La entrada de hoy es de esas que a medida que la vas escribiendo te vas arrepintiendo de ello por sentirte, no ya mayor, sino viejo.
Esta mañana guardaba dos billetes de 5 euros en mi cartera y, pensando en su valor en pesetas (ya no lo hago muy a menudo, pero hoy, no sé por qué, sí) me han venido varios recuerdos de mi infancia relacionados con el dinero. El primero de ellos es de cuando Primogénito y yo fuimos un año solos a la feria que se montaba en nuestra ciudad por la Fiesta Mayor y, entre atracciones y tómbola, nos gastamos 500 Ptas. No recuerdo exactamente la edad que teníamos, pero estaría entre los 12 y 13 años. Lo que sí recuerdo es la bronca que recibimos en casa al llegar, cómo nos mandaron a la cama castigados y cómo mi abuela (vivía con nosotros) vino a nuestro dormitorio a escondidas de mis padres para mimarnos un poco. Después de decirnos que debíamos ser menos derrochones y hacerle prometer que no lo haríamos más, no se le ocurrió mejor cosa para animarnos que decirnos que en su época, con 500 Ptas. te comprabas una casa. Lejos de animarme, me hundió un poquito más y me hizo sentir el ser más manirroto sobre la faz de la Tierra.
El otro recuerdo monetario es de mi Primera Comunión (ahí sí que me acuerdo, corría el mes de mayo de 1975). Antes de ir a la Parroquia llegaron a casa varios familiares y uno de ellos -delante de todo el mundo- me llamó y me dijo "Paterfamilias (era un visionario), ven para acá" y abriendo su cartera sacó un enorme billete verde de 1.000 Ptas y me lo dio. Me sentí el niño más rico sobre la faz de la Tierra.
El último de los recuerdos es de una tarde de fin de semana en el Club de Tenis del que éramos socios. Mientras los niños practicábamos deporte o jugábamos a cualquier cosa y los padres jugaban a tenis, las madres estaban en el Club social (el edificio del Club) hablando sin parar. Esa tarde, no sé muy bien por qué, estaba yo por ahí y las madres hablaban de la carestía de la vida. Es entonces cuando oí a mi madre decir lo siguiente "Sí, sí que está todo muy caro. A este paso, cuando nuestros hijos quieran ir al cine, tendremos que darles 1.000 Ptas" "¡Qué exagerada eres!", dijo alguna y, enseguida, replicó "¿Que no? Ya verás, entre el cine y algo para un frankfurt ... ya verás" Pasado el tiempo, cuando ya iba al cine, me acordaba de mi madre y puedo decir que se quedó corta en sus predicciones.
No sé exactamente lo que cuesta el cine ahora, pero me imagino que una entrada no bajará de 6 € (ya tenemos las 1.000 Ptas.), así que si además quieres tomarte algo, la cosa se dispara.
¿Qué cantidad debo yo vaticinar para mis hijos?
Como ya os adelanté hace unos días, acabaré mi repertorio de BSO y después ya veremos si seguimos o no. Para hoy os tengo preparada el tema de la película "Barry Lindon", película que no he visto, pero cuya música oí por primera vez cuando era pequeño y me encantó.