martes, 31 de diciembre de 2013

Feliz entrada de año

Sí, lo sé, soy muy ingenioso con el título de esta entrada.

Leía ayer este post de Carmen J cuando se me ocurrió copiar la idea de hacer un resumen de este año que dejamos. Al parecer circula por la blogosfera esta idea de decir las 13 cosas por las que recordarás este 2013. ¿Y por qué 13? ¡Hombre!, muy listo no soy, pero tampoco soy tonto* y deduzco que como dejamos el año 13, son 13 las cosas que debemos mencionar, ¿no?

Bueno, pues eso, allá van las 13 cosas por las que no sé si recordaré este 2013, pero por lo menos creo que son destacables (como siempre, el orden no implica mayor o menor importancia, sino tal como vienen):

1) En casa todos hemos cumplido años. Cada uno los que le tocaban y eso es ya una muy buena señal. Mis hijos son todavía menores de edad (esto ya se acaba) por lo que, de momento, no he tenido que hacer ninguna visita a la cárcel.

2) En el plano profesional, destacar que tras 20 años de ejercicio, he abierto mi propio despacho. Hasta ahora siempre había trabajado para otros. Las circunstancias me han obligado a ello, pero, de momento, no me arrepiento de haber dado este paso.

3) Mis padres (ambos) y mi hermano N. no han tenido un buen año en cuanto a salud se refiere (tampoco les ha tocado la lotería ... que yo sepa), pero si han podido contarlo. Como sabéis casi todos, a N. le dio un infarto estando en Madrid y allí me fui para acompañarle. Ah, y al hospital vino de visita la buena de Carmen J Todo un detalle

4) Han salido a la luz las dotes artísticas (habrán salido a su madre) de varios de mis hijos:

- P. hizo un gran papel en una obra de teatro de la que ya os hablé aquí

- Mi coprotagonizó el Musical de este año en el colegio. También os lo conté aquí hace unos días.

- Ma, junto con otras compañeras de clase, participó en un número musical que nos gustó mucho. A ver si soy capaz de colgar aquí el vídeo



Como el vídeo lo grabó con el móvil el padre de una de sus compañeras, sale mucho un sector del grupo y la calidad es la que es. Ma. está a la derecha de las imágenes (según vuestra posición) y destaca en los agudos y en un solo.

Creo que esta entrada se me está alargando un poco, así que a partir de ahora intentaré ser más esquemático.

5) En verano fuimos a una playa de cantos rodados. Un gustazo eso de que no haya arena y un gran descubrimiento el calzado de río.

6) S. ha empezado Primaria. Según A. ya no tenemos niños pequeños en casa y eso le da mucha pena (¿Por qué?)

7) Me he abierto una cuenta en Twitter y ... no sé, no he notado un giro radical en mi vida.

8) El Sevilla ... lo más destacable del Sevilla es que el que hasta hace poco era su presidente se va a la cárcel. Es lo que tiene cometer delitos. Espero que no afecte en lo deportivo (por mucho que Del Nido lo intentó en aquella lamentable rueda de prensa de "despedida")

9) Sara M. sigue sin abrir su propio blog a pesar de que somos legión sus seguidores/as.

10) Me quitaron un nevus y lo conté en una entrada (si quieres recordarlo haz click)

11) Me he destapado mucho en este blog colgando fotos reales (en algunas lo he dicho, en otras no)

12)  Estoy hasta el gorro de todo lo que huele a consulta secesionista aquí, en Cataluña. No os podéis ni imaginar lo pesado que es, día sí, día también, oír hablar del tema. Se habla en todos los medios de comunicación, en las tertulias de bar, en reuniones familiares ... Insoportable.

13) Que se acaba. Se acaba el año y esta entrada. Feliz año nuevo para tod@s vosotr@s


* Puedo prometer y prometo que este post no está patrocinado por MediaMarkt

martes, 24 de diciembre de 2013

Feliz Navidad

Quería dedicar esta entrada a desearos a todos una feliz Navidad y todo lo mejor para el año próximo. Y así lo hago.

Sin embargo, la actualidad más reciente nos ha traído un tema de suma importancia y que los más astutos -observando una de las imágenes que aparece en el margen derecho de mi página principal- podréis deducir que me interesa mucho: el derecho a la vida.

Sí, el gobierno ha decidido cumplir (ya era hora) uno de los puntos de su programa. ¿Que también podría haber cumplido otros? Por supuesto, ya me gustaría, pero algo es algo. A pesar de ello, desde diversos sectores de la sociedad española (todos ellos con una ideología común) se están recibiendo furibundos ataques contra este anteproyecto de ley y contra todo aquel que defienda la vida desde el momento de la concepción.

Por si alguno no lo tiene claro y aun a riesgo de ganarme más enemistades que simpatías, os daré cuatro pinceladas sobre mi pensamiento respecto de este tema:

- Reconozco mi intolerancia en este tema. No pienso ceder ni un ápice en mi defensa de la vida del no nacido. ¿Cómo era aquéllo? Ah, sí, tolerancia cero. Pues eso, tolerancia cero con el aborto.

- No acepto que se me tache de ultraderechista, talibán, ultracatólico, enemigo de la mujer, etc. por el mero hecho de defender la vida de los más indefensos.

- No acepto ni una lección de la izquierda en este tema.

- No creo que exista ni un solo supuesto en el que deba matarse a un ser indefenso. Si por ejemplo el embarazo es fruto de una violación (crimen execrable) no debe "solucionarse" con otro peor. Ese niño/a puede darse en adopción, por ejemplo.

- Este tema nada tiene que ver con la religión, por mucho que diversos sectores pretendan confundirlo. Simplemente basta un mínimo de coherencia y honestidad intelectual. Si se defienden los derechos humanos, el primero y más importante es el derecho a la vida (sin él, los demás no tienen razón de ser) de todos los seres humanos (el no nacido lo es) en todos los momentos y circunstancias de la vida.

- No ha existido, no existe, ni existirá el derecho al aborto. El aborto no es un derecho de la mujer por mucho que la Ley Aído así lo calificara. Es como si se dijera que los blancos tienen el derecho sobre los esclavos. Es más, el aborto es una solución machista a un problema de todos, la irresponsabilidad sexual del varón llevada hasta sus últimas consecuencias.

- El aborto no debe ser un método anticonceptivo (Ley Aído)

- El lema "el bombo es mío", además de poco acertado, es erróneo. Dentro de ese "bombo" hay una vida totalmente diferente a la de la madre. Existe evidencia científica de que la vida individual se origina con la concepción al formarse el patrimonio genético del individuo.

Además, el único que puede decir que ese bombo es suyo es Manolo, ... el del bombo.

- Eso de que el aborto no obliga a nadie a abortar no es del todo cierto. Demostrado está que desde que se aprobó la Ley Aído se ha incrementado considerablemente el número de abortos en España. Cuando algo se legaliza aumenta su número y cuando se prohíbe va disminuyendo. Si no fuese así, el Derecho Penal no tendría razón de ser.

La ONU nunca ha reconocido el derecho al aborto con carácter universal. A pesar de que así se afirma desde ciertos sectores, ningún instrumento de derecho internacional en materia de derechos humanos reconoce el derecho al aborto, ni con carácter universal (ONU), ni regional (tratados europeos o latinoamericanos de derechos humanos)

- Eso de que sin el aborto seríamos tantos habitantes en la Tierra que sería inhabitable es falso. No solo no ha habido un estallido demográfico, sino al contrario: hay un envejecimiento grave de la población que hace que haya serias dudas acerca del relevo generacional.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

De partos y demás dolores

Estaba yo pensando (y esperando material gráfico) en escribir mi próxima entrada sobre la actuación de Ma. (es que el título de Madre de Pantoja se me ha quedado pequeño), cuando leo un comentario de MadreYMas en el que me muestra su extrañeza por no haber hecho un extenso comentario a su entrada sobre roturas de aguas en partos con el argumento de que habiendo tenido 6 hijos esperaba algo más. Después -lista que es- dice que ya me ha dado una idea para un post. Pues nada, a pesar de que fue A. la que tuvo los partos, seré yo quien cuente cómo fueron éstos, lo que yo recuerdo de ellos. Antes de empezar, unos cuantos avisos al (desprevenido) lector:

1) Nunca, en ninguno de los partos, rompí aguas.
2) Los dolores fueron, al menos para mí, llevaderos
3) Nunca pedí la epidural
4) Siempre he parido en hospitales de la sanidad pública
5) Eso de que el parto llega en cualquier momento es cierto.

Empezaremos por orden cronológico y así será todo más sencillo:

Ma. (19 de mayo. 15:30 h aprox)

Era nuestro primer embarazo y por tanto todo era novedoso. Tanto que se dio aquella situación que tanto me marcó y que me prometí que nunca más la volvería a vivir. A. ha sido muy tardona en todos sus partos (o nuestros hijos unos comodones que apuraban al máximo en el seno materno), por lo que estaba deseando que naciera. Ya habíamos probado todo: caminar mucho (creo que fue la época de mi vida en que he hecho más kilómetros), beber cava (hasta que me enteré que eso era una tontería de una amiga de A.), etc. Lo cierto es que un día A. dice que tiene contracciones y que son de parto. Preparamos la canastilla (expresión que solo he usado 6 veces en mi vida) y nos fuimos corriendo al hospital. Al llegar nos dirigimos al mostrador de Urgencias y ...

Aclaración previa al chistecito: En catalán, "parto" y "parte" se dice igual, "part"

A. dice "Venim de part" . Estaba yo pensando en que la enfermera nos preguntaría "De part de qui?" ("¿De parte de quién?") cuando nos hace pasar a una sala (de monitorización). Después de unas cuantas horas y una comprobación de la dilatación, nos mandaron para casa. Fue una falsa alarma. Y yo ahí, con la canastilla a cuestas volviendo hacia el coche ... Nació pocos días después.

P. (10 de octubre, sobre las 10:00 h)

No es que fuéramos unos profesionales, pero algo de experiencia ya teníamos, por lo que no se repitió la escena de la falsa alarma. Y no se repitió porque me puse algo borde, que si por A. fuera habríamos vuelto a caer en el mismo error. La culpa, como siempre, de los niños. P. fue tan tardón en salir que lo hizo el mismo día señalado por el médico para provocar el parto. La madrugada del jueves al viernes, A. tuvo bastantes contracciones, pero no me vio muy por la labor de ir al hospital. Además, como el viernes era el día D ... Bien tempranito nos plantamos en el hospital y avisamos de nuestra llegada. La enfermera dijo "Ah, sí, que tienen hora para el parto, ¿no?" "No, que vengo de parto", dijo A.

Ya en la sala de partos, recuerdo cómo P. salía y volvía a entrar. No entendía nada, aunque lo peor era ver las caras (parte de ellas porque llevaban la boca y nariz tapadas por las mascarillas) de comadrona y enfermeras. Al final resultó que traía unas vueltas de cordón. Eso sí, el tío pesó 4,4 kg

Ese parto me resultó más complicado porque tenía yo una especie de gripe intestinal. Recuerdo cómo con alguna visita en la habitación yo me iba al baño a vomitar. Lamentable.

Mi. (7 de diciembre. 19:00 h)

Lo único en lo que yo le insistía a A. es que pariera el día 7 porque no hacía puente y tenía una reunión a la que no me apetecía nada asistir. Y la pobre me dio ese capricho. Como entonces íbamos "de guais" y teníamos "la parejita", decidimos no querer saber el sexo de la criatura hasta el momento del parto. Así sería emocionante. Lo que más recuerdo de Mi. no es el parto en sí, sino nuestra llegada a casa con Ma. con 3 años y 7 meses, P. con 2 años y 2 meses y Mi. llorando como un descosido. 

Q. (19 de abril. 18: 00 h aprox.)

Era un viernes y yo estaba en Bilbao de viaje de trabajo. Cuando A. me llamó para decirme que se ponía de parto, llamé a la secretaria y consiguió anularme el billete de vuelta y sacarme otro para el vuelo de las 14 horas. En el aeropuerto de Barcelona  cogí un taxi y corriendo al hospital. Recuerdo estar llegando y ver a A. que llegaba en ese mismo instante en compañía de su madre. Pudimos entrar juntos.

JP (11 de septiembre, a la hora de comer)

Acabábamos de mudarnos a nuestra actual casa. Y cuando digo "acabábamos" lo digo en el más literal de los sentidos. El día antes habíamos acabado la mudanza y nos habíamos ido a dormir a casa de mis suegros porque nuestra casa olía mucho a pintura. Los otros 4 niños estaban todos colocados en casas de familiares y amigos. Por la mañana, antes de ir al hospital, A. decidió que pasáramos por nuestra nueva casa y preparó los uniformes y materiales de los niños que al día siguiente empezaban un nuevo curso. Estaba yo más nervioso que ella.

S (3 de octubre, de madrugada)

Fue el único que le dio por nacer a horas intempestivas. La pobre A., tras mucho insistir, consiguió que me levantara y nos fuéramos al hospital. Yo siempre le decía que no quería volver a pasar por el ridículo de Ma. (rencorosillo que es uno), pero con éste no hubo otra alternativa. ¿Ya he dicho que no quería volver a hacer el ridículo, no? Pues bien, el destino me tenía preparada una buena jugarreta.

Tras pasar por la sala de monitorización y comprobar que ya había dilatado lo suficiente, nos hacen pasar a la sala de partos y para ello me entregan esa bata verde, gorrito y zapatillas (o cubre-zapatos) del mismo color. La enfermera que me lo da me pregunta si es el primero y yo le contesto que no, que es el sexto. "Uhhhhh (grito), entonces ya eres un profesional y sabes cómo va esto", mientras me entrega esas prendas. "Claro", contesto yo con un insoportable aire de suficiencia. Cuando entro en la sala de partos noto como una enfermera me mira raro "No sé, no habrá visto nunca a un padre de familia numerosa tan apuesto como yo", pensé. Y luego A. también me mira mal. "Pobre, en este trance es normal que tenga mala cara", pienso. Al poco rato noto que el gorro me aprieta demasiado y que los sesos están a punto de salir por las orejas cuando se me ocurre hacer un comentario sobre ello. En ese momento, aquella enfermera que me miraba raro, dice "Es que te has puesto una de las zapatillas como gorro. Eso, señalando el "gorro", va en los pies y aquello, señalando una de las "zapatillas", en la cabeza". Pues eso, que para ser un profesional no está nada mal la metedura de pata. Ah, ¿y no querías no hacer el ridículo? ¡Toma!

Bueno, espero que MadreYMas, que tiene nerviosita a toda la blogosfera, esté satisfecha. Mucho ánimo, que ya queda muy poco.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Mi. participa en Clown

Hace ya un tiempo, allá por el mes de junio, os contaba aquí que nuestro hijo P. había participado como actor en una obra de teatro. Decía que me había gustado mucho y estoy seguro que se debe a que, además de su buen hacer, como yo en mi vida había hecho nada en este campo, pues eso, que me sorprendía. Bueno, sí, una vez, en 3º de EGB, hice de ángel en la típica obra de teatro de Navidad del Colegio. Era el ángel de la anunciación a los pastores y soltaba una frase relativamente larga (para esa edad). A ver, a ver si logro acordarme ... "No temáis pastores, vengo a anunciaros una buena nueva (y yo, que no tenía ni idea de qué era una buena nueva) ... ha nacido Dios, el Salvador" Justo al acabar mi frase, uno de los pastores exclamaba "¡¡Yo no me trago esa bola!!". Pues bien, durante uno de los ensayos, este niño, como gracia, no tuvo mejor idea que me meterse una canica de hierro en el boca y ... a punto estuvo de ahogarse. Recuerdo al profesor metiendo su mano en la garganta del niño (más rojo que el punto de la bandera japonesa) hasta sacarle la bola.

Bueno, una vez más, me estoy yendo por las ramas porque de lo que quería hablaros es de la actuación de Mi. el pasado viernes. El colegio al que van los niños, desde hace 3 años, hace un Musical (no confundir con Festival) en el que participan muchos alumnos. Para elegir a los protagonistas del Musical se hace un casting con multitud de aspirantes a esos papeles. Pues bien, Mi. resultó elegido para interpretar al segundo de los protagonistas, en esta ocasión era el presentador del circo en el que se desarrollaba parte de la obra "Clown"

Tras varias semanas de ensayos llegó el gran día. Esta vez, como nuestro hijo Mi. tenía un papel destacado nos guardaron unos sitios en las primeras filas. Justo antes de empezar, ya apareció Mi. dando prisa a los tramoyistas que preparaban el escenario y de esta forma avisar al público que aquello estaba a punto de empezar. También estaba por ahí P. que hacía de jefe de tramoyistas, con unos auriculares en la oreja y micro en la boca dando órdenes a todo el mundo, mientras por el pinganillo recibía instrucciones del director y del director artístico del Musical.

Empezó por fin el espectáculo y enseguida apareció Mi. con su chaqueta roja, pantalones blancos y chistera interpretando su papel y bailando las canciones que le tocaban. Reconozco que me sorprendió gratamente su actuación porque, de verdad, no esperaba esa soltura encima del escenario y ante tanta gente que allí se congregó. Al acabar el espectáculo, recibimos cantidad de felicitaciones por la actuación de Mi. Si, se me caía (y se me cae) la baba.

También participaron Q. y JP junto con muchos niños de sus respectivos cursos en algunos bailes colectivos que servían de coreografía en el Musical.

Ya sé que perderemos parte del anonimato, pero estoy tan orgulloso de su actuación que creo que vale la pena pagar ese peaje. Os dejo un enlace de la noticia aparecida en un medio local que se hace eco del Musical. Lo siento, no he sido capaz de ponerlo de otra manera, así que tendréis que clicar en el enlace.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Top Chef

A. y yo nos hemos aficionado a una serie de TV. Yo me he aficionado a un a serie de TV. Yo me había aficionado a una serie de TV, pero cada vez menos porque tengo la sensación de que la están alargando innecesariamente (o no). La serie en sí es "El tiempo entre costuras", basada, como sabéis, en el libro del mismo título escrito por María Dueñas y que, por supuesto, no he leído.

Como suele acabar muy tarde -recordad que es Antena 3 la cadena que la emite, aunque cualquiera ya hace lo mismo- por culpa de la cantidad de anuncios que ponen. Es más, he llegado a pensar que Antena 3 es una cadena de anuncios y que, de vez en cuando, entre anuncio y anuncio, a veces ponen una película, otras una serie, un noticiario ... Decía que como suele acabar muy tarde, nos la bajamos, la grabamos en el disco duro y la vemos cuando nos viene bien, no cuando decida esta cadena de televisión.

Ayer fue el día dedicado a ver el episodio 8 (A. casi consigue acabarlo, pero cuando me giré por enésima vez, me la encontré frita en el sofá)

Aclaración: Frita = dormida. No sea que alguien piense que hubo un cortocircuito en el árbol de Navidad y ...

Y, al acabar y apagar el disco duro, salió Antena 3 (antes de empezar a ver la serie, habíamos visto -casi nunca lo hacemos- las Noticias de este canal) con el programa ya empezado "Top Chef". No sé por qué, pero me quedé allí viendo ese programa. Quizá sea el tal Chicote, con esa pinta de mecánico o de lo que sea menos de chef, que ejerza un irresistible magnetismo sobre mí o quizás aquellos recuerdos del (único) programa que vi de Masterchef, o quizás ... ¡Lo que sea!, el caso es que me quedé.

Allí había 4 concursantes: un maño muy ... no sé, un madrileño muy competitivo, una valenciana y el más joven, un tipo ¿de Burgos?, no lo recuerdo. En el momento en que "entré" en el programa, debían hacer 2 parejas y cocinar un postre con una serie de características (5 capas y no sé qué más). Chicote tomó la palabra y anunció a los componentes del jurado, los encargados de evaluar ese postre. "Y hoy nos acompañan -gritaba Chicote mientras los presentaba- ...:

- Frederic Bau (no había oído hablar de él en mi vida, cosa por otro lado normal), experto mundial en no sé qué.

- Paco Torreblanca (otro del que desconocía de su existencia), campeón de España de no sé qué (de postres, supongo) ¿Hay un campeonato de postres?

- Y ... Jordi Roca (¡hombre, viene el de los lavabos!, pensé), el encargado de los postres del Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo (no os lo puedo confirmar porque no he comido allí)

Deben ser auténticas personalidades en el tema (o los concursantes están algo más que adiestrados) a tenor de las caras y comentarios de los 4 concursantes.

Ahora -proseguía Chicote- cada uno de ellos preparará un postre ...

Y llega el francés y hace algo a lo que le llama "Estalacticas y estalagmitas" mientras rellena de crema de limón unos tubos de ensayo de laboratorio, pone un "techo" de masa de no sé qué y unos trozos de chocolate. La gente aplaude a rabiar y Chicote pone cara de alucinado (perdón, de más alucinado).

Después, el bueno de Torreblanca, hace su postre, al que llama "Fondo marino" y que no es otra cosa que un homenaje a nuestros paisajes, dice. Allí había bizcocho, chocolate y no sé qué más cosas. Chicote no cabe en sí (bueno, en sentido literal, parece que tampoco) de gozo.

Cuando yo ya creía que la tomadura de pelo se había acabado, aparece Jordi Roca y dice que preparará "Viaje a La Habana". Para ello enciende un puro (no al estilo tradicional, no sea que los talibanes lo tachen de incitar al consumo de tabaco) con unos tubos de plástico y "vierte" su humo en un recipiente en el que se prepara una crema. Esta crema se introduce en un cilindro (supongo que era un barquillo) bañado en chocolate y con carbón "de Reyes" (sic) rallado hace la ceniza del puro. Después se acompaña de un mojito y ... ¡ya está, Viaje a La Habana! Chicote está extasiado mientras se le oye mascullar "es un genio". Yo, lejos de asombrarme, sigo pensando que todo aquello no puede ser real. En ese momento dudé sobre si seguir o apagar la tele. Seguí.

Me quedé a ver cómo preparaban ese postre y cómo los miembros del jurado elegían el ganador. Al final, una tanda de anuncios sin anunciar (huy, ni a propósito), hizo que decidiera irme a dormir. Total, que al final me acosté tan tarde como si hubiera visto el episodio de "El tiempo entre costuras" en esa cadena de televisión.

Por cierto, antes de todo eso, cuando vimos parte de las Noticias de Antena 3, pude comprobar -no sin cierto estupor- cómo los presentadores hacen de anunciantes. El tipo de los Deportes anunciaba un anti-caspa y el del Tiempo no sé qué. ¿Eso es siempre así?

lunes, 9 de diciembre de 2013

Empieza la Navidad

Mira que les tengo dicho que no traigan a casa todo lo que se encuentran. Pues nada, ni caso. S. se encontró un virus (supongo que en el cole) y no se le ocurrió nada mejor que traérselo a casa. Y allí está, tan a gustito y sin ninguna intención de irse. Además, ya sabéis lo que una familia llega a encariñarse con un virus, todo el mundo quiere cogerlo, acariciarlo y así va pasando de uno a otro. Después de S. y P., pasó a Q., JP y ¡a mí!

Pues eso, ¿que vienen 3 días seguidos de fiesta? No te preocupes, que con un virus en casa, ya verás lo que os vais a divertir.

- ¿Qué, os animáis para venir a tomar una copa en casa?

- Huy, no gracias. Es que tenemos un virus en casa (como el que tiene invitados)

- Ah, ya, entiendo. Pues nada, otro día será... Y pasadlo bien

- Gracias, gracias

El viernes vinieron unos amigos a pasar la tarde y a cenar. Por la mañana -ahora que estoy en racha- pinté el techo de uno de los cuartos de baño con una pintura anti moho porque justo encima de las dos duchas habían salido unas manchas muy feas. Antes de eso tuve que convencer a JP y S de que ese día no montaríamos ni el árbol ni el belén porque al parecer A. les había dicho que sí, que el viernes lo haríamos. Ya por la noche, empecé yo con mi malestar general (ese frío, con tiritera y todo, que no hay manera de quitarse al acostarme, dolor de huesos ...) y me levanté el sábado con la garganta como si fuera de papel de lija.

Desayunamos todos juntos y felicitamos a Mi. por su 14 cumpleaños  antes de que A. se fuera a ayudar a sus padres porque -ya dedicaré un día una entrada a mis suegros- desde hace pocos meses en que su padre (de 90 años, pero muy bien llevados) sufrió una caída y se rompió la cadera, necesitan algo de colaboración y me quedé yo con S y JP dispuestos a "ayudarme" montando el árbol. Lo saco de su caja y veo que ya no es el que era. El paso del tiempo y la manipulación de los niños hace que su aspecto no sea el mejor. Aun así lo montamos y empezamos a decorarlo. Mi intención es que solo pusiéramos unos cuantos adornos de color rojo y para ello habíamos comprado hace algún tiempo una caja de adornos en Ikea. Empiezo a sacar bolas y otros adornos cuando me encuentro con una bolsita llena de hilos. "¡Vaya, hay que hacer los nudos en cada una de las bolas!" Y cuando llevaba ya unas cuantas, aparecen unos plastiquitos que sirven para colgar las bolas del árbol sin necesidad de hacer nudos. Lástima que no sirviera también para los otros adornos. Al final, como me temía, el árbol no solo tiene adornos rojos, pero bueno.

Ese tronco sonriente y con comida en un plato es el tió,
una tradición de por aquí que ya os explicaré un día

No es como éste, pero bueno.

Por la tarde montamos el belén, que es como el de cada año porque siempre lo montamos en el mismo mueble y, claro, el espacio es el que es. La novedad de este año ha sido que no estaba yo con buen cuerpo como para ir al parque a buscar los "árboles" del belén. Mandé a Q., JP y S., que, además de los "frutos" del huerto, se ocuparon de traer un "árbol". Cuando lo puse en el belén, en lugar de poner al ángel de la anunciación allí, a punto estuve de ahorcarlo. No sé, tenía más pinta de árbol de película de terror que otra cosa, pero no me pareció muy apropiado.

Pido disculpas por la calidad de la foto
Finalmente, ayer por la tarde, A. puso el Misterio que completa la Navidad en casa. Este año no ha tenido a bien, y lo que yo me alegro, decorar toda la casa con aquellos adornos tan chulos que hacían en la guardería todos y cada uno de nuestros hijos.

Oye, este móvil mío hace unas fotos lamentables,
... o soy yo que no sé hacerlas

Ahora sí, ya ha empezado la Navidad y desde aquí quiero desearos a todos una muy feliz Navidad.



miércoles, 4 de diciembre de 2013

Despertares

Ya sé que hay una película con este título que, por cierto, me gustó. Pero no, la entrada de hoy no va sobre eso, sino sobre unos (terribles) recuerdos que tuve anoche al acostarme.

S. lleva unos días enfermo, según el médico es un simple catarro, pero que para ser simple no está nada mal porque lleva días con fiebre y una tos más propia de un perro que de un niño. Ah, hoy se le ha sumado P. también con fiebre y una tos como de ... hummm ... ¿cómo diría yo? ... ¡de cachalote! Nunca he oído toser a un cachalote, pero me lo puedo imaginar

Decía que anoche al acostarme ... hago un inciso para contaros la ginkana que A. me había preparado:

A. estaba muy cansada y se fue a leer en su kindle (lo que se dice leer dura unos minutos) a la cama. Sin embargo, dado el estado de P., que Mi. duerme en la misma habitación que el convaleciente y que A. quería evitar un contagio, mi mujer decidió que lo mejor era que Mi. llevara su colchón a nuestra habitación y durmiera allí, a los pies de la cama, en el lado de A. para ser más exactos.

Cuando fui a acostarme, a oscuras, me encontré con ese panorama. Para ir al lavabo debía pasar por un estrecho espacio que había entre el colchón y el armario. Me sentía como en un rocódromo, pero sin cuerdas y sin huecos en las puertas del armario, que son más lisas que mi frente sin nevus. Alcancé mi objetivo no sin muchas dificultades y para poder acostarme debí superar la misma prueba, cosa que resultó más sencilla dada mi reciente experiencia. Cuando por fin llegué a mi lado de la cama, me puse el pijama y me metí en el sobre. Ahí es cuando me vino aquel recuerdo. Me encontraba yo en esos momentos previos al sueño (seguro que se llama fase no sé qué), que ni duermes, pero que lo que se dice despierto, como que tampoco, cuando oigo un ligero gemido proveniente de la habitación de los pequeños. Hago como que no lo oigo, pero mi cerebro ya se ha puesto a trabajar (y para estar medio dormido, vaya tela a qué velocidad), detecta que es S. y empieza a plantearme la historia que me tocará vivir:

1) S. tiene un subidón de fiebre que hará que me tenga que levantar a ver qué pasa.

2) Llegaré a su cama y le preguntaré cómo está (pregunta absurda si está ardiendo y lloriqueando).

3) Como sé que había tomado la medicina al acostarse, no sé qué podré darle. Tendré que despertar a A. y preguntarle.

4) Para poder preguntarle a A. tendré que pasar por el improvisado rocódromo liso que hay montado en mi habitación.

5) Cuando por fin consiga superar otra vez esa prueba, me dirá que le dé Apiretal

6) Volveré al estrecho sendero al borde del precipicio para dirigirme a la cocina. Atravesaré ese pasillo recién pintado de marrón (más oscuro que la boca del lobo), llenaré la jeringuilla y cuando llegue al borde de la cama de S. estará más que dormido.

Tras algunos gemidos más, ahí quedó la cosa, gracias a Dios. No sé, el que se hagan mayores tiene alguna que otra ventaja. En el recuerdo quedan aquellas noches en las que (hay que reconocerlo, era A. la que casi siempre se levantaba, cosas de tener un oído tan fino ...) un niño llora con todo lo que ello conlleva.

Ah, aquí van unas fotos del pasillo y el recibidor después de pintarlos de color marrón (lo que ha conllevado que todos esos marcos pequeños con fotos los haya tenido que pintar de blanco para que resaltaran un poco)

Recibidor


Pasillo

Pasillo (y los famosos marcos)

lunes, 2 de diciembre de 2013

A vueltas con los colores

Este fin de semana domingo he vuelto a pintar. En esta ocasión he pintado el pasillo y el recibidor. El anterior color, además de no haber acertado en su elección, empezaba a dar síntomas inequívocos de suciedad y uno de los tabiques, como-consecuencia-de-portazos, estaba hecho una pena. El viernes vino un hombre a casa y arregló ese tabique. El sábado por la mañana enmasillé unas grietas a las que previamente apliqué una venda (sí, sí, habéis leído bien) siguiendo el consejo de ese hombre. A. compró esa especie de malla y uno que es mu apañao, la colocó.

Esta vez hemos optado por algo sencillo, nada de pedir la carta de colores, devanarse los sesos para elegir uno y llegar a casa con el corazón en un puño por si la elección no ha sido la adecuada. El elegido ha sido un color marrón (ops, perdona Carmen J.). Sí, sí, ni camel, ni chocolate, ni tonterías por el estilo. Si leemos el envase de la casa Bruguer, dentro de la serie "Colores del mundo", Kenia, aparece "Marrón natural".

Mientras pintaba me he acordado de esas cartas de colores que, además de no ser estandar, sino que cada fabricante llama como le da la gana a cada uno de los colores, dan rienda suelta a la imaginación del pone-nombres. ¿Existirá una profesión que consista en dar nombre a los colores? No lo sé, pero lo que está claro es que esa tarea no está al alcance de cualquiera. Con unos cuantos ejemplos se entenderá mejor y creo que hasta Carmen J. me dará la razón. Para ello he acudido a Google y he buscado cartas de colores de pinturas y  ... agarraos:

- Cal helada: ¿Alguien, en su sano juicio, no es capaz de distinguir esa pared encalada en pleno verano de la misma en un riguroso invierno?

- Verde velo: Si algún/a listill@ está pensando que ya sabe qué color es ése, simplemente decirle que se encuentra en la gama de los blancos. Claro, lo más lógico es llamar "verde" a un blanco.

- Horizonte lejano: ¿Quien no ha utilizado en alguna ocasión esta expresión? Estamos hartos de oír aquello de "Pues sí, pintamos la habitación del nene y al final nos decantamos por el horizonte lejano" Si al final resultará que la película "Cumbres borrascosas" va sobre pintores.

- Blanco plantación: Aquí han tenido el detalle de darnos una pista. Se trata de un blanco. Lo de "plantación" me descoloca un poco ... o, al revés, coloca ... ¿será de coca la plantación?

- Arena ligera: ¡Sí, hombre!, el típico color de la arena ligera. Por favor, no confundir con el de la arena pesada.

- Sombra caliente: ¿Sabéis ese color típico de cuando en verano, paseando por la calle, encuentras una sombra, te diriges allí buscando fresquito y ... ¡te encuentras una estufa? ¡Pues ése es!

- Rastro polvoriento: No confundir, por favor, con el color polvo. Es el del rastro que deja éste.

- Azul Alicia. Efectivamente, es un azul ... pero ¿cuál? ¿De qué Alicia estamos hablando?

- Seda de grano: ¿Ésta es la de aquellos gusanos que guardábamos en cajas de zapatos, comían morera, hacían un capullo (de seda) y después salía una mariposa? Ah, por si algun@ ya sabe cuál es, decirle que existen varias gamas de este color, pues en la carta aparecen el Seda de grano 1, 2, 3 y 4.

- Ladrillo refractario: No confundir con el color tocho de toda la vida.

- Blanco floral: Para aquell@s que pensaban que el blanco es uno o como mucho existía el "blanco roto", decirle que está muy equivocad@.

- Gris: Por fin uno normal, es de los pocos colores sinceros. Eso sí, hay tantas tonalidades (al menos en esa carta) como hasta llegar al Gris 100.

- Lavanda rubor: Y no contento con este color, el pone-nombres distingue entre 4 tonalidades.Y yo que había logrado observar cómo ese ambientador de lavanda que tenemos en casa, al oír una palabrota, como que se enrojecía...

- Mocasín: Y yo que creía que era un zapato ...

- Humo blanco: Aquí me queda una duda, ¿es el del Marlboro o el del Winston?

Prefiero no seguir para no cansar al personal y si hay quien cree que me lo he inventado, os dejo esa carta de colores que me ha dado pie a esta entrada: carta de colores

Ah, ya os enseñaré cómo han quedado pasillo y recibidor

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El cross

Desde hace unos años, en una población cercana a la nuestra, se celebra un cross (A. no paró de llamarlo "croll", que junto a "Hallowei" hace que sea única) en la que participan muchos colegios de la zona y que con el tiempo ha ido ganando en popularidad. Se celebra, año tras año, en otoño y, año tras año con alguna que otra ausencia, nuestros hijos han participado. Hago bien en poner "han participado" y no "participan" porque la experiencia no les acaba de convencer y suelen "competir" un año, dos a lo sumo.

Este año, cuando ya creía que me había librado de acompañar niños a esa carrera, me comenta A. que JP y S. participan. También -para sorpresa de todos- se apuntó P., lo que no resultó ser un engorro, pues, a pesar de que era de los primeros en salir, se fue por su cuenta, quedó con unos amigos y desde allí se iba a un bar con unos cuantos a ver el Espanyol-Sevilla (1-3). Así que no tuvimos que madrugar, o eso creía yo Tanto la categoría de JP como la de S. eran de las últimas en salir.

Como uno ya se conoce el percal y sabe de las dotes atléticas de sus hijos (habrán salido a su madre), me pasé toda la semana anterior a la carrera animándoles con lemas como "Lo importante es participar" y chorradas por el estilo. Alguno pensará que debía haberles concedido el beneficio de la duda, pero, creedme, que uno ya es perro viejo. El principal problema es intentar convencerles de que a lo mejor no ganan. Ellos, con sus tiernos 8 y 6 años y una nula experiencia en carreras de este tipo (vamos, que no han corrido en su vida) creen (y cuando digo creen, así es) que pueden ganar. Es entonces cuando les oyes decirse uno a otro cosas como "Mi copa será más grande que la tuya" o "Seguro que no es tan chula como la de papá" (ya os conté una vez que fui campeón de ping pong). A medida que se acerca el día y observas que tu discurso no ha calado, intensificas la frecuencia de tus mensajes "Recordad que lo importante es participar" o "Lo importante es acabar".

Y llegó el día. Los niños se levantaron muy temprano y nerviosos, casi excitados. Durante el desayuno seguí insistiendo en mis lemas e intentando que comieran (los nervios les dificultaban incluso comer algo). Se cambiaron, les pegué el dorsal en su camiseta de deportes del colegio, se pusieron un chándal y salimos hacia allí. En el coche más de lo mismo. Llegamos al recinto en el que se celebraba el cross y tras sortear a miles de niñas, niños, padres, madres y abuelos y abuelas, alcanzamos el stand en el que, tras mostrar el dorsal, les entregaban el chip electrónico que atado a la zapatilla de deporte facilitaría después establecer la posición en la que quedarían.

Cuando ya estaban preparados y debíamos dejarlos junto con el resto de compañeros de clase, volví a insistirles en los lemas. Hasta entonces no me había dicho nada, pero al recordarle uno de esos famosos lemas, S. soltó la frase del día:

Yo: Recuerda, S. lo importante es acabar ...

S: ¡Y empezar, ¿no?!

(...)

Yo: Sí, claro, y empezar ...

El primero en correr era JP. Cuando dieron la salida me fui directo a la zona de meta para verlo llegar y hacerle una foto con el móvil. Desde que me bajé la última actualización de software, cada vez que lo enciendo, tengo que poner una contraseña, así que todo resulta un poco más complicado. Empiezo a ver que llegan los primeros niños y sin alterarme lo más mínimo empiezo a prepararme. Siguen llegando niños y enciendo el móvil, pongo la contraseña, clico en la aplicación cámara y espero a que pase por allí JP. Siguen llegando niños, cada vez menos, y menos y ... llegan ya los más gorditos y JP que no aparece. De repente ya no veo más niños y pienso que quizá se ha retirado (¡vaya!, eso de lo importante es acabar no le ha quedado muy claro, pienso yo) cuando, a lo lejos, veo un grupito de niños y detrás  de ellos ... detrás de ellos está JP con la cara como una lombarda corriendo a su ritmo. Me dispongo a hacerle una foto y ... el móvil ya se ha apagado. Vuelvo a encenderlo, pongo la contraseña, busco la aplicación y ... JP ya ha llegado a la meta. Vale decir que después de él llegó el último grupito de niños. Entre ellos se disputaron el último puesto.

No pude quedarme a ver la carrera de S. porque tenía una importante reunión de hermanos en casa de mis padres, pero A. me envió una foto del niño corriendo. En ella sale mirando a la cámara y con una sonrisa de oreja a oreja. Es decir, competir, lo que se dice competir tampoco es lo suyo. También acabó.

La guinda llegó por la noche, durante la cena. Comentábamos la jornada cuando se nos ocurre preguntarle a P. que cómo es que le había dado por participar en ese cross después de tantos años. "Es que nos subían un punto en la asignatura de Educación Física a los que participábamos"

lunes, 25 de noviembre de 2013

Se han cargado la Navidad

Sí, lo sé, tengo el blog un poco descuidado y, de verdad, me duele. Pero lo primero es lo primero, así que el blog deberá esperar un poco.



Han pasado muchas cosas desde la última entrada hace ya ... buf, ¡una semana!. Para empezar, ayer mismo el Sevilla volvió a golear al colista en un derbi. Si el resultado del año pasado fue de 5-1, este año ha sido de 4-0 (9 golitos en 2 partidos no está nada mal). Eso sí, he visto cierta mejoría en el otro equipo de la ciudad: el año pasado el primer gol del Sevilla llegó a los 14" de partido, este año no ha llegado hasta el minuto 2. Se ve que su técnico ha trabajado este aspecto en los días previos al choque. Bueno, tampoco hay que darle más importancia a un partido más, que solo significan 3 puntos y que el Sevilla debe olvidarse de localismos y elevar sus miras. Además, el partido estuvo igualado ... ¡hasta el minuto 2!

Cambiando de tema, y entrando en uno más interesante, os dejo el siguiente vídeo y, si habéis aguantado hasta el final, lo comentamos un poco:

(siento no haber sido capaz de encontrar una versión más corta)


¿Ya está? Vale. Mucho se ha hablado de este vídeo en las diferentes redes sociales y, al parecer, muchas parodias se han hecho del mismo. 

Reconozco que hasta este fin de semana no había tenido la oportunidad de verlo y ... ¿qué queréis que os diga?, que efectivamente se han quedado cortas las críticas y las parodias. Sin entrar a valorar muchas de las cosas que ya se han escrito al respecto, o sobre si era mejor el calvo de la lotería, me quedo con algunas de las cosas que me han llamado la atención:

1) Nunca había visto a un pueblo esperando en la plaza mayor a que llegara el último con su velita para cantar una canción. Deduzco que el que llega tarde, efectivamente llega muy tarde porque ha dado tiempo a que todos se coloquen bien en su sitio, se encienda el árbol y l@s cantantes estén preparad@s.

2) Hay tres adolescentes en primera fila que tras cantar el bueno de Bustamante suspiran como si el que lo hubiera hecho fuera el mismísimo Justin Bieber (no seré quien lo defienda, eh).

3) Aparece Raphael y ... que si no canta el Tamborilero, como que no, que no es Navidad. Atención a la escena que aparece justo después de que Raphael perpetre su estrofa. Aparecen dos jóvenes descojonándose de la que imagino es su madre por suspirar ante los gorgoritos de Raphael. ¡Qué falta de respeto! (hacia su madre, no al que "canta")

4) Justo después de esto irrumpe en escena (antes irrumpía de una manera y ahora lo hace de otra) Montserrat Caballé, grande entre las grandes. Sin embargo, ese gesto ... humm, no sé a vosotr@s, pero a mí me ha dado miedo, mucho miedo (quizá ha tenido una visión sobre los que nos espera el próximo año)

5) No entiendo mucho de esto, pero echo de menos la sensación de frío en el anuncio. Está muy bien que un ventilador mueva la melena de Marta Sánchez, pero, no sé, un poquito de vaho saliendo de la boca de alguno de los cantantes o del público, le habría dado más credibilidad. Quizá la salud de Montserrat Caballé no lo habría aguantado, pero hay otras alternativas como rodar al aire libre en plena sierra madrileña o Pirineo catalán (o aragonés) con Montserrat metida en una urna de cristal para que no se constipe.

6) Por si el bochorno no ha invadido al espectador durante el visionado del anuncio, el guionista se ceba poniendo a Raphael a cambiar una bombilla mientras tintinea la melodía de los niños de San Ildefonso (nunca Idelfonso, que hay quien así lo dice) al cantar cualquiera de sus números y sus premios.

¿Y a vosotr@s qué os ha parecido?

lunes, 18 de noviembre de 2013

La verdad sobre Halloween

Tuvo que ser el sábado por la noche, en una cena en casa de D. (el irlandés) y J. (su madrileña, pero cada vez más integrada esposa, a la que para decirnos que el sofá estaba sujeto al suelo, no se le ocurre nada mejor que decir "collado"), a la que también asistieron J. y M (la BTV) donde me enteré del verdadero origen y significado del Halloween.

Estábamos dando buena cuenta de un aperitivo que precedía a la cena cuando D. comenta algo que ocurrió durante la celebración de Halloween. En ese momento, con una naturalidad y buena fe fuera de lo común, se me ocurre preguntarle por qué ellos celebran Halloween (no sé, mi ignorancia me hacía creer que un irlandés no se plegaba así como así ante una imposición yankee). Bueno, la que lié con mi pregunta. Me miró (suerte que las miradas no matan) y con un tono de voz algo elevado y un ritmo y velocidad en la exposición impropio de una persona que no tiene el español como lengua materna, me cuenta:

El origen de la palabra viene de la expresión All Holly Eve (sí, yo también puse la misma cara que habéis puesto vosotros al leerlo), pero lo gracioso era ver a D. explicando que de ahí se pasó a Holly, Hall - All - O- Even, Een ... Vamos, que Víspera de Todos los Santos (All Holly Eve) es el origen de esta fiesta. Tras esta clase de fonética viene la de Historia y nos cuenta que "como sabéis, los EE.UU., al no tener una cultura propia, sino muchas culturas de las muchas razas que componen esa gran nación, intentó unificar ..." Después, he leído por ahí, que los irlandeses tuvieron mucho que ver en que se adoptara como fiesta en EE.UU.

Cuando ya creía yo (¡qué iluso!) que había acabado su clase magistral, pasa a elevar (todavía más) el tono de voz  y me hace responsable de los ataques que por cierto sector de la población autóctona (o sea, nosotros) ha recibido esta celebración. Intento yo excusarme ante tal acusación cuando, dando un giro de tuerca, nos acusa de haber tachado esa fiesta de diabólica.

Todavía estoy yo intentándome recuperar de la acusación, cuando salta M. (figuradamente) y dice que no, que nadie la ha tachado de diabólica, sino que lo único que se ha pretendido es salvar las costumbres propias ante el intento de imposición de una fiesta -muy respetable- pero foránea. Plas, plas, plas, aplaudo interiormente, mientras sigo intentando reaccionar.

Bueno, la sangre no llegó al río y todos (o por lo menos yo) aprendimos que Halloween tiene un origen no comercial y que es tan respetable como la Castanyada.

Más adelante se habló algo de rugby y ahí, la verdad, ya no me atreví a abrir la boca, limitándome a asentir con la cabeza y concluyendo que era un deporte muy noble y para nada peligroso.

Al final, la tertulia posterior a la cena fue algo más corta de lo habitual. D. estaba agotado porque -según decía- había tenido una semana muy dura. No lo dudo, aunque de lo que también estoy seguro es que las escasas fuerzas que le quedaban las agotó en esa explicación sobre el origen de Halloween.

PS No me atreví a decirle que conozca a alguna/s que, en lugar de Halloween, dicen Hallowei.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Llevar o no gafas

Una intrascendente conversación que mantuvimos ayer varios conocidos fue la que me dio pie para escribir esta (intrascendente) entrada. Estábamos allí unos cuantos cuando uno de ellos comentó que "suerte que me he traído las gafas" y así podría leer un texto con un tamaño de letra realmente pequeño (y más teniendo en cuenta de que no era un contrato de suministro). A partir de aquí -ya os podéis imaginar- la conversación giró en torno a la vista y se pudieron escuchar las siguientes perlas: "¿Las tuyas son progresivas?", "¿Qué tienes?", "Astigmatismo y miopía", etc.

Bueno, entre los asistentes (todos por encima de los 40 y alguno de los 50) había un auténtico campeón (el de la miopía y el astigmatismo). Como fui yo el que le hizo la pregunta y por su respuesta me pareció que había tocado un tema delicado, intenté arreglarlo con otra pregunta de esas que no se piensan nada y, una vez formuladas, te das cuenta de que ha sido peor el remedio que la enfermedad:

Yo: Bueeeeno, pero tú has llevado gafas desde siempre, ¿no? (como si eso fuera un atenuante)

A-M (Astigmatismo y Miopía): ¡No, qué va!, empecé a llevar gafas a los 24 años

Yo: Ahhh

Y aunque ya no me atreví a preguntar nada más, él siguió con su explicación

A-M: Sí, y ahora tengo una prótesis en el ojo

Reconozco que al oír eso mi sorpresa fue mayúscula (como las únicas letras que imagino es capaz de leer)

Yo: ¿Una prótesis?

A-M: Sí, es de silicona y está para evitar que haya un desprendimiento de retina, aunque seguramente provocará que más adelante tenga cataratas.

La cosa se animó y los demás (curiosamente todos con gafas) explicaron sus cuitas ópticas.

Se hizo un silencio y varios de los allí presentes me miraron (jajajaja, "me miraron") como interesándose por mi vista. Entonces les conté que yo había llevado gafas porque ... os cuento:

Tendría yo unos 15 ó 16 años. Recuerdo perfectamente estar sentado en la mesa de la cocina de casa de mis padres. Desde ahí podía ver el calentador del agua y, no sé por qué, me quedé mirándolo tapándome primero un ojo y después el otro. De repente, y con cierto susto, descubro que con uno de ellos (el derecho concretamente) veo mucho peor. Me alarmo y vuelvo a mirar con los 2 ojos y me tranquilizo porque veo bien. Se me ocurrió comentárselo a mi madre y me llevó al oculista y ... lo típico. Me siento en un taburete y empieza a ponerme imágenes con letras cada vez más pequeñas. Yo, que siempre me había considerado un lince (por mi vista), descubrí con horror que cuando me tapaban el ojo izquierdo había letras que no era capaz ni siquiera de intuir.

Al acabar, el médico pronunció esa palabra: astigmatismo. "Y, ¿qué es eso?", pregunté. Él me contestó: "Para que lo entiendas. ¿Verdad que el ojo es redondo?" Asentí con la cabeza y concluyó con un "Pues tú tienes una patata" Otro mito destrozado. Siempre, las amistades (femeninas) de mis padres y las familiares (tías o gente mayor) y alguna que otra niña me habían dicho que tenía unos ojos preciosos y este tío, en unos segundos, me destrozó diciéndome que uno de ellos era una patata. Azul, pero una patata. Después me dijo que debía llevar gafas y que, con ellas, no se solucionaría, sino que se estabilizaría, que no iría a más.

Como el astigmatismo solo me afectaba un ojo le pregunté al oculista que cómo serían las gafas (listo que es uno) y me contestó que uno de los cristales sería graduado y el otro no. Es entonces cuando me asaltó la duda de si llevar monóculo. Me parecía muy interesante llevar un cristal redondo atado a una cadena en un bolsillo del pantalón, ponérmelo para leer cualquier cosa y, sobre todo, mostrar mi sorpresa ante cualquier cosa abriendo más ese ojo lo que provocaría que cayera el cristal, pero al estar atado por una cadena no llegaría hasta el suelo y quedaría colgando con movimientos pendulares. Evidentemente, descarté la idea.

Así que estuve llevando gafas durante unos años (unos 12 aprox.) hasta que me cansé (no la vista, sino yo) y decidí volver a ser el de siempre. Eso sí, esa época en la que llevé gafas ha servido para que mis hijos se rían más de mí cuando ven alguna foto en la que aparezco con ellas.