viernes, 3 de diciembre de 2010

Mi hijo tiene (o no) virtudes

S., nuestro hijo pequeño, se está soltando con el inglés. Desde hace ya unas semanas se te acerca con cualquier objeto en la mano preguntándote: "What colour is this?"

No deja de sorprendernos el acento que tiene pronunciando ésta y otras palabras. Imagino que debe ser un tema generacional. Me acuerdo cuando yo estudiaba inglés en el colegio. A pesar de ir a un colegio un tanto avanzado a su época en éste y otros temas, no era como ahora. Mis hijos, desde su más tierna edad, tienen una "teacher" (y así la llaman) que sólo les habla en inglés. Estoy seguro que no se enteran de nada, pero ya van cogiendo un acento que ya le gustaría al mismísimo Fernando Torres, que ya lleva un tiempo en la Gran Bretaña y ni siquiera saber decir "Pepsi".

Mis hijos mayores -que también tuvieron su teacher- se aprenden con una facilidad pasmosa la letra de cualquier canción en inglés. Es más, no sólo se la aprenden, sino que la entienden. Y lo hacen como si fuera lo más natural. Recuerdo como yo, a su edad, si me gustaba una canción en inglés, sólo conseguía tararearla. También es verdad que cuando Dios me concedió talentos, no me dio el del buen oído.

Volviendo al tema de S. y su inglés, quería comentaros que esto propicia interesantes debates entre A. y yo. A. está convencida de que es un fuera de serie, sin llegar a superdotado, gracias a Dios. Yo le digo que no, que es gracioso pero que ya tiene 3 años y es normal que haga y diga lo que hace y dice. A partir de aquí, se inicia el debate. Ella empieza con sus dudas acerca de si realmente está muy adelantado o, por el contrario, le puede ese "amor de madre" que hace que todo en él sea magnífico. Por el contrario, yo me pregunto si seré demasiado exigente con ellos.

A. me hizo ver hace ya un tiempo (y también en esto tiene razón) que yo -inconscientemente- uso una táctica para alabar a mis hijos. Normalmente un padre o una madre resalta las virtudes de sus hijos. Yo, al contrario, lo que hago es desmerecer cualquier cosa buena que tengan. De esta forma consigo que mi interlocutor me diga que no, que no tengo razón, que mi hijo es ... ¡y suelta él la alabanza!

Suena un poco retorcido, pero seguramente será así.


Ah, esta noche he quedado con mis amigos R., S. y A. para jugar a la Play. Reviviremos el clásico y, después de rogarlo mucho, espero que me dejen hacer algún partido con el Sevilla. A ver qué nos depara esta velada.

3 comentarios:

  1. ...Celebro lo de tu hijo Saturnino PF!
    La cuestión entre tu y señora Agrapinia? si enunciaste...Mira como lo ha dicho tu hijo y quien lo dijo primero

    Lo de desmerecer esperando la alabanza... no es que suene retorcido (si es lo que entendido), creo que aveces pecamos de falsos prudentes, les queremos tanto bien, nos fascinan tanto, que aveces nos da cierto pudor expresarlo..¿no crees?

    a Agrapinia le gusta el futbol? ;)

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  2. Pater... Haz el favor de hacerle caso a Agripina, que es mujer, madre y tu santa esposa. Nosotras pillamos enseguida aquello de "Educar en positivo". Pobre chaval... Que ya les toca cuando hacen algo mal...

    Saludos cordiales;)))

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  3. No, Tomae, no le gusta el fútbol. Sólo sabe que es del Barça y se entristece por nosotros cuando pierde el Sevilla.

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