lunes, 6 de diciembre de 2010

Por fin, el Belén

Al final, ayer montamos el árbol de Navidad. Como "somos tan ecológicos", nuestro abeto es de plástico (quién me iba a decir hace años que los ecologistas son los que lo ponen de plástico).

Después de una noche llena de interrupciones, con un niño llorando, tosiendo y haciéndose pis encima (¡todo en uno, un auténtico campeón!) y el espejo de nuestra habitación que se ha caído de la pared (sí, sí, lo que leéis), esta mañana nos hemos levantado temprano y nos hemos ido a la montaña a buscar plantas y otras cosas para el Belén. No teníamos muy claro adónde iríamos, pero al final nos hemos decidido por el Montseny, que está a unos 70 Km. de casa.

Hemos abrigado a los niños como si nos fuéramos a la Antártida y nos ha hecho un día espléndido, con una temperatura fuera de lo normal para esta época y, sobre todo, para estos últimos días.

Cuando estábamos en el coche de vuelta a casa, hemos llamado a nuestra cuñada E., casada con mi hermano N., para ver cómo se encontraba del cólico nefrítico que sufrió el jueves pasado. Hemos acabado yendo a su casa a verlos (están al lado de Girona) y hemos comido todos allí. Total, donde comen 8, comen 16.

A eso de las 19,30 h. hemos llegado a casa y, mientras unos se han ido a buscar tierra, otros hemos empezado a montar el Belén. Y, como lo prometido es deuda, aquí tenéis unas cuantas fotos del resultado final. Sé que no es para tirar cohetes, pero es el nuestro.





Vista general










Vista del portal. Este año, delante del establo hemos decidido poner un empedrado de pizarra, puestas una a una, mientras Ma. ponía hojas de romero entre las piedras, para dar ese efecto de musgo entre las piedras. Detrás del Portal, hay un árbol y en el cesto al lado de la Virgen, madroños (los más pequeños que hemos encontrado).






Detalle del huerto, las piedras, de pizarra y de las de toda la vida, están pegadas con cola de contacto, la misma que ha dejado algún recuerdo en las yemas de los dedos de P. Las hojas de no sé qué están puestas también una a una.




La Anunciación del Ángel a los pastores. Lástima que no se ve, pero el fuego es una bombilla que imita una hoguera. La verdad es que este ángel, comparado con el papel que yo hice en 3º de EGB, no vale nada. ¿Dónde está ese glamour que yo desprendía?. ¿Dónde esa imagen de seguridad que yo proyectaba? No sé, pero seguro que lo compramos en los chinos (incluso si lo miro fijamente, me parece verle los ojos rasgados)



Detalle de los Reyes Magos con el lago al fondo (hacer un río era complicado). Ésta ha sido la mayor decepción de mis hijos. Ellos querían agua de verdad (sí, claro) y colocar el puente sobre el que estarían los Reyes Magos. Para intentar contentarles, este año, además del papel de aluminio, he puesto encima una bolsa de plástico (no una de patatas fritas, sino transparente), pero el resultado no ha sido el deseado. Otro año será.

Ahora que repaso la entrada, ha quedado muy pretenciosa, parece un reportaje fotográfico de cómo debe hacerse un Belén y nada más lejos de la realidad. No es nada del otro mundo, pero por ahí he visto belenes que son feos, muy feos ... más feos que un coche por debajo.

2 comentarios:

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