Como ya os adelanté, el viernes por la noche quedamos S., Ar. y yo en casa de R. para hacer unas cuantas partidas de fútbol con la Play Station. La novedad de este día es que estrenábamos el nuevo Pro Evolution Soccer 2011, la nueva apuesta de Konami para no verse superada por EA con su FIFA 2011.
La verdad es que el juego está muy bien. Es un poco complicado para los que estamos acostumbrados al anterior, pero los que no solíamos hacer muchas "pijadas" (bicicletas, ruletas marsellesas y demás) tampoco notamos tanto cambio. Eso sí, los gráficos son espectaculares aunque el Sevilla FC necesita algunos ajustes como incorporar los últimos fichajes (Cigarini, Cáceres y Alexis) y modificar los dorsales (hay muchos errores). Por fin los creadores del juego -hay que tener en cuenta que son japoneses y lo que se dice tradición de fútbol, no tienen mucha- han mejorado en su rendimiento a jugadores del Sevilla como son Luis Fabiano, Perotti y, cómo no, Jesús Navas.
La velada estuvo muy bien y disfrutamos mucho con este juego. Solemos jugar por parejas (vamos cambiando) y eso lo hace más emocionante, único diría yo. El problema, como siempre, fue al día siguiente, pues después de varios "¿qué, hacemos el último partido?"· acabamos a las 2'50 h. Suerte que esto lo hacemos una vez cada mes o mes y medio.
Solemos quedar en casa de R., S. o Ar. que tienen la Play Station 3 (PS3) y buenos televisores. Cuando lo hacemos en mi casa, R. trae su PS3 y yo consigo un proyector y así, suplimos la falta de calidad en la imagen por un tamaño más que respetable que hace las delicias de todos los participantes.
A raíz de esta afición, muchas veces me había planteado si realmente es normal que un tío con 42 años (y padre de unos cuantos niños) juegue a estas cosas. Estaba en éstas cuando poco a poco fui descubriendo que no era el único. Es más, cuando mis obligaciones me lo permiten, suelo quedar con amigos para jugar un poco y son gente de mi edad o similar.
El otro día, en la reunión de padres del colegio, uno de mis amigos (S.) comentó a otro padre que el viernes habíamos quedado para jugar a la Play y éste último me dijo que no se lo esperaba, que tenía aspecto de tío serio y que esa afición no me pegaba. Después, cuando ya cogimos confianza y se dejó llevar, descubrí que ese padre era un friki: le encantaba (y todavía jugaba) con el "comecocos". ¡¡Sí, sí, aquel juego de los años 80!! Lo mejor, la frase que soltó en el momento en que él cogió la más absoluta de las confianzas: "Sí, me gusta mucho jugar al comecocos y, aunque muchos no lo crean, en este juego es muy importante la estrategia" Y se quedó tan ancho. ¡¿Estrategia en el comecocos?! ¡Dios mío! y yo que creía que era un friki ...
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