miércoles, 31 de agosto de 2011

Frutos, frutas y raíces

Ayer os amenacé con que hoy os contaría lo relativo a los frutos que pudimos ver (y probar) en Lastanosa. Debo aclarar antes de empezar que existían otro tipo de comestibles que, por tener dueño y hallarse dentro de una propiedad privada, nos abstuvimos -lógicamente- de coger. Allá va la (exigua) lista:

- Almendras: Al llegar a la casa, la dueña que nos la alquiló nos dejó una bolsa llena de almendras para nosotros. Debían pelarse, pero eso no era ningún problema, al revés, nos tuvo un tiempo entretenidos.  Una vez peladas A. (es cierto, en los posts de animales ni la había nombrado) nos hizo unas almendras garrapiñadas buenísimas.



En nuestras pequeñas excursiones cogimos algunas almendras de los árboles, las coscamos (es como en Lastanosa llaman a quitar aquella piel verde que las envuelve) y las cascamos. Todavía estaban un poco verdes, pero muy ricas.

- Higos: Había muchas higueras y, la mayoría, daba sus frutos. La más abundante la que daba higos morados. Cogimos de éstos y de los verdes (en cuanto a su color, no a su punto de madurez). Uno de los primeros días, volviendo de la piscina, se me ocurrió explicarle a JP qué eran los higos y le enseñé cómo se cogían y comían. Error. A pesar de que yo le decía "Pero, higo bío, no comas más", cada día se zampaba unos cuantos. Sorprendentemente no tuvo ningún problema gástrico.


- Moras: Es la clásica excursión con niños pequeños cuando no sabes qué hacer con ellos. El único problema es que hay que convencerlos de que no es bueno comer muchas y que la mayoría deben guardarse en la bolsa que a tal efecto llevamos. Je nos llevó a un lugar de los alrededores del pueblo y, la verdad, estaba lleno. En un rato cogimos moras suficientes como para que A. hiciera varios botes de mermelada buenísima.


- Manzanas: El día que fuimos a coger moras nos encontramos con un manzano en tierra de nadie. Estaba más solo que la una y si guardabas silencio podías oír a las manzanas susurrando algo así como "cógeme, cógeme" y, claro, las cogimos. No me preguntéis si eran tipo golden, reineta o de la bruja de Blancanieves porque ni siquiera las probé.


- Regaliz de palo: Un día nos comentó Je. que cuando era pequeño, cerca del río, cogían regaliz de palo. Desde ese día nuestro hijo P., gran devorador de esta raíz, nos insistía para ir a  cogerla. El primer día que lo intentamos no conseguimos alcanzar nuestro objetivo por lo agreste del paraje (me gusta esta frase), así que tuvimos que dejarlo para otra ocasión. Esta vez nos acompañaron A. y M., Mi., Q. y los dos pequeños, JP y S. Como era cerca del río, los mosquitos se pusieron las botas y alguno de los que íbamos debió chutar un panal de avispas, así que ya podéis imaginar el resultado: A. (2 picaduras), M (1), JP (1) y S (1). Efectivamente, A. resultó ser la ganadora.

Volviendo a la regaliz de palo, gracias a Je. y su formación botánica conseguimos identificar la planta de la regaliz de palo (recuerdo que al tratarse de una raíz no suele estar muy a la vista). Usamos una navaja tipo Curro Jiménez y conseguimos sacar algún trozo. Al parecer es a finales de otoño, primeros de invierno la mejor época para cogerla.


No podría calificarse a Los Monegros como la "Despensa de Aragón", pero lo cierto es que alguna que otra "golosina" puedes llevarte a la boca.

martes, 30 de agosto de 2011

Más de animales

Esto de los animales da para mucho. Este verano en Lastanosa hemos vivido diferentes momentos en función del animal que se tratara. Podríamos hacer una pequeña lista:

- Salamanquesas: No son las oriundas de Salamanca, ni las nobles de aquella ciudad (comprimiendo "Salamanca" con "Marquesa" podría salir eso. Ya vendrá Tomae y nos sacará de dudas). Son aquella especie de lagartijas nocturnas que se encuentran en las paredes de casi todas las casas de los pueblos. Pues bien, una de las más frecuentes actividades de este verano consistía en eso, en ir a cogerlas, guardarlas en un bote y -si seguían vivas- soltarlas al día siguiente.

Mis hijos decían que se iban a cazar "dragonets", que es como se les llama en Cataluña. La verdad es que impacta más verlos salir a cazar dragonets, que no salamanquesas.


- Arañas: Lo que se dice arañas, no hemos visto tantas, eso sí estaba lleno de aquellas que tienen las patas muy largas y el cuerpo muy pequeño (cuando éramos pequeños, en casa, las llamábamos "patislarguis"). Hace ya unos años, en una tertulia con varios de mis hermanos, apareció una de éstas y mi hermana pequeña aprovechó para decirnos que no era propiamente una araña, sino que se trataba de un "Opilion". Rápidamente saltó mi hermano N. y dijo "En mi opilión es una araña". Todavía hoy me río. JP va más allá y las llama tarántulas. Se ha pasado este verano gritando "unaaa tarántulaaaaa" cada vez que veía a ese bicho.


- Pájaros: Aquí ya nos hemos hartado de verlos. Lastanosa es un pueblo muy dado a que los pájaros caigan de sus nidos. No me preguntéis por qué, pero así es. Un día, estaba paseando con JP y S cuando vimos a dos polluelos que habían caído del nido. Seguramente debía hacer poco tiempo porque seguían vivos aunque no hacía falta ser un experto, para ver que les quedaba menos de un telediario. En éstas estábamos cuando, de repente, cayó un tercer pájaro. No sabéis la impresión que eso causó en los niños (bueno, y en mí).

Siguiendo con el tema, a los pocos días de ese acontecimiento me dirigía yo con los mismos protagonistas a la piscina cuando vimos a un gato saltar sobre un matorral y llevarse entre sus fauces a un pájaro. Sólo veíamos su último aletear.

Ya, para acabar de rematar (ops, ha sido sin querer, pero la palabra viene que ni pintada) el tema, otro día recogimos un polluelo que no sé quien se encontró. Ma. se encargó de darle comida con unas pinzas, pero la Providencia (aún no sé si utilizando a JP como instrumento) decidió que debía pasar a vivir al "Paraíso de los pájaros". Así que, eso, se quedó pajarito.


- Mosquitos: Han sido, con diferencia, los más abundantes. Como quiera que Lastanosa está rodeada de campos de regadío, estos insectos proliferan con gran facilidad. Es de agradecer que establecían unos horarios, por lo que, si no hacía viento, llegada su hora arribaban como auténticos escuadrones de la muerte para chupar sangre a todo el que se pusiera a su alcance. En esta época hacen su agosto.



- Caracoles: Sin duda, los mejores. Un día nos levantamos al amanecer y Q., JP y yo nos fuimos a "cazar" caracoles por los campos de alrededor. Como acababan de regar y el sol no apretaba lo suficiente, pudimos coger unos cuantos. Pasados unos días, Je. nos hizo unos caracoles para chuparse los dedos.



- Cochinillas (o bichos-bola, para entendernos): Daban su juego a falta de alguno de los anteriores. En alguna de las noches en las que los más pequeños no conseguían cazar ninguna salamanquesa o cualquier especie más preciada, se dedicaban a coger los bichos-bola.


- Libélulas (Ibéuas, según S.): Muy abundantes en la piscina. Los colores de moda este verano, el rojo y el amarillo-dorado. Más de una era azul y no sé si era color de otra temporada anterior o unas adelantadas a su tiempo. Mis hijos intentaban con gran esfuerzo cazarlas y alguna vez (rara) lo conseguían. JP se especializó en recoger del agua a aquellas que en un exceso de confianza caían a la piscina. Como en muchos de los casos aún estaban vivas, las dejaba secar con mucho mimo y las toqueteaba hasta que -otra vez- no podían volar. Siempre se preguntaba por qué no podían volar si ya tenían las alas secas. Lo mejor era no contestarle.



- Lagartijas: Difíciles, pero no imposible, de coger. A Q. y JP les encantan. Al igual que las salamanquesas solían llegar sin cola (¿será una mutación de Lastanosa?), pero eso no impedía que disfrutaran con ellas. Es altamente desaconsejable acompañar a los niños a cazarlas, hace un calor horroroso.



Otro día, hablaremos de los alimentos que por allí se pueden encontrar.

lunes, 29 de agosto de 2011

Mascotas

Imagino que debe ser habitual en la mayoría de familias en las que hay niños. Tarde o temprano, llega un momento en el que te piden tener un animal, una mascota.

No soy muy de animales. De pequeño me gustaban y disfrutaba cogiendo todo bicho que se moviera. En una ocasión llegué con un gato pequeño, otra vez con un conejo. Tuve hamsters, cobayas, tritones, culebras ... Lo que nunca tuvimos fue un perro, un gato o un canario, que en aquella época eran las mascotas más comunes. En cambio, años antes de casarme, mi hermana regaló una gata siamesa a mi madre que, no sé por qué, se saltó todas las "normas" establecidas y consiguió quedarse en casa hasta que murió hace poco más de un año.

Bueno, me estoy desviando. Además de no ser muy de animales, ayuda el hecho de vivir en un piso. Existen ciertos animales que no puedes meterlos ahí. Y no hablo de elefantes, jirafas, hipopótamos y demás bestias de considerable tamaño, sino de perros. Hay que sacarlos a pasear diariamente (¡Dios mío!, no lo haces ni con los hijos), llevarlos al veterinario (un pastón), enseñarles ciertas normas básicas (ahora que ya no hay pañales en casa) y encima, al final les coges cariño. Cuando uso este argumento ante la petición de cualquiera de mis hijos (es como una etapa más en su crecimiento, salvo S. todos han pasado por ella y me han pedido una mascota), van reduciendo el tamaño del animal.

Este fin de semana, JP y yo manteníamos una conversación igualita a la que en su día mantuve con Ma., y con P., Mi y Q. y me pedía permiso para llevarse a casa una lagartija o un saltamontes. Le intentaba razonar diciéndole que lo mejor para ese animal era vivir en libertad, que no dudaba de los cuidados que le dispensaría, pero que es muy difícil que uno de éstos sobreviva en cautividad, cuando me pidió llevarse una hormiga, para acabar con un "quiero una mascota"

Esto me recordó a la conversación que mantuve sobre este tema con Q., el cuarto. De eso debe hacer ya dos años o quizá más, no sé.

Q.: ¿Papá?

Yo: ¿Qué?

Q.: Quiero tener un animal. ¿Podemos tener un  animal?

Yo: Pero, si ya tienes hermanos

Q: ¿?

Q.: ¿Podemos tener un perro?

Yo: No

Q.: ¿Y un gato?

Yo: No

Q.: ¿Y una tortuga?

(aviso al lector, tuvimos una y JP decidió liberarla. La tiró por el WC)

Yo: No 

Q.: ¿Y un pájaro?

Yo: No

Creo que fue entonces, cuando uniendo sus manos en actitud de súplica y poniendo una voz de pena que aún cuando la recuerdo se me ponen los pelos de punta me dijo "¡Porfiiiii, aunque sea una hormiga! ¡Déjanos tener un animal!"

Como en el fondo soy un blando, le dejé ir a buscar una hormiga al parque y ... ¡se le iluminó la cara con una gran sonrisa!

viernes, 26 de agosto de 2011

Primera decepción de la temporada

Anoche los sevillistas vivimos nuestra primera gran decepción de la temporada al quedar eliminados de la Europa League. Este año se decidió cambiar las reglas de la competición y era preciso disputar una eliminatoria previa para acceder a la fase de grupos. El sorteo no fue benévolo con el Sevilla y nos tocó jugar contra el Hannover 96, un equipo alemán, que sin ser nada del otro mundo, era el rival más difícil de los que había en el bombo.

El partido de ida, disputado en Alemania, se saldó con un resultado negativo para los intereses de mi equipo al perder por 2 a 1, pero el haber marcado un gol en campo contrario, junto con la a priori superioridad del equipo andaluz, hacía que se depositaran muchas esperanzas en el partido de vuelta. 

Ayer, la bombonera de Nervión registraba una de las mejores entradas que se recuerdan y las ganas de la afición y su constante apoyo al equipo hacían presagiar que se viviría una de esas noches mágicas. Y no, no fue así. Se adelantaron los germanos en su primera (y casi única) aproximación al área sevillista para complicar aún más las cosas. El Sevilla era todo corazón y disponía de múltiples ocasiones, pero el portero contrario unas veces, el poco acierto de los delanteros hispalenses y el palo -un vez más- hicieron que el Sevilla no marcara. Poco antes del descanso, en la jugada menos peligrosa del ataque sevillista, llegó el gol del empate, cuando la pelota rebotó en un defensa teutón y se introdujo en su propia portería. Tras el descanso, el Sevilla apretó y a punto estuvo de llegar el gol que forzaría la prórroga, pero no fue así. 

Al final, y por segundo año consecutivo, el Sevilla cae eliminado en competición europea en la fase previa. A diferencia del año pasado, este año no hay premio de consolación. En la temporada anterior, al caer eliminados en la fase previa de la Champions, nos quedó el consuelo de disputar la Europa League, pero este año, como decía, ni eso.

Es un varapalo para el proyecto del nuevo entrenador (Marcelino García Toral) y para la economía del club, que había basado buena parte de la temporada confiando en esos ingresos. Aquí conviene hacer un alto para recordar que el Sevilla, guste o no, es de los pocos clubes de fútbol españoles con las cuentas saneadas y que sus proyectos se confeccionan teniendo en cuenta el dinero que hay en caja. Esto, que puede parecer lógico, no lo cumplen muchos clubes de nuestra geografía y después -en un uso torticero del Derecho- se acogen a la Ley Concursal y los demás pagamos la poca previsión de éstos. Así cualquiera lleva a cabo fichajes de relumbrón (como luego no le pagarán...).

Pues eso, que me estoy planteando editar en mi blog un apartado fijo (sobre finales de agosto) en el que recoger los (tempranos) fracasos de mi equipo en las competiciones europeas.

Ahora acabaré mi post como suelo hacerlo ante un hecho como éste: ahora, más que nunca, sevillista hasta la muerte.

jueves, 25 de agosto de 2011

La otra JMJ

Ya os conté que nuestra hija Ma. estuvo en Madrid participando de la JMJ, mientras que los demás no pudimos ir y la fuimos siguiendo a través de las noticias.

Además del Canal 13 TV, que hizo un magnífico trabajo y se volcó en el acontecimiento, seguimos esas Jornadas a través de Cuatro. Por circunstancias que no viene al caso explicar, seguimos con cierta regularidad el informativo de las 14 horas y, tras varios días de seguimiento, pude sacar la siguiente conclusión: esta cadena es fiel y coherente con su línea editorial, que no es otra que Prisa, la misma que edita El País. 

Como parece que no les hacía mucha gracia esta visita del Papa, los días previos a su llegada, las noticias que sobre la JMJ se daban eran acerca del coste que esto representaba para todos los españoles, los cortes al tráfico que debían sufrir los habitantes de Madrid y cosas por estilo. Así, por ejemplo, hablando de los cortes al tráfico entrevistaban a personas autorizadas en la materia: un taxista, un conductor de autobús y un transeúnte. Todos ellos coincidían en calificar el hecho como negativo. Uno de ellos, ante la pregunta de si consideraba necesarias esas restricciones, se despachó a gusto con un "pueh no". Desde ese momento mi preocupación fue en aumento.

Otro día decidieron encabezar el noticiario con los gastos que suponía para el españolito medio la organización de la JMJ. Días más tarde, cuando se oficializaron las cifras y pudieron comprobar que el Gobierno no aportó ni un céntimo y que la JMJ se sufragó en un 70% con las aportaciones de los peregrinos y el 30% restante a través de diversos patrocinios, la noticia fue que no se habían producido los beneficios económicos que "todo el mundo" esperaba. Especialmente gracioso fue cuando entrevistaron al propietario de un bar que, con un cuidadísimo análisis desde el punto de vista intelectual, dijo (sic) "Yo pensaba hacer vacaciones, pero decidí hacerlas más tarde aprovechando la JMJ y ... no ha venido nadie, todo el mundo va a otros locales donde pueden presentar su ticket del menú del peregrino". Me sorprendió la candidez de este comerciante, pues la JMJ no es un acontecimiento que se decide celebrar de la noche a la mañana, sino que la designación de Madrid como sede fue anunciada hace ya varios años y los preparativos de la misma son cosa de muchos meses. ¿No podía haberse informado un poco y ofrecer en su establecimiento el menú del peregrino?. Otro entrevistado era el Presidente del Gremio de hoteleros de Madrid que manifestó no haber notado un aumento en las reservas de plazas hoteleras como consecuencia de la JMJ. Le creía más avispado. ¿No habría chocado un poco que los peregrinos se hubieran hospedado en hoteles? La última crítica era que los miles y miles de peregrinos llegaban a la capital de España con un presupuesto muy bajo. Volvemos a lo mismo, ¿os imagináis las críticas que se habrían vertido si éstos gastaran a todo trapo? Estaba claro que, pasara lo que pasara, la crítica estaba preparada.

Mención aparte merecen los ínfimos incidentes que se produjeron como consecuencia de la aprobación de una manifestación anticatólica (laica creo que la llamaban) por las calles de Madrid coincidiendo con el primero de los actos previstos en la JMJ. Ese día, los titulares del noticiario eran apocalípticos. Sin entrar a describirlos porque creo que no merecen la más mínima atención (es lo que buscan), me parece que quedaron del todo difuminados con imágenes como las que pudimos ver en Cuatro Vientos, donde un impresionante gentío se dio cita para asistir a una Vigilia de Oración y a la Santa Misa. Una vez más aquello de "más vale una imagen que mil palabras"

Mi sorpresa también por la escasez de críticas que he oído o leído ante la ausencia de nuestro Presidente en la despedida de Benedicto XVI.

Para acabar, estoy contentísimo con el resultado de estas Jornadas, con los mensajes que nos ha dirigido el Papa y que ahora, con tranquilidad, hemos de saborear y meditar y con la respuesta de los jóvenes. Aunque suene un poco cursi, reconozco que me ha hecho recuperar un poco la esperanza.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La Cola de Caballo

Este verano, para desestresarnos un poco del trepidante ritmo de vida de Lastanosa, decidimos hacer una excursión al Parque Nacional de Ordesa, concretamente a la Cola de Caballo.

A. y M. se quedaron en Lastanosa con JP y S., así que a las 8 de la mañana nos disponíamos a salir de excursión Je. y yo acompañados de mis hijos P., Mi y Q., los hijos de Je. y M., Ch. y V. y de N. hijo de unos amigos. A medida que nos acercábamos a nuestro destino, el paisaje iba cambiando completamente, pasando poco a poco del desierto de Los Monegros al verde Pirineo. Al cabo de dos horas y pico de camino llegamos a Torla, donde obligatoriamente dejamos la furgoneta y cogimos un autocar que nos llevaría hasta el Parque Nacional de Ordesa. Al parecer esta medida se adoptó con la idea de preservar un poco al paraje y, de paso -digo yo-, para ganar algo de dinero. Desde allí empezamos nuestra caminata hasta la Cola de Caballo.

Al principio pensé que la mayoría de excursionistas eran de los mal llamados "indignados" del mal llamado "movimiento 15-M", pues sólo había que observar un poco su indumentaria y darse cuenta que se habían equipado en Decathlon desde la cabeza hasta los pies. La marca más habitual era "Quechua", igual que las de las tiendas de campaña de aquellos individuos que tomaron Sol y otras plazas de otras ciudades.



La subida es suave (aunque constante) y agradable al discurrir buena parte de ella a la sombra de frondosos bosques. De vez en cuando alguna parada para observar el discurrir del río del que, poco a poco, nos íbamos alejando en altura. Por fin llegamos a la pradera en la que se encuentra la Cola de Caballo y allí, perdida en una esquina de la misma, está la cascada (para el que todavía no lo supiera, la Cola de Caballo es eso, una cascada). Cuando entras en la pradera e ilusamente piensas que ya has llegado, tienes la misma sensación que podría tener un liliputiense que entra en una habitación (gigantesca) y que en la esquina más alejada de la puerta está lo que busca. La cascada no está mal (la foto que encabeza el escrito la hice yo con el móvil al llegar a nuestro destino), pero sabe a poco después del recorrido y más teniendo en cuenta que durante el mismo encuentras otras tantas caídas de agua muy bonitas todas ellas. Aquí tenéis una muestra.


Una vez alcanzado nuestro objetivo, comimos lo que llevábamos en las mochilas y, sin apenas descansar, iniciamos el camino de vuelta. No era prudente demorarse y además el día soleado se transformó en un cielo gris que amenazaba de lluvia. Como así fue.

La bajada, en mi opinión, es más dura que la subida. Llevas ya unos cuantos kilómetros en las piernas, el camino está lleno de piedras que hacen más incómoda esta bajada y -lo peor- conoces ya la distancia que existe entre el punto de partida y la meta. Todo el descenso (¡qué bien suena así!) lo hicimos Q. y yo solos, seguidos a lo lejos por los demás, pues, tras observar evidentes síntomas de flaqueza en Q, debía aprovechar la inercia que llevaba en los primeros pasos. Me pasé toda la bajada "engañando" a Q. con el cuento de que en el siguiente recodo del camino había una fuente. Cuando finalmente llegamos a la fuente, tuve que decirle que quedaba poquísimo para llegar al final.

Cuando nos quedaba 1 metro para llegar al porche en el que se esperaba al autocar, empezó a llover fuerte. Q. y yo fuimos los primeros en llegar que, aunque no evitaba que llegaras rendido, era un pequeño premio para mi hijo.

Ya en el parking donde teníamos aparcada la furgoneta, dimos cuenta de unas bebidas que habíamos dejado en una nevera e iniciamos el regreso a Lastanosa. Pero aún nos aguardaba la última sorpresa. Nada más abandonar Torla, justo cuando Je. me explicaba que en cierta ocasión volviendo agotados de una excursión se encontraron un control de la Guardia Civil, nos esperaba un control de tan benemérito cuerpo. El agente me pidió que detuviera la furgoneta y tras un marcial saludo me pidió la documentación del vehículo. Le entregué todo y más (aproveché para disimuladamente darle el papel que acreditaba que acababa de pasar la ITV) y aún así me requirió la acreditación de estar al corriente en el pago del Seguro del automóvil. Con inusitada educación le hice ver que actualmente no es necesario llevar en el coche el último recibo pagado, pero que estaba de suerte y que (cosas de A.) lo llevaba conmigo. También se lo entregué. Como quiera que nuestra furgoneta es de 9 plazas y figura como vehículo industrial, al celoso agente no se le ocurrió otra cosa que preguntarme a qué tipo de transporte me dedicaba. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza para contestarle, pero me limité a mascullar un "¿Perdone?" mientras miraba con cara de cordero degollado a los asientos posteriores llenos de niños. Enseguida me preguntó si todos eran hijos míos y le dije "Nooooo", sólo 3 de ellos, otros 2 eran hijos de Je (que me acompañaba en el asiento de al lado) y N. era hijo de unos amigos. Aproveché para decirle que sólo había venido con la mitad de mis hijos y que ése era el motivo por el que teníamos una furgoneta tan grande, para transportar a nuestros hijos. No sé si lo pilló, pero entonces me pidió mi permiso de conducir y el muy sabueso, al comprobar que el coche está a nombre de A., me preguntó que qué relación tenía yo con ella. Por fin me devolvió toda la documentación y me instó a seguir circulando. 

Je. y yo comentamos, medio en serio, medio en broma, que quizá lo más adecuado habría sido decirle que éramos pareja, con unos cuantos niños adoptados y que nos sentíamos discriminados con su actitud, planteándonos seriamente la posibilidad de denunciarlo. Quién sabe, a lo mejor habríamos acabado antes.

martes, 23 de agosto de 2011

Vuelta a la normalidad

Ya estamos otra vez por aquí. Gracias a Dios todos estamos bien: Ma. volvió el domingo (reventada) de Madrid y está contentísima con la experiencia vivida en la JMJ. No para de decir que quiere ir a Rio de Janeiro para el próximo encuentro del Papa con los jóvenes. Pues nada, ya puede empezar a ahorrar en serio.

Ahora vienen esos días en los que, como al inicio del verano, es complicado encajar el trabajo y la rutina habitual con las vacaciones escolares que parecen no acabarse nunca. Hoy he vuelto al despacho y A. empezará a trabajar el día 1 de septiembre.

Ya os iré contando con calma nuestras vacaciones, pero os adelanto que lo hemos pasado muy bien y hemos descansado mucho. Este año, además, hicimos alguna excursión desde Lastanosa y un día lo pasamos en Zaragoza, una tarde en Huesca, una excursión al Parque Nacional de Ordesa para ir a la famosa "Cola de caballo", etc. Hemos vivido las fiestas patronales del pueblo. Por cierto, ya os conté en una entrada anterior que en 2009 me proclamé campeón de ping-pong, pues cuál ha sido mi sorpresa al comprobar que tanto el año pasado como éste no se ha disputado ese campeonato, así que ... ¡soy el vigente campeón!

Mención aparte merecen Je. y M., nuestros amigos que nos consiguieron la casa en la que hemos pasado estos días y que nos han acompañado durante las vacaciones. Lo hemos pasado muy bien y han estado siempre muy atentos con nosotros. Esas excursiones que nos preparaba Je. por los alrededores de Lastanosa para coger moras, higos, regaliz de palo o lo que fuera y esas tertulias nocturnas con una cervecita y picando frutos secos son parte de los recuerdos que nos quedan.

También han pasado cosas por el mundo que me gustaría comentar (especialmente la JMJ) y que hoy no podrá ser porque acabo de aterrizar y estoy poniéndome al día.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Ma. se va a la JMJ

Hago un parón en mi obligada desconexión (Lastanosa apenas tiene cobertura, sólo en determinados lugares y en momentos puntuales) para deciros que estamos en Alfajarín. Hemos venido aquí toda la familia para traer a Ma. que se va a Madrid para participar en la JMJ y su autocar hace parada en el área de servicio de la AP-2 con este nombre.

Van llegando autocares de las diócesis catalanas y en breve -eso espero- llegará el de Ma.

Mi móvil tiene todas las rayitas de la cobertura y 3G, cosa inusual en los últimos días, así que aprovecho para ponerme al día leyendo blogs amigos, noticias y entrando en el facebook.

Cuando dejemos a Ma. nos iremos a visitar Zaragoza y ya por la tarde volveremos a Lastanosa.

Las vacaciones van tocando a su fin. Hemos descansado mucho y me han dado alguna idea para futuras entradas.