martes, 21 de febrero de 2012

Un caso maldito

Hace un tiempo me designaron como abogado de oficio para defender los intereses de una chica de 32 años que pretendía reclamar alimentos a su padre. La recibí en el despacho y me contó su historia que, muy resumida, es como sigue:

Cuando aun era una niña sus padres se separaron, pasando ella a residir con su madre. Ésta, con graves problemas de estabilidad, urdía planes contra el padre y la utilizaba a ella en sus tramas. Un día, la madre decidió acabar con su vida y se suicidó (ni pregunté, ni me explicó cómo, pero tampoco creo que fuera lo más importante). Desde entonces ella vivió con su padre y la nueva compañera del mismo. Ésta le hacía la vida imposible y cuando el padre no estaba en casa, le pegaba y le amenazaba con echarla de casa. Al llegar a la adolescencia, con todos estos antecedentes, con lo que vivía en casa y con su carácter, se convirtió en una época muy difícil, no solo para ella sino para todos los de su alrededor. En cuanto pudo trabajó esporádicamente y empezó a ganar dinero para sus gastos. Los trabajos eran eventuales, pero eso no le importaba mucho porque tenía cierta independencia. Al alcanzar los 16 ó 17 años su padre la echó de casa. Durante un tiempo convivió con un chico, después pasó a vivir en habitaciones alquiladas, poco después mantuvo otra relación con otro chico.

Antes de que nos invadiera la crisis económica, los trabajos le duraban cada vez menos, llegando al punto de no trabajar. La diagnosticaron un problema psíquico, reconociéndosele una discapacidad con una disminución del 65%. Cobra una pensión no contributiva de poco más de 400 euros mensuales y recibe ayuda de Cáritas, que le proporciona algunos alimentos, todo ello coordinado por los servicios sociales del Ayuntamiento de nuestra ciudad.

Puedo dar fe que la chica no está muy fina porque las diversas entrevistas que hemos mantenido han sido difíciles.

Presenté una demanda solicitando obligaran al padre a pasarle una pensión de alimentos a su hija, a pesar de su mayoría de edad, atendida la situación de desamparo en la que se encuentra. 

Llegó el día señalado para el juicio que con ella ya habíamos preparado con antelación. Ya sabéis, lo típico: cómo comportarse en la Sala, cómo funciona la mecánica de la vista, qué preguntas pueden hacerle, etc. Quedamos a las puertas del Juzgado y vino acompañada por uno de los testigos que pensábamos aportar, mientras esperábamos a otros dos. En un momento determinado llegó su padre, acompañado de su compañera y de la hija que tienen en común. Mi clienta empezó a dirigirse a él lanzándole graves insultos. Tuve que advertirle de que no siguiera por ese camino y llevármela de allí. En la Sala, a pesar de las directrices que le había dado, no paró de dirigir miradas asesinas contra su padre y la compañera de éste, así como a gesticular cada vez que oía algo que no le gustaba. El Juez tuvo que llamarle la atención en más de una ocasión.

Hace unas semanas me notificaron la sentencia. El Juez desestima íntegramente la demanda presentada alegando que ha quedado demostrado que la hija abandonó voluntariamente el domicilio paterno (?), que puede valerse por sí misma porque ha tenido diversos trabajos, sin que la situación de crisis económica actual pueda considerarse motivo suficiente como para fijar una pensión a su favor. Parece que no ha tenido en cuenta su discapacidad.

Para colmo, y tras presentar un recurso de apelación contra esa sentencia, hoy me han notificado una diligencia de ordenación por la que la Secretaria Judicial declara desierto el recurso de apelación preparado (no ha debido mirarse la nueva redacción de la Lay de Enjuiciamiento Civil que establece que el recurso de apelación se presentará en el plazo de 20 días desde que fue notificada la sentencia, sin que sea necesario anunciar su presentación) a pesar de haberlo presentado dentro de plazo. Después de hablar con el oficial del Procurador (no me fío nada del Procurador designado), he redactado un recurso de reposición y -espero- mañana quedará presentado.

Creo que este caso ya me llegó maldito y no confío en que acabe bien. Tiempo al tiempo.

Llega la tan esperada BSO, que no es otra que "Moon River", de la película "Desayuno con diamantes" ("Breakfast al Tiffanys"), interpretada -la canción y la película- por la inolvidable Audrey Hepburn


15 comentarios:

  1. Pobre niña-mujer... qué historia más triste...

    Sobre la BSO de hoy, comento! Sabes que Criatura se duerme todas las noches mientras Padre le tararea esta canción! Tiene un poder increíble para hacerla cerrar los ojos en un minuto!

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    1. Sí que es triste, sí.

      Pues tiene buen gusto Criatura, ¿no?

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  2. Vaya marrón, Pater :( Además, suponiendo que llegaras a ganar el recurso, me imagino que el padre se negaría a pagar voluntariamente, o sea, más recursos, juicios, vistas y tú sabras. Hoy, como dicen los gitanos: ¡pleitos tengas y los ganes!
    Y de la BSO, pues no tengo palabras...¡ayyyy!

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    1. Sí, un tema complicado y en el que cuesta dejar a un lado los sentimientos.

      La BSO de hoy ¿te gusta? Es que ese "ayyyy" no sé cómo interpretarlo. ;-)

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  3. Qué situación más difícil. Me imagino el calvario por el que habrán pasado todos durante años. un beso.

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    1. Eso es. Ese Calvario lo habrá sido para toda esa familia.

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  4. Pobre niña.... y qué bien lo has explicado. Mi corazón no es de tergal, es de lino, así que se me encoge a la primera lágrima que veo a mi alrededor. Con lo cual ahora mismo lo twngo del tamaño de un piñón. Qué suerte hemos tenido los que contamos con unos padres maravillosos y qué suerte tienen nuestros hijos... Rezaré porque el caso termine bien. Adios pater besos.

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    1. Buena visión. Lo de gracias que hemos de dar por la familia que tenemos.

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  5. Buffff menudo marronazo!!! y menudo papelón. Pero bueno, tal y como anda la justicia, no sé yo... estoy por asaltar un banco dejando pruebas y todo!!! total, los chorizos se quedan todos en la calle!!.

    Bicos Pater

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    1. No te pases, que ya me veo yendo a sacarte de la cárcel ;-)

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  6. Qué mal asunto, Páterfamilias. Se juntan líos familiares, problemas psicológicos, la crisis, la inestabilidada afectiva, como para hacer una novela.

    Es una frivolidad por mi parte opinar sobre un tema que no conozco, pero así, sin profundizar, el argumento del juez tampoco parece tan loco: si esta chica ya ha vivido sola y ya ha tenido trabajos ¿cómo ahora va a decir que no puede valerse por si sola? Es frívolo opinar sin conocer todos los datos, pero la conclusión del juez parece razonable, ¿no?

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    1. No, ya que sí es discapacitada , aunque anteriormente se valió por sí misma. Y si el padre la echa de casa debe pagarle aunque sea una pequeña parte de lo esencial para vivir o readmitirla en casa. P.

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    2. Creo que P. ya te ha contestado. Efectivamente, el Juez no va desencaminado, el problema es que yo tengo que demostrar que esa discapacidad le impide encontrar un trabajo y como ya lo ha hecho con anterioridad, se presume que puede perfectamente trabajar y que si ahora no lo hace es por la situación de crisis económica por la que atravesamos.
      Complicado.

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  7. Lamentablemente, este caso tiene pinta de cuartoymitad de carne de cañón. Hay quienes parecen tener labrado en su destino la ruta hacia la tragedia, poco cambia quiénes nos crucemos en su camino con la intención de modificarlo.

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