jueves, 10 de noviembre de 2011

Cuidado con la publicidad

A lo largo del día, imagino que como muchos de vosotros, recibo muchos correos electrónicos. Unos -los pocos- son útiles y esperados, otros sólo útiles, los hay absurdos, muchos son publicitarios y otros muchos no son ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario.

Cuando me refiero a estos e-mails no incluyo -evidentemente- los spams o correos indeseados. Esos ya forman una categoría propia y como miembros de esa categoría pasan de ser "recibidos" a enviados a la "papelera de reciclaje" en un momento. Por cierto, no sé por qué se llama papelera de reciclaje cuando el 99,9% de lo que envío allí no tengo la intención de recuperarlo nunca.

Existe, sin embargo, una excepción a estas categorías de correos electrónicos. Son los llamados "inesperados". Como su nombre indica, son aquellos correos que no te esperas y que causan en el receptor una sensación de sorpresa, ya sea agradable o desagradable.

Hoy he recibido uno de esos "correos inesperados" (de la subcategoría de los ... no sé, la verdad, a qué subcategoría pertenece, pues en un primer momento lo he calificado como agradable y ahora no sé si me he precipitado). Cuando lo he recibido, me he emocionado y he pensado que por fin podríamos trasladarnos a una casa bastante más grande (demasiado grande quizás) con el desahogo que ello proporciona.

Lo que me ha hecho sospechar es lo fácil que resultaba eso. Sólo era necesario apuntarse a un Curso y ya recibías el casoplón. Sin sorteos. La sospecha la he disipado rápidamente cuando he vuelto a leer el correo recibido y me he dado cuenta de que posiblemente la mega-casa esté ocupada. "Bueno, nadie da duros a 4 pesetas", he pensado, así que tendré que espabilarme para intentar convencer a los inquilinos de la finca que ésta es mía (porque me he apuntado al Curso) y ya está. Como uno es, de inicio, buena persona, he trazado el siguiente plan:

1) Llamaré a Infoempleo para que me digan dónde está la "peaso finca".

2) Una vez averiguada su ubicación, me pondré en contacto con el obispo de la diócesis en la que se encuentre para intentar alcanzar un acuerdo extrajudicial.

3) En caso de que no se avengan a razones, me veré en la imperiosa necesidad de acudir a la vía judicial en defensa de mis legítimos intereses.

4) Creo que yo mismo podré redactar la demanda y defenderme. Tendré que buscar un Procurador de los Tribunales del Partido Judicial en el que radique la finca.

5) Como el Curso al que debo apuntarme es de Perito Judicial, todo será más fácil durante el procedimiento judicial.

6) Una vez tenga la finca inscrita a mi favor, si estuviere muy lejos de donde resido, prefiero venderla y con lo obtenido en la venta comprarme una más próxima para no alterar mucho la vida de los hijos.

¿Qué os parece la idea? Dadme, por favor, vuestra opinión.

Ah, me olvidaba, aquí tenéis el correo electrónico que he recibido:


Lo pone bien claro y destacado dentro de la franja roja "SI TE MATRICULAS ESTE MES ¡¡TE REGALAMOS UN SEMINARIO!!" Como os decía, no dice si es con inquilinos o no ...

5 comentarios:

  1. Paterfamilias, soy I. "comehormigas" de nuevo. Con lo jodidos que vamos de curas (no busques segunda lectura) más vale que no lo desalojes, que te tendrá que dar el viático la Chacón!. Saludos desde Wisconsin, nevando, nevando,... Y esperando el 20 N para dar un patacazo a los impresentables gestores de la nada, advenedizos de la deuda, medradores de lo ajeno,...

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  2. Jajajajajajaja!
    Hoy te lo han puesto fácil, eh? Menudo correo has recibido! Jajajajaja! Genial, de verdad. Me has hecho reír un montón.

    (Por favor, necesito urgentemente una entrada nueva de Turmano.... para cuándo la segunda entrega de Viborita?)

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  3. Mira que si es un seminario de verdad y te lo pierdes...

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  4. Evita lo del Obispo, Páterfamilias: eso a lo mejor es un motivo más para amurallarse y no salir, hay que tener cuidado.

    Y no confíes mucho en el paso 6º, poder vender el piso ocupado, la gente no es muy crédula. A lo mejor tenías que montar un nuevo curso para librarte de la casa.

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  5. Jajajaja! como se dice por tu lado del charco, me parto!

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