lunes, 24 de enero de 2011

1 Tera

El pasado jueves, aprovechando la firma de una escritura en la Notaría, me acerqué a diversos comercios en busca de un regalo para A. que al día siguiente celebraba su santo.

Iba a tiro hecho. Sabía que le hacía ilusión un disco duro externo, así que entré en un establecimiento de una conocida cadena que hacía un 20% de descuento en todos sus productos durante esa semana. Se acercó el dependiente y me preguntó si podía ayudarme. Cuando le dije lo que quería me dirigió hacia unos que me parecieron caros. Le dije que yo buscaba algo más económico. Imagino que notó mi inseguridad (ésta es una de las muchas materias en las que me siento un absoluto ignorante) por lo que pasó directamente a formularme la siguiente pregunta: ¿Para qué lo quiere Vd.?

- Bueno, para ver películas, básicamente, le contesté.
- Vd. necesita un disco duro con reproductor multimedia, sentenció.
- Ya, pero yo tenía entendido que el precio era más bajo.
- Sí, ese precio que Vd. dice es el del disco duro externo, el que se usa, por ejemplo, para tener más memoria en el ordenador.
- Sí, sí claro, le dije intentando mostrar una inexistente seguridad en mi respuesta.
- Pero, en casa, vemos alguna película que previamente hemos grabado en un pendrive.
La cara del dependiente era un poema, se le podía leer su pensamiento "¡Vaya!, me ha tocado el tontito". Se armó de paciencia y me explicó que lo que yo buscaba (y necesitaba) era el reproductor multimedia. Aunque fue muy amable conmigo y el precio no parecía del todo descabellado, no era plan comprarlo en la primera tienda que visitaba, así que le pregunté que hasta cuando duraba esa promoción con el 20% de descuento. "Hasta el sábado, caballero", me dijo. En todo caso, ya volveré, gracias, contesté mientras me iba pensando por qué existen dependientes que se dirigen a ti como "caballero" cuando ya nadie usa esta palabra.

A pocos metros de allí había otra tienda de electrodomésticos. Entré y me atendió una señora. Con los conocimientos adquiridos en el anterior establecimiento, le dije lo que buscaba y, para salir de dudas (todavía no estaba seguro de si el anterior me había informado bien o, por el contrario, quería colocarme un producto más caro) le hice alguna pregunta entre la diferencia entre un disco duro externo y otro con reproductor multimedia. No sé si no se vio capaz de hacerme entender la diferencia o qué, pero lo cierto es que preguntó a un compañero suyo que limpiaba con una notable apatía un televisor de pantalla plana. El tío, con ese garbo que le caracterizaba, me miró de arriba a abajo y me preguntó "¿Para qué lo quiere?" (¡Anda!, la misma pregunta que el otro dependiente, pensé). Se lo expliqué como buenamente pude y me dijo que con un disco duro (así, sin más) no podría reproducir ninguna de las películas grabadas por mucho que mi televisor tuviera una entrada USB. "Vale, gracias" y me fui de allí con dos ideas claras: 1) a ese tío no le compro nada y 2) ciertamente, busco un disco duro con reproductor multimedia.

Entré en un tercer comercio. Se me acercó un chico joven y me preguntó qué es lo que quería. 
- Buenos días, ¿tenéis discos duros con reproductor multimedia? (buf, había sido capaz de formular la pregunta de un tirón y sin inmutarme, como si fuera un experto conocedor del tema)
- ¿De un tera?
- ¿Perdón?
- ¿Que si lo quiere de un tera?
Reconozco que me pilló por sorpresa. ¿Qué me está diciendo este tío?
- ¿De un tera?, dije yo intentando recuperar la iniciativa en la conversación y con la esperanza de que se le escapara -sin querer- una explicación.
- Sí, de un  tera, dijo
Entonces me derrumbé y no me quedó más remedio que preguntarle, así, de golpe
-¿Qué es un tera?
- "1.000 yigas" (GB), me contestó con una suficiencia insultante y una sonrisa en la cara.
- Ah, claro y ... ¿qué precio tiene?
- tantos €
- y ... y .. ¿sólo tienes ésta?
- Sí, no me quedan más
- Vale, miraré en otro sitio.

Salí de allí y me volví a la primera de las tiendas que había entrado. Cuando me vio entrar el dependiente, con la misma sonrisa que el anterior en la cara, me dijo "¿Viene a por el reproductor multimedia, caballero?"

4 comentarios:

  1. Si te sirve de alivio... acabo de aprender muchísimo con este post. ¿Una tera? Gracias, pater. Ahora ya sé qué es eso que no había oído jamás.

    A la primera tienda...donde , entre otras cosas, te trataron como a un "caballero".

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  2. Muy bueno, caballero!
    Mira ya me puedo ir a acostar, porque lo que he aprendido en este post, como sunsi, es de agradecer!
    Un saludo de una para quien la tecnología es un mundo a parte :)

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  3. Lo que tenías que haber hecho es preguntarle a esos dependientes el nombre de cinco autores del siglo de oro español ... que siempre es algo más elevado que saber lo que es una tera, vamos digo yo: hay que perder complejos¡¡¡

    Un saludo¡¡¡

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  4. Confieso mi analfabetismo en estas materias, todo lo que dices es para mí como si estuviera escrito en húngaro. Y admirable tu retentiva para recordar todo, es como si hubieras llevado una libreta y lo hubieras ido anotando al salir de cada tienda.

    Espero que acertaras.

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