La última entrada la tuve que dejar a medias, pues manda la actualidad y en ese caso, la actualidad vino en forma de repentino y totalmente imprevisto viaje en Sevilla, aunque antes de eso asistimos en el colegio de Ma. a la ceremonia de su graduación. Sí, señores/as, esto es ya un frenesí. Ha sido cumplir 18 años y no hay quien pare esto.
Después de la Misa, empezó el acto académico propiamente dicho, con discursos a cargo del presidente del AMPA (y padre de una de las chicas que acababan el colegio) y alumnas y unas palabras de la directora del colegio, para acabar con la imposición de becas y el canto del Gaudeamus Igitur. Después, las famosas fotos (y selfies) y una cena fría para los asistentes.
Al acabar, nos fuimos corriendo a casa, mientras Ma. se iba de marcha con las amigas y se quedaba a dormir en casa de una de ellas.
Os dejo una foto de una de las chicas que me pareció muy mona |
La escapada a Sevilla vino de la siguiente manera: Una compañera de trabajo de A. tenía previsto ir con su familia a ver a uno de sus hijos que vive allí. Su suegra empeoró de salud y debían quedarse. Como era una pena perder esos billetes y la reserva (y pago de una parte) que había hecho en un albergue, se lo ofreció a A. Primero tuvimos que comprobar si era posible viajar con los billetes adquiridos por otra persona. Cuando confirmamos que los billetes no son nominativos, nos decidimos a viajar. Otro "problema" nos esperaba: decidimos que viajaríamos 6 (A. y yo, P., Mi., Q. y JP) y los billetes que nos daba esta compañera de A. eran 5. Al llegar a casa después del acto de graduación de Ma, a eso de las 00:30 h, nos conectamos a internet para sacar el último de los billetes. Imposible, tren completo. Decidimos arriesgarnos y como quedaban unas horas para que saliera el tren, nos acostamos. A las 06:00 h nos levantamos, preparamos 4 cosas, desayunamos un poco y corriendo a Barcelona. Aparcamos en el garaje reservado por internet y llegamos a la estación. No se había anulado ninguna reserva, el tren seguía completo. A. sacó un billete para el tren de las 12:00 h, el siguiente con plazas disponibles, y ya veríamos quién iría en ese tren si fallaba nuestro último intento de viajar juntos. Llegamos al lugar de validación de billetes y explicamos nuestro caso. La empleada de Renfe no estaba por la labor y derivó el problema en el supervisor. A. le explicó que éramos una familia que queríamos viajar juntos, que estábamos dispuestos a llevar a JP en la falda, pero que separarnos sería un desastre. Mientras explicaba esto al supervisor yo miraba su cara de cordero degollado y, la verdad, daba mucha penita. El supervisor accedió y nos dejó ir a todos juntos. Al final, solo tuvimos que llevar a JP en la falda desde Zaragoza hasta Ciudad Real.
Llegamos a Sevilla a las 14:02 h, comimos en el Mc Donalds de la estación de Santa Justa e iniciamos nuestro primer paseo por la ciudad. P. nos "obligó" a "visitar" el Ramón Sánchez Pizjuán, la Puerta 16 y la tienda oficial del Sevilla FC. Después, Pza. de España, Parque de Mª Luisa y de ahí, al albergue, sito en una calle paralela a la Av. de la Palmera.
Tras descansar un poco, cogimos un autobús y nos fuimos a visitar a una tía mía que vive en una residencia en Triana. Merendamos con ella en una cafetería cercana y volvimos al albergue para ver la semifinal de la Supercopa de Europa. Como se alargó demasiado y ya teníamos hambre, vimos la prórroga en un bar cercano tomando unas tapas y unos montaditos.
Al día siguiente, después de desayunar, nos fuimos paseando hasta Los Remedios, donde asistimos a Misa y seguimos nuestro paseo junto al río, la Torre del Oro, la Giralda y la Catedral, los Alcázares. Al pasar delante de la Plaza de Toros de la Maestranza, Mi. me hizo hacer una foto de la entrada porque era un "face" (que parece que está muy de moda hacer fotos, de edificios o lugares que parezcan una cara).
Face |
Comimos algo camino de la estación y esperamos el tren, que salía a las 16:15 h. Teníamos 5 asientos juntos y el 6º en otro coche y, como en la ida, el tren iba completo. Aunque estuvimos atentos por si en Córdoba o Tarragona llegaba el "propietario" de ese asiento, no apareció nadie. Otra vez tuvimos suerte.
Decía que comimos algo |
Llegamos a las 21:10 h, recogimos el coche, pasamos por casa de mis suegros a recoger a S., que Ma. lo había colocado allí porque había trabajado el domingo por la mañana ayudando a vestir niños en un desfile de moda de baño infantil, y, por fin, llegamos a casa.
Estábamos reventados, pero lo hemos pasado muy bien. ¡Cómo se disfrutan estos planes imprevistos!
PS Hablé con el conductor del AVE para intentar que se desviara de su habitual recorrido y así saludar a Sara M. No le convencí