jueves, 16 de diciembre de 2010

Los milagros existen ... y yo he visto uno

Esta entrada va dedicada a todos aquellos incrédulos que pululan por nuestro mundo.

El pasado domingo, A. y yo nos fuimos con los tres pequeños a una actividad que teníamos en el colegio. En casa se quedaron los tres mayores, Ma. P. y Mi, de 14, 13 y 11 años respectivamente. Antes de irnos les pedimos a los mayores que, por favor, recogieran un poco la casa y aprovecharan el tiempo, que no se pasaran toda la mañana enganchados al ordenador o viendo la tele.

Estuvimos toda la mañana fuera y volvimos a casa a eso de las 14,15 h

Al abrir la puerta, la casa estaba muy ordenada y reinaba el silencio. Nos dirigimos a la cocina con la intención de preparar la comida, algo rápido por la hora que era y ... ¡allí estaba el milagro! Igual que en los dibujos animados, la boca se me abrió como nunca lo había hecho, la mandíbula inferior, se me cayó hasta el suelo y tuve que frotarme los ojos varias veces: Nuestros hijos habían puesto la mesa y, lo más increíble (el milagro), ¡habían preparado la comida! Como era domingo, habían puesto aperitivo y preparado una raclette. Estaban hirviendo las patatas y habían cortado la carne y el queso.

A. y yo agradecimos mucho este gesto a nuestros hijos y, aunque seguimos sin salir de nuestro asombro, pensamos que, como casi todo, no nos los merecemos.

4 comentarios:

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