Todos habréis visto por aquí a un tipo que suele comentar bajo el pseudónimo de "Primogénito" (bueno, él lo escribe así "Primogenito"). Para el que todavía no lo haya pillado os diré que es mi hermano mayor y que su verdadero nombre es J. M. (exacto, es compuesto). Aunque a veces se le escapen exabruptos es buena persona ... de verdad os lo digo. Antes de empezar esta entrada quiero dejar claro que ya tenía previsto escribirla hace tiempo. Vamos que no es como respuesta a su reproche de ayer. ;-)
Hemos vivido muchas situaciones juntos. Al ser los dos mayores funcionábamos como un pack. Recuerdo, por ejemplo, haber ido a la fiesta de la Primera Comunión de un chico de su clase a la que -imagino- solo había sido invitado él. A pesar de ser diferentes (no solo es que yo sea más guapo, más bueno y más simpático) en alguna ocasión llegaron a preguntarnos si éramos gemelos, por eso de ir siempre juntos a todos lados. Fue el primero en rebelarse contra esa costumbre de las madres de antaño (aún hoy en día existe alguna así) de vestirnos iguales.
Guardo muy buenos recuerdos de ciertos veranos que vivimos juntos con sus padrinos en la playa. Había años en los que mis padres nos enviaban parte del verano a Sevilla y sus padrinos (la hermana mayor de mi padre y su marido, a quien Dios no les dio hijos, pero el diablo les dio sobrinos) nos llevaban a la playa, unas veces a San Fernando, otras a Huelva. Allí, en Mazagón, pasamos 15 días que nunca he olvidado. Vivíamos en una residencia (mi tío trabajaba en una Farmacia y supongo que esa residencia era para gente del sector) y como había muchos niños se hacían muchas actividades para entretener a los pequeños. Se me ha quedado grabado un concurso de dibujo que ganó mi hermano y que, supongo que para consolarme, mi tío me decía que todo el jurado quería que mi dibujo también tuviera premio, pero que él les convenció para que no fuera así porque quedaba muy mal que sus dos sobrinos ganaran premio. No debió convencerme mucho esa explicación porque para mis adentros pensé "sí, claro, ¿y por qué no se premiaba el mío y no el de mi hermano?".
Aunque todavía no tiene alguna idea clara (es del Barça) ya desde bien joven apuntaba maneras. Recuerdo que cuando estudiaba la carrera de Física decía que él lo que quería era ganar dinero. Nunca le dije nada, pero pensé que no estaba muy bien de la cabeza pensando así y estudiando esa carrera. Una vez licenciado hizo un master de esos del Universo y se fue a trabajar a unos laboratorios farmacéuticos, después a una sociedad auditora, una conocida entidad financiera y finalmente a una conocidísima empresa de telefonía.
Hace ya mucho tiempo se fue a vivir a Madrid y de ahí a Buenos Aires, donde conoció a mi cuñada (acabo de leer lo que he puesto y me ha hecho gracia eso de que conoció a mi cuñada y no a su mujer, pero bueno así lo dejo) y desde hace unos años vive en Bogotá (Colombia). Una vez, hace ya tiempo, me comentó que él no podría vivir en una ciudad pequeña, que él necesita la gran urbe. Por ejemplo, en España sólo podría vivir en Madrid o Barcelona, todo lo demás le parece pequeño. Eso me impactó porque, en el fondo, no son tantas las ciudades en las que podría vivir, así como que en México DF o en Tokio debe estar "a sus anchas".
Mi hermano y su mujer E. se casaron hace ya unos años y lo hicieron aquí, donde viven mis padres, así que pudimos asistir todos. Tienen tres hijos varones que hablan con un acento que me encanta. Aun hoy me resulta extraño oírlos hablar así, siendo hijos de ese hermano mío.
Me ha hecho mucha gracia comprobar que mi hermano es un tipo sensible, cosa que nunca habría dicho de él. Siempre había sido -o parecido- un poco arisco con todo lo familiar, pero desde hace un tiempo hace grandes esfuerzos por pasar temporadas en familia y, teniendo en cuenta lo lejos que está, es de agradecer que movilice a su tropa para venir a vernos. Él dice que lo hace por sus hijos que, al vivir allí, están un poco desarraigados, pues su familia más próxima está en Buenos Aires y el resto en España.
A veces me "echa en cara" que no vayamos a Colombia a verlos. Creo que ya ha entendido que no es un tema de ganas, que si él nos paga el viaje, allí estamos como un clavo.
Mi cuñada es encantadora y se ha adaptado muy bien a nuestra familia, llegando a comentar una vez (irónicamente) que no cabía en sí misma de gozo por habernos conocido.
Bueno, mejor dejarlo aquí porque esta entrada está ya quedando un poco hortera y rayando lo cursi.
Primogénito, que sepas que por aquí se os quiere mucho y se os echa de menos.