Sé que alguno ya estará pensando que es muy raro una 1ª Comunión en septiembre, pero no recuerdo haber leído en ningún sitio que deban celebrarse en mayo. Otra cosa es que sea lo más habitual, pero de habitual a obligatorio hay un trecho.
Como la fecha no es habitual, la Parroquia "era nuestra", sólo estábamos los asistentes a esa ceremonia: familiares y amigos de la familia hispano-irlandesa. Una de las cosas que me sorprendió es la cantidad de monaguillos que había, me pareció contar cinco. Luego vi que tres de ellos eran hermanos del que recibía el sacramento y los otros dos los hijos de unos amigos.
Los hijos mayores de D. y J. leyeron las lecturas de la Misa y, siento decirlo, uno de ellos lo hizo mejor que el otro: a uno se le entendió perfectamente, mientras que al otro no tanto. Después pude comprobar que la primera lectura había sido en castellano, mientras que la segunda lo fue en inglés (otra de mis asignaturas pendientes).
Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar. Como ocupábamos uno de los primeros bancos (por indicación de D.) no pudimos ver todo en su integridad, pero sí fuimos testigos de ciertos movimientos durante la ceremonia, gente que entraba y salía de la iglesia, entradas y salidas de la sacristía, unos que hablaban con otros. Hacia el final de la ceremonia apareció L. de la mano de su padre (D.), atravesaron el pasillo central y ocuparon su sitio en el primer banco. Al parecer, al llegar a la parroquia, bajaron todos del coche (bueno, todos, lo que se dice todos, no), la familia directa y no sé cuántos familiares venidos de Madrid para la ocasión y entraron en la iglesia. Una vez dentro se dieron cuenta de que faltaba L. (tiene 5 años) y empezaron a buscarlo (de ahí esas entradas y salidas) hasta que descubrieron que se lo habían dejado en el coche. Por lo visto, el niño se había dormido y nadie reparó en ello. Vamos, debió ser lo más parecido a lo que ocurrió en "Solo en casa", aquella película que todos recordamos.
Una de las cosas más graciosas era oírselo contar a una tía de J. Nos decía que cuando veía salir y entrar primero a D. y después a J. pensaba que habían comido algo que les había sentado mal y por eso entraban y salían primero uno y después el otro. Además, añadía, como imagino que habían comido lo mismo ... Muy divertido.
Después, en la celebración, un cuñado de J. contaba que eso es habitual en las familias numerosas. Ellos son 8 hermanos y vivían en Cádiz. En una ocasión se iban de vacaciones a Galicia y cuando iban por Sevilla se dieron cuenta de que se habían dejado a un hijo. Volvieron y al llegar a casa el niño seguía durmiendo.
No sé si alguno de mis lectores se habrá escandalizado. Si así fuera decirles, para su tranquilidad que D. y J. son muy buenos padres y que estas cosas, como decía este cuñado, pasan en todas las familias numerosas.
Sé que D. respirará tranquilo tras leer la entrada. Estaba preocupado sobre lo que podía escribir, pues esta mañana he recibido un mensaje suyo en el que me decía que ya tengo material para mi blog. Simplemente decirle que no cante victoria: tomé nota de otras cosas que pude observar ...
Jajaja, pobres, que mal rato. Menos mal que, cuanto hay tantos hijos, uno tiende a "relativizar" mucho. Creo que todos te damos permiso para que nos cuentes más anécdotas de ese estilo.
ResponderEliminarSí sí, probando....
ResponderEliminarPaterfamilia llevo tres días queriendo comentar en el blog, parace que blogger no anda muy fino.
Por suerte no se lo habían dejado en casa...
ResponderEliminarVaya, parece que esta vez ha habido suerte.
ResponderEliminarCuando tenga un rato leo tú nueva entrada y comento, sólo quería dejar constancia -que a lo mejor también le ha ocurrido a otro comentarista- del problema.
Eso e olvidarse a un niño ocurre de vez en cuando. de un conocido procurador de la provincia se cuenta que se dejo uno en el apartamento de la playa.
ResponderEliminarjajajajajaja, pues a mí, por ahora, nunca me pasó ese pequeño detalle de olvidarme de un hijo, pero.... al tiempo!!.
ResponderEliminarJajajajajaajajaja, qué susto y qué chasco!!
Muy bueno.
Yo también espero que nos cuentes más detallitos de tu fin de semana de fiesta.
Biquiños
Sara M., quizá sea eso que dices que al ser tantos se relativiza, pero el susto, pobres, nadie se lo quita.
ResponderEliminarOps, Bate, olvidé quitar el filtro "anti-Bate" ;-) Es broma, no sé qué ha podido pasar, pero veo que ya está arreglado.
Sí, Susana, aunque no sé qué habría sido peor.
Jajajajaja, Modestino y seguro que recogió todos los bártulos, pero los niños ...
Leles, espero que no te pase nunca. A mí, de momento y que yo recuerde, no me ha pasado, pero ...
Pater... Cuento una. Imagina la escena. Familia numerosa con críos pequeños que son de órdago. Merienda y uno de ellos (5 años) dice: "Le hemos preguntado a E. si podíamos ir a dormir P. y yo a su casa y ha dicho que sí". Respuesta de la madre: "Vale...pero acaba de merendar y haz deberes... tú recoge la babitación etc..." Ya se ve que el "vale" fue una respuesta inconsciente.
ResponderEliminarBesito de buenas noches. P. y J. no están en la cama. La madre buscando incluso debajo de los sofás, en el rellano, por toda la zona comunitaria... Nada. Carrera a todo pasto por la calle hasta que ve un corrillo de gente mayor en una palaza-rotonda peligrosa ...Se acerca y ve a sus dos pipiolos cogidos de la mano y en pijama. Al ver a su madre ni se inmutaron: "Vamos a casa de E., que nos ha invitado a dormir...y tú nos has dicho que vale..." Los adultos mirando a la madre como si fuera una delincuente...
Pues como esta... ¡a puñaos! De eso hace unos años. Ahora la ciudadana tecnitas le da clase al tercero, uno de los protagonistas de la escena.Con ellos se hace la dura. Pero cuando llega a casa explota y se ríe sola ...
En todas partes cuecen habas, Pater;-)))