En primer lugar quiero agradeceros a todos los mensajes de apoyo que me habéis hecho llegar como consecuencia del ingreso de mi madre.
Gracias a Dios los resultados del cateterismo y del ecocardiograma no han mostrado ninguna anormalidad importante y, esta mañana, le han dado el alta. De hecho, el alta estaba prevista para ayer, pero un importante hematoma en el brazo derecho (en el que hicieron la punción) aconsejó que se retrasara unas horas.
Ahora tendrá que ser muy cuidadosa con su dieta (indicada para diabéticos y personas con riesgos coronarios) y ante lo dura que es ésta, podrá decir como el del chiste: "Doctor, ¿con esta dieta viviré más tiempo?. No sé si vivirá más, pero se le hará muy largo"
Estos días he acompañado a mi madre durante largos ratos y he sido testigo directo del funcionamiento de la sanidad pública (ya la conocía, pero por si quedaba alguna duda). Tengo la sensación (y es una opinión personal) que los recortes sanitarios, que existen, son la excusa perfecta para tapar ciertas actitudes y/o negligencias.
Como siempre me ha quedado una duda sobre cómo debes comportarte. Me explico, a las enfermeras (no estoy generalizando) es muy habitual que se les olviden ciertas cosas (y lo entiendo, están atendiendo a muchos pacientes) y eso hace que el calmante que dicen que ahora te traen tarde 3 horas en llegar (no exagero, es real), o que la bandeja con el desayuno, la comida o la cena, tarde varias horas en ser recogido, o que el alta se retrase más de lo normal, o ... Pues la duda es la siguiente: ¿Es preciso ser un poco borde para que te hagan caso? A mí, de natural no me sale (la humildad sí), pero me dan ganas de serlo porque compruebas cómo al borde se le hace caso (aunque luego a sus espaldas le llamen de todo, pero da lo mismo, como es a sus espaldas ni se entera) y en cambio, al educado, ni caso.
He notado también cómo ha bajado el nivel en el trato del personal sanitario. Un ejemplo: una de las enfermeras más simpáticas que ha atendido a mi madre estos días, le explicaba algo acerca de no sé qué medicación y, en un momento de la conversación, le dice "(...) y con esto hemos de tener mucho cuidado porque si no todo se va a tomar por c--o" Y lo dijo sin ni siquiera una sonrisa, ni bajando el tono de voz, ni ... ¡con una naturalidad fuera de lo normal!
Y para acabar una anécdota -muy tonta, eso sí- vivida uno de estos días. No sé si como consecuencia de los recortes (me suena que esto es así desde tiempo inmemorial), los Hospitales tienen la costumbre de no dar agua a los pacientes, que para eso ya hay unas máquinas expendedoras. En una de las ocasiones que fui a buscar un botellín de agua para mi madre (había que bajar a Urgencias porque las botellas de allí eran pequeñas y así no daba tiempo a que se calentara el agua, como en las de 1,5 litros), introduje las monedas en la máquina y ni salió la botella, ni me devolvió el dinero. Pregunté en recepción y me dijeron que debía subir a la Cafetería (planta 0) y comentarlo allí. Cuando llegué a la Cafetería no me atendía nadie, el único camarero que parecía "trabajar" allí recogía unas bandejas con geriátrica parsimonia, impropio para la edad que, al menos, aparentaba. Cuando por fin me atiende, le explico al problema y saca una lista de debajo del mostrador y me pregunta:
- ¿Su nombre?
- ¿Cómo?, digo yo muy sorprendido.
Como habéis deducido, había entendido perfectamente la estúpida pregunta, pero mi respuesta era un recurso literario para mostrarle mi perplejidad. Sin embargo, el verle recoger las bandejas debía haberme servido de pista para saber que con este hombre no era necesario emplear sutilezas, dada su incapacidad para captarlas, pues enseguida dijo:
- ¿Que si me dice su nombre?
- Pater, le dije acentuando mi extrañeza que no acertó a ver porque se apresuró (es otra forma de hablar, porque apresurarse, lo que se dice apresurarse, no lo hizo) a apuntar mi nombre en la lista.
- ¿Su teléfono?
- Perdón, ¿me ha pedido mi número de teléfono?
- Sí
- Mi número de teléfono no se lo pienso dar. Yo no tengo por qué darle a Vd. datos de carácter person...
- No, no, si yo solo quiero su teléfono (genial)
- Mire, no pienso dárselo. Como Vd. comprenderá por una botella de agua no pienso darle mi número de teléfono. Vd. debería fiarse de mi y si no lo hace, debería acompañarme a la planta de Urgencias, abrir la máquina, comprobar que allí está mi dinero y darme de una vez una botella de agua
- No, si yo le entiendo perfectamente, pero déjeme que hable con el responsable
Al momento salió y me dio una botella de agua bien fresca (y al "responsable" ni lo vi)
me gusta la idea de la cantidad de basura en una casa... cómo será en una familia cómo la de Pater?