eso de las 5,30 horas. Intrigado por ello, al final decidió preguntarle el motivo de esos madrugones. Su hijo le contestó que iba al gimnasio y participaba en unas sesiones de spinnig ...
(aclaración: spinning vendría a ser la práctica de un ejercicio físico sobre una bicicleta estática, que se realiza de forma grupal, al son de la música -hortera- y dirigidos por un/a monitor/a)
... Dicen los que lo practican que es duro, muy duro. Sólo hay que observar la imagen que ilustra esta entrada (elegida al azar en internet) para descubrir que eso no es normal.
Pues bien, además de quedar claro que esa obsesión de mi amigo J. es hereditaria, a J.-Forrest no se le ocurrió otra cosa que acompañarle. Nos contaba muy divertido cómo ese ejercicio le dejó baldado (bonita forma de empezar el día) y expulsando el corazón por la boca. Al mismo tiempo reconocía que no quería quedar mal delante de su hijo, lo que hizo que aguantara el tipo como pudo. ¡¿Cómo que no quería quedar mal?! Pero si el mal ya estaba hecho acompañándole.
Estaba yo dándole vueltas a la cabeza de cómo había podido echarse a perder un amigo de esta forma, cuando esta mañana me encuentro a E., su mujer, y me cuenta que el otro día volvió a hacerlo, volvió a ir en compañía de su hijo a una hora intempestiva a pedalear como un poseso al ritmo de la música. Y lo que es peor, parece que no ha sido solo una vez la que ha repetido.
Esta noche jugaré con él a padel. Debo armarme de valor para, con cariño -e inflexible a la vez- decirle que eso no puede ser bueno. Que hay gente que empieza así y acaba delinquiendo con absoluta naturalidad.
No sé, ¿qué más puedo decirle?
Vamos a desengrasar con la BSO de Candilejas, clásico entre los clásicos.
¡Y desengrasas con "Candilejas"... !Yo le llevaría esta melodía en una bandejita de plata y una copita de cava. Luego le recitas los siguientes versos de Quevedo:
ResponderEliminar"Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado."
Que llore un poco como yo hace un rato. Lo cojes con las defensas bajas y le dices que una bloguera sabe de muertes súbitas a base de forzar la máquinaria. Y abundas en la pena de hijos sin padre y esposa viuda... tan joven todavía...
Preciosa BSO has traído hoy, Pater.
Gracias Sunsi por la propuesta. No me atreví. Le dejé leer la entrada y se rió mucho.
EliminarPerdón. Quise escribir maquinaria ...
ResponderEliminarA ver Pater, me parece que estás exagerando un poco. Lo que no es normal son las horas, y más aun que un niño( por contraposición a adulto), haga ese tipo de barbaridades para un cuerpo aún en crecimiento. Pero al margen de eso, el spinning es un ejercicio como otro cualquiera. Duro, desde luego. Y conste que cuando lo probé tuve que abandonar porque creía que se me salía el corazón. Pero también es malo jugar dos horas seguidas al pádel si solo acostumbras a hacer tumbing...
ResponderEliminarSí, claro que exagero, aunque en el fondo hay algo más que broma.
EliminarDile que lo de sudar no es nada chic. Y si te dice que no le importa lo de ser chic tú le contestas que ¡Justamente! Si dejara lo del spinning entonces le daría importancia a lo de ser chic, y, al darle importancia, sería más chic automaticamente.
ResponderEliminarPara cuando lo quiera comprender, habrá mejorado su salud considerablemente.
Carmen, no creo que eso funcione con él, pero se agradece la idea
EliminarOye, Pater, creo que va mal el reloj del blog. Son las 23:40, a ver a qué hora figura mi comentario.
ResponderEliminarSí. No sé qué ha pasado. Intento volver a configurar el formato y, a pesar de poner el huso horario de Madrid, sigue haciendo esto. No sé qué ha pasado. Si te fijas, también se ha modificado so-li-to lo de los comentarios (ahora me deja contestar uno a uno).
EliminarYa, también me he fijado en lo de las respuestas.
EliminarPero lo de la hora tiene su aquel. No es lo mismo estar distraída en tu blog a las 11 de la mañana que a las 11 de la noche. Igual a las 11 de la mañana yo debería estar en otro sitio y con la cabeza muy concentrada en otra cosa...
Yo creo que se ha arreglado ¿no? Son las 23:50. A ver.
Pues no. Coge la hora de San Francisco, por lo menos...
EliminarPater, yo me levanto a las 5 y 11 cada mañana para ir a hacer "Spinning" (lo de y 11 ya fue tema de unos comentarios...).
ResponderEliminarAsi que sin faltar, oiga.
Aunque tambien he de confesar que en este pais todo empieza y acaba antes. Mucho antes.
En concreto, como 2 horas antes. Lo que en España se hace a las 9 aqui se hace a las 7...
Buenas noches que ya son las 21.15 y me voy a dormir. En serio.
¡¿Tú también, Primogénito?! Como ya se ha dicho por aquí, es como todo, está muy bien mientras no haya un abuso.
EliminarBueno, esa obsesión por el deporte definitivamente no es hereditaria; yo soy un ejemplo de ello ya que mi padre a los 50 años hizo su primer "ironman" (ha competido en 3 de ellos) que es una competencia de alto rendimiento consistente en nadar poco menos de 4 kilómetros, andar en bicicleta 180 km y finalizar con una maratón. En cambio yo, sólo juego al tenis 2 veces por semana. Lo que sí es verdad es que estas obsesiones suelen ir a peor, mi padre empezó saliendo a correr distancias cortas cuando mis hermanos y yo éramos pequeños, luego se aficionó a hacer maratones, después empezó con los triatlones hasta llegar a esa locura que tan orgulloso de sí mismo le hizo estar. Claro que para llegar a ello, se levantaba a las 5 de la mañana a hacer precisamente spinning, luego llegaba a casa para marcharse a correr y por las noches se iba a nadar, en fin, que tuvo que modificar sus horarios, su dieta, su forma de vida y sacrificar tiempo de estar con su familia para dedicárselo a esa "obsesión fatal" como la llamaba mi madre.
ResponderEliminarYo admiraba su fuerza de voluntad y perseverancia para lograr sus metas deportivas, pero echaba de menos a mi papá, que cuando no estaba en el trabajo, estaba entrenando. Todo este rollo es para decir lo que ya sabemos, que los excesos son malísimos.
Muy bien explicado, Eli. Eso es lo que yo quería expresar. Más vale un buen comentario que no una entrada.
EliminarPor supuesto, te meterá unas palizas en el pádel de impresión, verdad?
ResponderEliminarJo, cuánto me hubiera gustado tener en mi cuerpo unos genes a los que les apasionase el deporte... en el fondo me dan envidia.
No, MadreYMas, solemos jugar juntos.
EliminarCreo que las endorfinas que se liberan, en el fondo no pueden ser buenas...
ResponderEliminarMAdre mía!!!! yo que madrugo por pura obligación y existe gente qeu lo hace por vicio!!!!! no me lo puedo creer!!!! jajajajaja
¡Eso, eso! A mí también me sorprende
EliminarEstá mal el reloj.... hoy es día 12 de enero de 2012 y son las 08:27 de la mañana.
ResponderEliminarYa, ya lo he explicado en una respuesta a Carmen. En vez de avisarme tanto, ¿por qué no me decís cómo puedo arreglarlo? ;-)
EliminarYo no lo sé, yo soy de Wordpress...
EliminarYo creo que todo exceso es malo y sobretodo si le quita tiempo de su familia numerosa. Un beso.
ResponderEliminarEfeetivamente. Por ahí iba el tema
EliminarMenos mal que aclaraste lo que es spinning, Páterfamilias: si no, todo -y en especial la última frase-nos habría hecho pensar que hablas de un vicio inconfesable.
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