A estas alturas creo que todos sabéis ya que el día de San Jorge (la Diada de Sant Jordi) es conocido también como el Día del Libro y como tal, es costumbre regalar un libro o entregar el Premio Cervantes, que este año a ido a parar al sin par (gracias a Dios) Juan Goytisolo.
Bueno, por aquí, nosotros les regalamos a ellas una rosa y ellas un libro. Compré una rosa para mi hija Ma. y, atendiendo a la petición hecha por A., a ella le regalé tres tiestos con sendos rosales de pitiminí (si alguien conoce una palabra que encarne con mayor precisión la cursilería que, por favor, me lo haga saber). A., por su parte, me ha regalado un libro del que solo sé que se titula "Los inocentes", que lo ha escrito un tal David Baldacci y que tiene 480 páginas. Ayer, leí las primeras 10 líneas (tengo a Mi. de testigo) en voz alta y se me quedó una frase que describe el hostal en el que se aloja el que, imagino, será el protagonista al llegar a Edimburgo "Se sentó en la cama que con su peso crujió y se hundió unos centímetros". Creo que es una manera de describir el (bajo) novel del hostal porque explica que si se hubiera hospedado en el Balmoral eso no le habría pasado. A pesar de lo interesante que estaba la novela, fui capaz de dejarla en ese punto ... y ahora cuento las horas para proseguir leyendo.
Ya os conté en una ocasión que la lectura no es muy fuerte. Tampoco es algo de lo que esté orgulloso. Sin embargo, en Twitter me sigue (y yo a ellos) un Club de Lectura. A ver, ¿cuántos de los que me leéis o pasáis por aquí 'pertenece' a un Club de Lectura, eh?.
Pues nada, que me leeré el libro y vete a saber si mi vida da un vuelco radical. Estoy convencido de que habrá un antes y un después, que como suele decirse, este regalo significará un punto de inflexión en mi vida ... (ejem, estoooo, Paterfamilias, no es la primera vez que te regalan un libro y ... y ... tampoco pasó nada en anteriores ocasiones) ... estoy seguro. Ya me veo dentro de unos años escribiendo novelas y, vete a saber, recogiendo algunos premios, no sé, un Cervantes o un Nobel de Literatura, por ejemplo. Si me lo dan, os aseguro que en mi discurso de agradecimiento (me han dicho que en estos casos suele agradecerse el premio aunque hayas declarado en numerosas ocasiones que si te lo dan no lo piensas aceptar) os citaré a cada uno de vosotros, de mis más fieles seguidores. ¡Oyes, tú!, que me han dicho que también hay que ir bien vestido. Pues tampoco creo que sea un problema, mientras no vaya con chilaba (Ay!, Goytisolo, que dijiste que la llevarías para recoger el Premio y al final te presentaste con un traje muy feo).
Creo que me voy a preparar el discurso de la recogida del premio ... y de paso me leeré el libro.