Cuando un padre de familia está trabajando, normalmente los niños están en el colegio. Eso hace que un niño no sea consciente de que su padre trabaja. Sí, lo sabe porque es lo que se cuenta con absoluta naturalidad, pero él no lo ha visto y eso, como os decía, no es lo mismo.
Sin embargo, si tu padre es un abogado que, entre otras cosas, está inscrito en el Turno de Oficio, la cosa cambia. Ay, si cambia. Se puede dar el caso de que tu padre esté de guardia un fin de semana y el niño vea cómo después de recibir una llamada telefónica, salga corriendo hacia el Juzgado o la Comisaría, dependiendo del origen de la llamada y de la guardia que te haya tocado. Es entonces cuando tu hijo cae en la cuenta de que eso que había oído en más de una ocasión es cierto, que-tu-padre-trabaja.
¿A qué viene este preámbulo? Pues nada, que ayer A. me comentó que vio a la profesora de S. que llegaba riéndose y le contó que había preguntado en clase qué querían ser de mayores (veo que los tiempos no cambian) y que S. había contestado rápidamente "Un pare, perquè treballa molt" ("Un padre, porque trabaja mucho"). No nos engañemos, me ha hecho ilusión ... porqueeeeeee, supongo que lo dice por mí, ¿no?
Otro episodio relacionado con esto fue el sucedido hace escasos días con JP. Hay que aclarar que JP es ... ¿cómo decirlo? ... ¡expansivo con su cariño! Tiene tanto cariño dentro que tiene que repartirlo y, claro, luego pasa lo que pasa. A mí me gusta que muchos días, al darse cuenta de que he llegado a casa, venga corriendo y me dé un abrazo. El problema es cuando eso mismo lo hace con quien no debe hacerlo. Con el profesor, por ejemplo. Éste me contaba (es amigo nuestro desde hace muchos años) cómo a principio de curso, cada día al llegar, se iba corriendo hacia él y le daba un abrazo. Él, un poco azorado, intentaba explicarle que ya no está en preescolar y que ahí, en el colegio, se dan la mano. Como él cree que eso es una tontería, esa escena se repite muchos días, por lo que este profesor, cuando lo ve llegar corriendo hacia él, ya extiende su brazo con la mano desplegada, mientras le saluda con un "Buenos días, JP"
¡Cómo me enrollo! Lo que quería decir es que el otro día JP y yo mantuvimos la siguiente conversación cuando llegué del trabajo y me dio ese abrazo:
JP: ¿Te lo has pasado bien en el trabajo?
Yo: Hummm, bueno ... norm... ¡sí, muy bien!
JP: ¿Ah, sí?, ¿qué has hecho?
Yo: (Jó, me ha pillado) Nada especial ... cosas, escritos ...
JP: ¿Deberes?
Yo: ¡Eso, deberes!
JP: ¿Y en el patio a qué has jugado?
Yo: No, no tengo patio
JP: ¿¿¿No tienes patio???
Yo: No
JP: Pobre papá, no tienes patio ... ¿y trabajas todo el día?, ¿no paras?
No es que esté en estado de shock (a estas alturas, incluso se le habrá olvidado), pero en ese momento quedó bastante impresionado.
Pobrecillos. La verdad es que a saber qué pensarán, porque eso de que papá o mamá están trabajando es algo tan hetéreo... Yo de pequeña si lo tenía más o menos claro, porque el trabajo era un negocio en el que prácticamente vivíamos (por la cercanía física y ver el trabajo realizado, no porque pasáramos en él muchas horas).
ResponderEliminarQué inocencia más encantadora, pero se va a meter en problemas con las feministas.:) Un beso.
ResponderEliminarDime una cosa Pater... ¿regresar del trabajo ese sin patio y recibir ese abrazo, no es como el final feliz de la peli?
ResponderEliminarPater, quitaste el mapita y ya veo a los peces...
EliminarFeliz semana currante!
ResponderEliminarqué gusto que aún recibas achuchones, besos
Esa chica sabe lo que vale su tiempo...
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