martes, 11 de enero de 2011

Entrenamientos

Varios de nuestros hijos, concretamente P., Mi, y Q juegan a fútbol con un club juvenil de nuestra ciudad. Entrenan dos días entre semana y juegan los sábados. Así que ya sabéis lo que me toca la mayoría de las mañanas del primer día del fin de semana. Normalmente voy a ver jugar a Q., que es el pequeño de ellos. P. lo entiende, pero Mi., de vez en cuando, se queja y me dice que nunca voy a verle.

Viéndolos jugar, puedo asegurar que no será necesario cambiar de profesión para dedicarme a ser su representante. No obstante, disfrutan practicando este deporte y esto me gusta.

En el caso de Q. no sólo me gusta sino que me sorprende. El año pasado ya empezó a practicar este deporte, pero lo dejó a mitad de temporada porque no lo soportaba. Es verdad que no es un crack, pero A. y yo queríamos que siguiera, pues era la única manera de que hiciera algo de ejercicio. Este curso, con la llegada de un nuevo compañero a su clase con el que ha hecho una buena amistad y que se ha apuntado al equipo, hemos visto con sorpresa (y alegría) que Q. sigue disfrutando con este deporte. Y eso tiene mucho mérito. Tiene mérito no sólo por lo que ya he dicho, sino porque el entrenador (no hemos encontrado otro) tiene un fuerte carácter y los castiga muy a menudo a dar vueltas al campo. Los padres que asistimos al entrenamiento hemos comentado varias veces esta (insólita) situación. Nos parece muy bien que cuando los niños se tomen a broma el entrenamiento, no estén atentos o hagan lo que les dé la gana, sea duro con ellos y les haga correr alrededor del campo de juego. Sin embargo, lo que no entendemos es que les haga correr cuando uno falla cualquiera de los ejercicios que les propone. Por ejemplo, si están ensayando disparos a puerta y uno no le da a la pelota, le castiga a dar varias vueltas al campo.

No sé, estamos un poco moscas con el tema. Ya veremos cómo acaba.

8 comentarios:

  1. Me gustaría que te leyera mi segundo hijo. Es entrenador de un grupo de chicos de 6º en un club juvenil y también vigila estudio. No me extraña que estéis moscas. La clave, creo, es si el chaval quiere a los críos. La disciplina no está reñida con el cariño y la comprensión. Tampoco creo que disciplina sea sinónimo de rigidez...

    En fin... Estas cosas pasan.

    Un saludo, pater

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  2. Tú lo has dicho, Sunsi, el tema es que no los quiere. Hemos visto broncas y riñas a los niños (incluso les ha llegado a llamar inútiles), pero nunca le hemos oído unas palabras de ánimo al acabar un entrenamiento o un partido. Es más, ni siquiera el día que ganan.

    El dilema es el de siempre: no encontramos a nadie.

    ¿Nos dejas a tu hijo?

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  3. La exigencia debe ir de la mano del cariño. Si el chaval no nota que le aprecian, acaba siendo contraproducente. Y si el entrenador no les aprecia, será imposible que calibre la exigencia. A ver si aparece otro.

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  4. Que corre por ahí algún que otro psicópata del balón, que te lo digo yo....

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  5. Vaya, creía haber hecho un comentario ayer, pero no fue así...
    Sólo decía que si había sido totalmente aleatoria la elección del deporte en cuestión? Porque viendo lo futbolero que es el padre creo que ha podido haber un poco de empuje por tu parte :)
    A los chavales se les puede exigir un montón, y responden!, siempre desde el cariño y el respeto. Y entre los padres no hay ninguno que se atreva?
    Un saludo,

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  6. El padre, aunque parezca mentira, poco o nada tiene que ver en esta elección ;-)

    Sí que hay padres que se atreven (al revés, a alguno hay que frenarlo), lo que pasa es que somos tan ... tan ... no sé cómo decirlo ...tan ... ¡correctos!, que seguimos el conducto reglamentario y se lo decimos al padre encargado de la actividad y a los responsables del Club.

    Ayer, sin ir más lejos, llegué un poco antes para recoger a Q. y había allí otro padre que estaba hablando -con muy buenas maneras- con el entrenador haciéndole ver lo absurdo que era castigarles a dar vueltas al campo cuando fallan. El entrenamiento acabó con una frase del entrenador a ese padre que decía que si le faltaban al respeto serían castigados, que eso no se lo consentía. Ambos le contestamos que "claro", que "sólo faltaría"... pero algo me dice que todo volverá a ser como antes, a no ser que encontremos a otro chico.

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  7. ...¿y qué piensan los jugadores? ¿No habéis pensado algo? no sé ... podrían todos los chavales entrenamiento con patines, guantes de boxeo, o gafas de buceo...a ver que pasa!

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  8. Me encanta el post
    Tienes toda la razón del mundo mundial
    Si yo les entrenara esto no pasaría ;)
    P

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