miércoles, 31 de diciembre de 2014

Feliz año 2015

Un poco más y me pilla el toro. Esta vez tengo excusa, la maratón de comilonas navideñas ha sido una auténtica odisea, un no parar, un frenesí que ha hecho de nuestra casa un punto de encuentro con familia y amigos. Y creo que lo he superado, a pesar de que ayer, sin ir más lejos, la prueba consistía en una comida mexicana. Vinieron a casa unos amigos, español él, mexicana ella, que se encargaron de prepararnos una comida típica del país norteamericano. Soy incapaz de recordar los nombres de los platos que elaboraron (mole, chilaquiles, nachos ...), pero lo que está claro que todos ellos tenían sus condimentos, y cómo no, entre ellos el picante, en mayor o menor grado. A estas alturas puedo confirmar que la maldición de Moctezuma no se ha cebado con ninguno de nosotros.

Sin embargo, todo eso debe ser una minucia para nosotros, porque si nos parecía poco tener comilonas en Nochebuena, Navidad, Sant Esteve, el día 27 y ayer, hoy celebraremos la entrada del nuevo año en casa de D. y J. Todavía no sé cuántos seremos, pero lo que sí sé es que habrá niños para dar y tomar (tiene tanto mérito lo de estos amigos que no sé cómo homenajearlos). Imagino que para aguantar este ritmo, hoy, después de comer, habrá una siesta del terror, de esas de pijama y orinal (sin llegar al extremo de rezar 3 avemarías antes de la siesta, pero casi) y llegar así con fuerzas suficientes a la cita.

Los aquelarres gastronómicos (expresión acuñada por  mi amigo e insigne comentarista de este blog ingenierocomehuevosdehormiga(hembra) empiezan a hacer mella en mi cuerpo serrano, que habrá aumentado de talla aunque siempre me quedará ese pantalón de pijama con la goma dada de sí que al caérseme hace que viva con la ilusión de que sigo adelgazando.

Pero eso no es óbice para desearos a todos una muy feliz entrada de año nuevo. Será éste un año lleno de retos. Por ejemplo, a nivel social nos enfrentaremos a un panorama político que da miedo y que, si no fuera por la confianza que tengo en Dios, haría que me planteara muy seriamente irme a otro país (quien sabe si aprovechando ese viaje que tenemos pendiente a Londres, aprovechemos para pedir asilo político). Habrá quien piense que si ésa es toda mi esperanza, aviados vamos y ... tiene razón.

Despedimos un año en el que, a pesar de los pesares, hemos conseguido superar y llegar al final del mismo, con sus luces y sus sombras (como todos). Lo dicho, desde aquí os deseo a todos/as que el próximo año os traiga lo mejor a vosotros y a los vuestros en todos los aspectos ... a nivel personal, familiar, laboral, de amistades (también las virtuales) y de salud (uf, qué viejuno me ha quedado esto último). Lo dicho, ¡feliz año 2015!

martes, 23 de diciembre de 2014

Navidad

Ayer se celebró el sorteo de Navidad que cada año por estas fechas organiza Lotería Nacional y, como cada año, se repitieron las mismas escenas (supongo porque ayer no vi nada de tele) de gente, agraciada o no, brindando con sidra y cava (fuera de aquí con Freixenet) en la administración de lotería que vendió décimos premiados (aprovecho para hacer una petición: si alguno/a conoce a alguien que haya recibido un premio y -importante- haya ido con su décimo premiado a una administración de lotería que me lo haga saber, por favor).

Nosotros, también como cada año, no hemos recibido nada. Es cierto que compramos muy poca lotería (yo nada), pero estoy convencido de que si no hubiéramos comprado nada de nada en los últimos, no sé, 15 años y recibiéramos de golpe todo lo invertido, sería algo parecido a un premio. La diferencia de este año es que tengo un hermano que tenía un décimo de uno de los quintos premios compartido con Hacienda. No creo que invite a una cerveza porque tampoco ha hecho mucha publicidad. Vamos, me enteré porque uno de los dos hermanos que lo sabía metió la pata e hizo un comentario en el grupo de Whatsapp.

La Navidad ya está aquí y por manido que suene el comentario, ha llegado sin casi darnos cuenta. Hace unos días llegó la compra que hicimos en Mercadona y el poco turrón que compramos ya ha quedado reducido a la mínima expresión por las constantes incursiones de nuestros hijos a la cocina. También durará poco el resto de la compra por lo de celebraciones que se avecinan: Nochebuena (con mis padres y alguno de mis hermanos), Navidad (vienen mis padres a casa), Sant Esteve (con toda la familia de A. en un local que alquilamos entre todos), el día 27 viene a comer a casa mi hermano N. y su familia, el 28 vienen unos amigos a comer a casa, Fin de Año, Reyes (vienen los padres de A.) ...

El belén y el árbol de Navidad ya están en casa desde el día 6 de diciembre (este año no nos ha pillado el toro). El belén tiene alguna novedad, como un muro para delimitar el huerto hecho de ladrillos de barro (uno a uno por Ma. y A. y que con un poco de suerte podéis ver una parte en el margen inferior derecho de la foto que ilustra la entrada) y la adquisición de una escoba, unas vasijas, un saco y una guadaña que le dan más realismo. También compramos una bomba de agua para hacer una fuente, pero se nos agrietó el barro que recubría el recipiente de plástico que contendría el agua. Ahora tengo en mente hacer una cascada, pero nos falta sitio. Ya estamos pensando en mudarnos el año que viene para poder montar un belén como Dios manda.

Los niños acaban hoy el colegio, así que a partir de mañana la Navidad será ya de verdad y si consigo sobrevivir a esta maratón de comidas y celebraciones, prometo contaros la experiencia. Mientras tanto, desearos a todos una muy Feliz Navidad en compañía de vuestras familias y amigos.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Más sobre la blogosfera

Desde hace un tiempo, los paseos por la blogosfera son más rápidos. Y lo son porque los bloggers (yo el primero) actualizan poco sus blogs. Ya no hay esa alegría en la publicación de entradas. Este comentario es compartido por muchos de los bloggers que conozco y una de las que mejor lo explica es -¡cómo no!- Carmen J. en este enlace. Ella -como los demás- tiene su propia teoría y, en mi modesta opinión, acierta en todas las causas que nos han llevado a esta orfandad bloguera aunque, por poner algún pero, se deja algunas. Una de esas la he experimentado en mis propias carnes: el notar un bajón en los comentarios (no, de verdad que no es una indirecta) en tus entradas que, unido a esa sensación de que ya no tienes nada más que contar o incluso de que te estás repitiendo más que el ajo, hace que tu productividad sea mínima. Por supuesto que existen otras causas como el cansancio, pero eso ya lo explica ella en la entrada enlazada.

Decía que los bloggers publican menos. Cierto. Pero cierto es también que los lectores leemos menos. Nuestras visitas a otros blogs son más esporádicas y no tienen esa asiduidad de antaño (insisto, este es mi caso y me atrevo a aventurar que el de muchos). En la mayoría de los casos, esos blogs que han bajado su intensidad son blogs que me interesan y que sigo con devoción. Pero, insisto, no puedo echarles nada en cara porque si hago un pequeño análisis del mío me encuentro que cuando empecé (29 de septiembre de 2010) publiqué 72 entradas desde esa fecha hasta final de año, en 2011 publiqué 211 entradas (no me parecía una barbaridad, pero ahora compruebo que el ritmo era fuerte). Bajé un poco el ritmo en 2012 y publiqué 205 entradas (seguía el buen ritmo) y ya el año pasado bajé hasta las 100 entradas, que ni a propósito habría sido capaz de fijarlas en ese número. Este año, el bajón ha seguido hasta límites insospechados y con la de hoy llevo la friolera de 53 entradas.

No quisiera hacer un listado de blogs porque siempre se corre el riesgo de dejar de citar alguno y eso es muy feo, pero lo que está claro es que dentro de la inmensidad de la red, al final somos unos pocos los que coincidimos en los mismos sitios. Quiero hacer una mención especial a unos blogs que cerraron y que me apenó mucho su marcha. Ahí tenemos a Leles, que dentro de poco hará 2 años que anunció su marcha, a MadreYMas que se fue en la cresta de la ola, con miles de visitas y con unas entradas buenísimas (sus listas eran inigualables) y a Marta, de He perdido mis gafas y que ya no me deja ni enlazar. Vaya por delante que respeto absolutamente su decisión, lo que no quita que -egoísta que es uno-, me dé pena.

Existen otros/as que aunque no se hayan ido, han bajado mucho el ritmo (sus motivos tendrán y, lo vuelvo a repetir, los respeto) como son Dolega y La boticaria desquiciada. Tenemos a Sunsi que no se prodiga lo que yo quisiera, pero mantiene su ritmo.

Y hay un tercer grupo que, pase lo que pase, van a lo suyo, manteniendo su ritmo y frescura, lo cual es de agradecer. Ahí tenemos a tomae y sus idas de olla, la mesa cero del blasco (eso de leer tanto tiene sus ventajas), Modestino, con un ritmo impresionante, al igual que Susana, que no hay quien le gane en frecuencia, Covadonga (esperando la llegada de Primogénito, si no lo ha hecho ya), Drew quien, a pesar de aumentar sus responsabilidades con Pequeño Faraón siempre encuentra tiempo para publicar, el tasquero, que detrás de la barra publica entradas en su bodeguita, a Matt, que ya puede estar recién parida que ella sigue publicando y a Ana que nos suele hacer pensar desde su castillo.

También ha sido tiempo este último año para nuevos descubrimientos con la bitácora de Macondo y Jatz me

No quisiera dejar de citar (dije que no haría una lista y ya estoy metiendo la pata) a comentaristas-lectores-sin-blog como Sara M. ("sí, sí, este año, sin falta abriré mi blog" y con esta frase lleva años engañándonos), aaana (ya hablaré con A. y seguro que estará encantada en colaborar), Pilar, Filius Prodigus ... Lo siento, hasta que no tengáis un blog no os puedo enlazar.

Para acabar esta entrada reivindicativa, y a raíz de un comentario de Marta en el blog de tomae, donde decía que el sacacorchos de toda la vida a ella le recuerda a un búho, decirle que a mí siempre me ha recordado a un militar con sus galones en el hombro cuando está cerrado y a una gimnasta búlgara cuando está abierto (por esos pelillos que asoman de las axilas).

El militar
La gimnasta (búlgara)

PS Sé que a estas alturas ya no puede arreglarse el estropicio, pero dejar de citar a ingenierocomehuevosdehormiga(hembra) como uno de esos ilustres comentaristas no tiene perdón y menos aún por ser uno de los culpables de que mi blog tenga cierto aire cosmopolita por sus conexiones desde diferentes puntos del globo. 

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Otra virtud más

No soy un tipo especialmente satisfecho conmigo mismo. Tampoco creo ser uno que se machaca constantemente. Un término medio, para entendernos ... tirando a autoestima baja, pero sin llegar a la patología.

¿Y esta introducción a qué se debe? Pues nada, a que desde hace unos días debo añadir una virtud más a mi extensa colección. A algunos les parecerá una tontería, otros dirán que estaban convencidos de que ya formaba parte de mi repertorio y por último habrá quien les sorprenda e incluso duden de la veracidad de esta entrada. Sin más preámbulos os anuncio que también sé reparar electrodomésticos. Sí, lo sé, a pesar del notición, lo comunico así, como si nada (ya sabéis que la modestia es otra de mis virtudes).

Hace unas semanas, poco después de habernos decidido a tirar la casa por la ventana e irnos a Londres unos días toda la familia, detectamos que el congelador nos avisa con una alarma de que algo falla. Comprobamos que la puerta estuviera bien cerrada y no le damos mayor importancia porque ya había pasado otras veces. Sin embargo, la incidencia vuelve a repetirse varias veces y comprobamos que hay agua, consecuencia lógica de que se está descongelando. Al mismo tiempo detecto que la puerta no cierra bien, la junta de goma no se queda pegada. Al final no queda más remedio que intentar cambiar de lado la sujeción -y apertura- de la puerta. Es decir, no solo se trataba de cambiar de sitio la maneta (que no es nada del otro mundo), sino que los soportes y goznes de la puerta debían cambiarse a la izquierda. Así contado parece una tontería, pero os aseguro que tenía su qué.



Después descubría que Ma. había tenido un problema con uno de los cajones del congelador que se había quedado atascado. Según ella, tuvo que mover "un poco" el congelador y darle unos "golpecitos". Si hubierais visto el estado de uno de los goznes, veríais que no había sido ni "un poco", ni unos "golpecitos". No sé si aguantará mucho, pero de momento ahí sigue, sin saltar la alarma y congelando como un campeón.

El segundo hito (de mayor calado que el anterior) se produjo ayer mismo y tuvo como protagonista al lavavajillas. Al levantarme para preparar el desayuno abro el lavavajillas para vaciarlo cuando observo que la vajilla no está limpia, pero que el cajetín del detergente está cerrado y con una pastilla dentro (deduzco que no ha sido un olvido). Observo también que existe agua estancada dentro del electrodoméstico y concluyo que alguien -sin querer- apagó el lavavajillas a mitad de lavado. Cuando viene A. a la cocina le comento esto y me dice que no puede ser, que ella puso el lavavajillas y que cuando lo hizo estaban todos acostados (yo no había llegado a casa porque tenía un compromiso) e insinúa que tal vez se haya estropeado. Hago las comprobaciones pertinentes (lo vuelvo a poner en funcionamiento) y, efectivamente, no funciona. Se enciende un piloto rojo junto a un dibujo de un grifo. Diagnóstico: No llega bien el agua y/o no desagüa la que hay en el interior. Se me ocurre consultar en internet y me encuentro con diversos sitios web que coinciden en señalar que el problema puede estar en la electroválvula o en el presostato. "¡Claro!, cómo no se me había ocurrido antes", exclamé para mis adentros.

Busqué las instrucciones (A. lo guarda todo) en la carpeta de "Instrucciones y garantías de grandes electrodomésticos" (muy bien por aquellos que hayáis deducido que existe otra carpeta con "Instrucciones y garantías de pequeños electrodomésticos") y ... oh, sorpresa, solo está la garantía. Se lo comento a A. y, tras buscarlo en internet, por la tarde me trae el manual de instrucciones impreso. Retiro el lavavajillas, aprovechamos para limpiar un poco ahí (la verdad, me lo esperaba peor, creía que encontraríamos un hamster que desapareció y del que nunca más se supo), y lo desconecté de la corriente eléctrica. Vacié de agua el interior con la ayuda de un pequeño recipiente  y, siguiendo las instrucciones del manual, comprobé la válvula antirretroceso y la toma de agua del aparato. Limpié la primera de ellas, lo volvimos a probar y ... ¡tachán! ¡funciona!

Aunque todos lo sepáis, esto es una válvula antirretroceso
No os podéis imaginar que el subidón que he tenido. Solo de pensar el dinero que nos hemos ahorrado y no tener que volver a pasar por fregar a mano toooooodo lo que cabe en un lavavajillas, se me ha instalado una perenne sonrisa en mi cara. Es más, tentado estoy de arreglarme la furgoneta ahora que hay que cambiarle el embrague. Con deciros que el mecánico, para suavizar la situación y antes de darme el susto con el presupuesto, me dijo "Bueno, pues parece que las extras se van con esto", mientras yo me quedé pensando "¿Extra?, ¿ha dicho extra? ¿Qué será eso?"

viernes, 12 de diciembre de 2014

Mi. cumplió 15 años

Los más avezados (Sara M está en un estadio superior) habréis podido observar que el casillero de la edad de Mi. se ha modificado y en lugar de un '14' figura un '15', que son los años que cumplió el pasado 7 de diciembre (igual que dos de los hijos de Matt, el último nacido hace unos días). Y desde días antes de su cumpleaños ya me preguntaba si pensaba dedicarle una entrada, cuestión en la que ha estado insistiendo con el transcurrir de los días. Vamos, me ha insistido tanto, que aquí me tenéis escribiendo una entrada sobre Mi.

La tarea es difícil, muy difícil. Lo es porque en su día ya publiqué una entrada sobre él cuando cumplió 13 años y, sí, han pasado 2 años y mucho, lo que se dice mucho, no ha cambiado: le sigue gustando el cine, sigue llevando gafas y hablando con un vocabulario propio de alguien mayor, eso sí, combinado con una frase que me dedica a menudo (con toda la ironía del mundo) y que no es otra que "Papá, eres el amo".

Otras cosas sí han cambiado. Ha crecido -y mucho- y creo que ya me supera. También se afeita el bigote y las patillas y ya casi no habla intercalando gallos en su discurso. Otra de las cosas que han cambiado  es que, en ocasiones -las más-, me gana a la Play (lo que hay que hacer para que un hijo esté contento), aunque ahora le ha dado por jugar a un juego de la NBA que se compró con sus ahorros ... teniendo el FIFA 15 andevasaparar.

Parece que le va la vena artística (con los padres que tiene quién nos lo iba a decir). Ya os conté aquí su participación el año pasado en el musical del colegio interpretando uno de los papeles protagonistas. Este año, si bien, no puede interpretar ningún papel por estar reservado para los de un curso inferior está colaborando mucho, junto con P., en musical doblando a alguno de los personajes, interviniendo en papeles secundarios y participando en alguna de las canciones. A su afición por el cine hay que sumarle la devoción que siente por la música, llegando incluso a tocar la guitarra. Más de uno dirá que eso no es algo fuera de lo normal, pero, insisto, teniendo los padres que tiene, puede calificarse de milagroso.

Para acabar y cambiando de tema, os contaré una tontería que me ha pasado esta mañana. He acompañado a S. a la Comisaría de policía para tramitar su DNI, que era el único de nuestros hijos que todavía no lo tenía y que lo necesitamos para sacar su tarjeta sanitaria europea para cuando vayamos a Londres. El tío ha estampado una firma que más de uno quisiera para sí. Lo que no sé es si será capaz de hacerla, al menos parecida, la próxima vez que "necesite" firmar. Al acabar, cuando lo llevaba al colegio, he empezado a meterme con él ...

(...)

S: ¿Y eso va con 'm'?

Yo: Sí, con 'm' de "El Baça es una porquería"

Y va el tío y me contesta "Con 'm' de estás muerto"

Ya sé que no tiene gracia, pero a mí me ha dado un  ataque de risa

jueves, 4 de diciembre de 2014

El viaje a Sevilla con JP

Siguiendo la tradición (no empezó como tal, pero bueno) iniciada con nuestros hijos mayores, el domingo me fui con JP a ver un partido del Sevilla FC en el Ramón Sánchez Pizjuán. Los billetes de avión los tenía reservados desde hace un tiempo y encontré una buena oferta de una noche de hotel muy cerca del estadio. La diferencia respecto de los casos anteriores, es que en esta ocasión iba a ser una sorpresa para JP. La idea era decirle que teníamos un plan con la clase de Mi. Cuando llegáramos al aeropuerto, pensábamos decirle que era una sorpresa, que íbamos a recoger a sus tíos y primos que viven en Ecuador. Mi miedo era la previsión del tiempo que decía que llovería en Sevilla y, aunque en My Fair Lady Audrey Hepburn dijera aquello de que "La lluvia en Sevilla es una pura maravilla", no sé, a mí no me hacía mucha gracia.

Pues bien, la sorpresa nos la dio él a nosotros. La noche del viernes al sábado se quejó de dolor de oído y el sábado por la mañana amaneció con fiebre. Le acompañé a Urgencias y allí se quejó también de que le dolía mucho una pierna. El médico se asustó (y me metió el miedo en el cuerpo) y quiso hacerle un análisis de sangre y una radiografía de la extremidad. Una vez descartada cualquier infección en la articulación y/o hueso, nos mandó a casa. En un aparte le comenté que teníamos previsto irnos a Sevilla y le pregunté si eso podía ser un inconveniente. Me dijo que no, que allí también había sistema sanitario (¿en serio?) y que como todavía no tenía nada (la fiebre solo es un síntoma), podíamos irnos tranquilamente. A mediodía A. y yo decidimos explicarle todo a JP y se puso muy contento.

Por la tarde estaba algo mejor por el efecto de los antitérmicos que le dimos y A. pudo ver cómo se habían inflamado sus amígdalas, por lo que volvió a llevarlo a Urgencias para decírselo al médico y que nos diera ya el antibiótico y empezar así el tratamiento lo antes posible. El médico, tras hacerle un frotis en las amígdalas con un bastoncito de algodón, descartó que tuviera algo. A. volvió muy enfadada. Y más se enfadó -y con razón- cuando JP pasó una muy mala noche del sábado al domingo. 

El domingo por la mañana estaba hecho un asco, tanto que le planteé quedarse e irme con S. (ya lo haríamos pasar por JP en el embarque). No aceptó y quiso venir. Lo que empezó mal, siguió peor. En el aeropuerto nos encontramos con los jugadores y cuerpo técnico del otro equipo de la ciudad de Sevilla que venían de ganar al Llagostera (enhorabuena) y cogían el mismo avión que nosotros. Mal presagio.

En la fila para embarcar JP se sentó en el suelo porque -dijo- estaba muy cansado. Y el viaje se lo pasó durmiendo en mi regazo, despertándose varias veces con -dijo también- ganas de vomitar. Ya me veía yo un auténtico numerito en el vuelo, pero no, aguantó como pudo. Al llegar a Sevilla cogimos un autobús que nos dejaba muy cerca del hotel y allí intenté, con poco éxito, que comiera algo. Después, durmió una siesta reparadora (nunca mejor dicho). LO desperté para irnos al estadio y parecía estar algo mejor. Un nuevo chute de medicinas le estaba haciendo efecto. 

El partido era contra el Granada y el resultado lo sabéis todos. ¿Cómo?, ¿que hay alguien que no lo sabe? Bueno, pues el Sevilla ganó 5-1. Hasta ese momento, JP solo había visto en vivo al Sevilla en un partido de Copa del Rey jugado en Sabadell el pasado 29 de octubre y que ganó 1-6. O sea, que el tío ha visto 11 goles de su equipo en solo 2 partidos. Estoy por llamar a la directiva y ofrecerles (por un módico precio) a este talismán. No sé si lo disfrutó mucho, pero dice que se lo pasó muy bien. Las entradas, espectaculares, fueron gentileza de su padrino. Todo un detalle.

El lunes, tras pasar una buena noche y tener voz de gangoso con una amígdala del tamaño de una nuez y con unas placas blancas chulísimas, lo dedicamos a pasear un poco por la ciudad. Visitamos unos puestos con figuras para el Belén en los alrededores de la Catedral y el Archivo de Indias, paseamos por el Barrio de Santa Cruz, los Jardines de Murillo y la Plaza de España. Comimos en el Prado de San Sebastián y después cogimos el autobús para el aeropuerto con mucha antelación para evitar disgustos y porque tampoco se trataba de machacar al chaval.

Ya solo queda S. y, la verdad, es que no sabemos qué hacer. El tío sigue siendo del Barça, así que todo eso que me ahorro, ¿no?

Os dejo algunas fotos:

Nuca de un jugador del Betis
 (si ampliáis podéis leer su lema, todo un acicate para afrontar un partido)

Vista desde la ventanilla del avión (aunque no veamos el sol, ahí está)




JP durante el viaje a Sevilla


Mosaico en el Ramón Sánchez Pizjuán para celebrar la semana de la afición


JP en el Patio de Banderas con la Giralda al fondo (esta foto es ya un clásico)



Preparando la pista de hielo en el Prado de San Sebastián (palmeras, naranjos, sol ... hielo)


Espacio Metropol (o Setas de la Encarnación)