El Turno de Oficio, como sabéis, es un servicio al que voluntariamente se inscriben los abogados de un determinado Colegio de Abogados que deseen formar parte del mismo y por el que prestarán sus servicios de forma gratuita para el ciudadano que tiene este derecho, siendo la Administración la que abonará (con unas tarifas muy reducidas) esta prestación.
Dentro del servicio de asistencia gratuita existen diversas especialidades (Civil, Penal, Extranjería, Violencia de género, Menores ...) y te asignan los asuntos dependiendo de ello.
Hace muchos años, en mis inicios en la profesión, estuve apuntado al Turno de Oficio (más adelante lo dejé al ser incompatible con mi nueva dedicación) y, a pesar de no haber variado mucho, se ha dado un considerable aumento de clientes extranjeros, lo cual es del todo lógico si tenemos en cuenta que también se ha incrementado mucho la inmigración.
Un día os contaré con más calma alguna de las aventuras vividas en el Turno de Oficio. Hoy os explicaré el (desgraciado) caso que me ha sido asignado recientemente. Se trata de un ciudadano peruano al que le ha sido interpuesta una demanda de ejecución hipotecaria por parte del Banco con el que suscribió su hipoteca. Esto en sí ya es un drama de considerable calibre, pues como sabéis estos procedimientos acaban siempre mal al existir unas causas muy tasadas que permitan contestar a la demanda con ciertas garantías, por lo que el Banco acaba quedándose con la vivienda y sigue reclamando la totalidad de la cantidad pendiente de pago (me he dado cuenta de que la gente, erróneamente, cree que el Banco se queda con la casa y ya está).
Pues en el caso concreto, debemos añadir a ese drama el hecho de que se trata de una familia inmigrante. Además tienen un hijo con una enfermedad incurable (no sé cuál es, pero ellos dicen que tienen un hijo "especial"), el padre de familia estaba en paro hasta hace poco tiempo. A todo eso hay que añadir que, ante la tardanza en que se le asignara un abogado de oficio, optaron por acudir a una letrada a la que conocieron a través de un anuncio en un locutorio. Concertaron una entrevista y les solicitó una cantidad a cuenta (provisión de fondos) de 1.300 €. De eso hace ya más de una semana. Desde entonces no han vuelto a tener noticias de ella. Yo mismo llevo toda la semana llamándola al número de teléfono que ella les facilitó y ha resultado del todo infructuoso. Lo único que he conseguido averiguar es que aparece como colegiada en el Colegio de Abogados de Valencia, figurando, eso sí, como no residente y como no ejerciente.
El abogado "no ejerciente" no puede actuar ante los Tribunales de Justicia, por lo que no sé cómo podría defender esta persona a mis clientes.
Esto tiene toda la pinta de una estafa como una catedral, con el agravante de que se da a unas personas con unas circunstancias ya de por sí muy difíciles.
Cuando sepa algo más, lo escribiré.
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