Está claro que uno no gana para sustos. Podéis cambiar la frase por la que queráis del refranero español o por cualquier otra de las frases hechas que la sabiduría popular ha ido transmitiendo de generación en generación ("Cría cuervos y te sacarán los ojos", "No hay mal que 100 años dure", "Piensa mal y acertarás" o, en su versión más canalla, "y te quedarás corto", ...) porque últimamente estoy viviendo en mis propias carnes todo esto.
Os contaba ayer la profunda impresión que me causó la descripción que, como tarea del colegio y sobre mí, había hecho Q.
(aprovecho la oportunidad que mi blog me brinda para agradecer a Q. quien, con un acto del todo involuntario, ha hecho que sea más realista en mis apreciaciones sobre mí mismo, incluyendo lo de "mejor padre del mundo", claro)
Pues bien, si eso no había suficiente para mí, otro de mis hijos me tenía otra guardada. No habían pasado ni 24 horas desde que recibí la primera en la frente (justo en el bulto o "grano que nunca se va") cuando A., con una sonrisa en los labios- me dice: "Tengo que contarte algo". Reconozco que esa sonrisa de A. me produjo una doble y contradictoria sensación de intranquilidad y confianza.
"¿Qué ha pasado?", pregunté.
A.: Tu hijo P. me ha contado que esta tarde ha hablado con su tutor en el colegio.
Yo: ¿Y?
A.: En un momento determinado el tutor le ha preguntado a P. que qué hace su padre y P. le ha contestado que es abogado.
Yo: ?
A.: Entonces el tutor le dice "Ahh, ¿pleitea?" y P., rápidamente y sorprendido por la astucia demostrada por su tutor, le ha dicho "Síííí, le encanta jugar a la Play"
¡Dios mío!, el problema es más grave de lo que creía.
Que Q. diga de su padre que "es abogado, pero no sé muy bien qué hace. A veces hace guardia o se queda en el despacho" denota que quizá no he sabido transmitirle a mi hijo de 9 años en qué consiste exactamente la profesión de su padre, pero que P., a punto de cumplir 14 años, conteste que a su padre le encanta jugar a la Play cuando le preguntan si pleitea, me asusta.
No sé si debo cambiar de profesión y dedicarme a algo que mis hijos puedan entender o armarme de valor y explicarles (si es necesario con esquemas) qué hace su padre. Está claro, esta noche reúno a todos mis hijos (incluido S.) y les explico qué es un abogado.
No sé si debo cambiar de profesión y dedicarme a algo que mis hijos puedan entender o armarme de valor y explicarles (si es necesario con esquemas) qué hace su padre. Está claro, esta noche reúno a todos mis hijos (incluido S.) y les explico qué es un abogado.
Oye, Pater...Tus hijos son la monda, ¿eh? Supongo que te sabe un poco mal, pero no me digas que no es gracioso;-) De pleitea a playtea cambia solo una letra de nada. Lo peor es que el tutor piense que juegas a la Play cuando estás en el despacho jajajaja...
ResponderEliminarYo les cascaría una peli de esas americanas con un juicio largo pero entretenido. Seguro que a Modestino se le ocurre una buena. Y entonces me levantaría y señalaría con el dedo al abogado: "Este soy yo" . Luego añadiría con tono solemne: "Si a alguien le queda alguna duda... ¡que hable o calle para siempre!"
¿Qué tal la idea?
JAJAJAJA, estoy totalmente con Sunsi, una peli es lo que les hace falta. Pero ten mucho cuidado con la que escoges, a ver si van a pensar que sólo defiendes a un tipo de personas muy determinado. Ah!, ¿no tienes despacho?. Bueno, da igual. Durante un par de noches, planta todo tipo de papeles en el salón, di que es que estás muy liado "buscando leyes" o algo por el estilo. Eso se llama "inmersión" (no lingüística en este caso).
ResponderEliminarAsí que juegas a la play en el despacho. Por eso tu hijo no sabía lo que hacías:) Suerte con la explicación. Un beso.
ResponderEliminarEs muy buena la anécdota, muuuuucho¡¡¡
ResponderEliminarConvengamos en que el tutor un poco cursi ya es...
ResponderEliminarUtilizar la palabra "pleitea" con un adolescente de 14 años tiene delito. En mi epoca calculo que me hubiese quedado a cuadros y, posteriormente, le hubiese preguntado su significado a Progenitor...
Ahora, con la Pleisteishon, lo normal es concluir como P.