Viaje a Sevilla (3): Nadie nos amargará

No, no he abandonado el blog. Lo que pasa es que he estado un poco liado estos días y, a pesar de tener (se me han olvidado la mayoría de ellos) diversos temas para tratar, no tenía tiempo para escribir. 

Tampoco quiero que sufráis pensando que me he olvidado de la última parte del relato de nuestro viaje a Sevilla (a ver, un momento ... Paterfamilias, cándido mío, ¿crees sinceramente que existe una lector/a de este blog que ha pensado -aunque sea fugazmente- que faltaba una parte de ese relato?) que con tanto esmero he ido escribiendo para vosotros/as.

Nos habíamos quedado en que, tras ver perder al Sevilla y cenar a costa de nuestro club, volvimos a casa a dormir. Q., "afectadísimo" por el resultado, durmió como hacía tiempo que no dormía, según me dijo él mismo.

Después de desayunar un poco, cogimos el exiguo equipaje de mano y visitamos a una tía mía que allí vive. Yo me tomé un cortado y Q. volvió a desayunar. Después, corriendo para no volver a vivir esa pesadilla que supuso el viaje de ida, llevé a Q. a visitar el centro de la ciudad y hacer una foto que, en nuestra familia, ya es un clásico:

Ese arco del Patio de Banderas que permite ver la Giralda como si lo hicieras a través de la cerradura de una puerta. Sí, ya sé que es la que hace todo el mundo y que de artística no tiene nada (y más a contraluz sin que se vea la cara del niño, pero lo que no sabéis es que está hecha así a propósito para poder colgarla en este blog), pero es "muy nuestra", si me permitís la expresión.

Después, al lado de la Catedral, había puestos donde vendían todo tipo de elementos para el Belén, lo que vendría a ser una Fira de Santa Llúcia, pero "a la andaluza". Nos encantó ver todo tipo de accesorios

Hay cubos, barreños, cacerolas ...

Sacos con todo tipo de cereales, paja, huevos ...

No me digáis que no es bonito este misterio

Supongo que podréis ampliar las fotos y disfrutar con más detalle de todo. Ah, un aviso, no busquéis al "caganer", esa figura no es propia de esos lares ... vamos de ninguno, salvo aquí.

Cuando se iba acercando la hora de estar con mucho tiempo de antelación en el aeropuerto, nos fuimos a coger el autobús que allí nos llevaría. Una vez dentro pude ver un tranvía especial, además de precioso. No era un tranvía como el de cualquier otra ciudad. Ya sé que el de Lisboa tiene cierto encanto, que el de Praga también y que habrá otras ciudades muy orgullosas de su tranvía, pero el de Sevilla ... ay el de Sevilla ...

Creo que ya se ve, pero si ampliáis
 un poco la imagen entenderéis todo.

Facturamos con tanta antelación a la salida del vuelo, que aprovechamos para comer algo allí, acompañado, eso sí, de un néctar de cebada que me hiciera recordar más tiempo nuestra estancia en esta ciudad.

¡Vaya!, se ha colado una mano de Q.
A ver si ahora lo vais a reconocer ...

Ya en el avión Q. alucinaba con eso de volar por encima de las nubes. Le hizo gracia comprobar que a pesar de que el día estuviera nublado, ese día -como todos- había salido el sol.

Sí, ese pedazo de hierro que aparece es parte del ala 

PS A día de hoy seguimos sin noticias de las gestiones que se están realizando para intentar arreglar el desaguisado de Vueling (y creo, por desgracia, que así seguirá por mucho tiempo)