martes, 13 de septiembre de 2011

Horterización y otras cosas

Hace unos días dediqué una entrada a una serie de imágenes que, al menos a mí, me resultaban escalofriantes. Allí se citaban las sandalias con calcetines, los tatuajes (o tattoos), las camisetas de tirantes, etc.

No tengo ninguna intención de ampliar el "catálogo de los horrores", pero sí de tratar un tema muy relacionado con todo ello: la horterización de nuestra sociedad. Nos dirigimos hacia la debacle a una velocidad vertiginosa.

Como sabéis el sábado estuvimos en Port Aventura y fui testigo de esta alocada carrera hacia nuestra propia extinción. Era estremecedor comprobar la cantidad de gente que vestía, hablaba o se comportaba como antes lo hacían las personas que no tenían (no habían podido tener acceso) cierta cultura.

Cada vez con mayor frecuencia y en mayor cantidad se dan situaciones que nos llevan a nuestra autodestrucción. Alguno pensará que soy un exagerado y que el Apocalipsis no describe ninguna de estas. No estoy yo tan seguro. Allá van una serie de datos que, como mínimo, os hará pensar (y si no, deberíais preocuparos y mucho):

- Ciertos "programas" de TV: A nadie se le escapa que difícilmente puede caerse más bajo. Hoy en día triunfan espacios televisivos en los que ciertos personajes se dedican a sacar trapos sucios (inventados o no, pero hemos llegado a un punto en que eso ya da lo mismo) de otros, donde se le da la razón al que más grita o más insulta.


Hace ya tiempo que los "famosos" no lo son por destacar en algún arte u oficio, sino por haber salido en no sé qué programa de la tele, de haberse acostado con tal o con cual o de vete tú a saber qué.


El que Belén Esteban sea un espejo en el que muchas personas se miran por representar -dicen- al pueblo llano es definitivo.

- Moda: Las niñas luchan por parecer mayores (llevando cada vez menos ropa), las mayores luchan por parecer más jóvenes. Como en muchos otros ámbitos se ha perdido la intimidad, siendo ésta lo más personal (íntimo) que cada uno de nosotros tenemos y que o nos lo quedamos para nosotros o se lo entregamos a quien decidamos, no al primero/a que pase.


Cuánta gente acude invitada a una boda o un bautizo y visten como si fueran a tirar la basura, ¡si se arreglan más para salir por la noche!

- Modales (o ausencia de): A medida que voy escribiendo esta entrada me doy cuenta de que debo parecer un viejo cascarrabias que desprecia a la juventud porque a él ya se le pasó. Os puedo asegurar que no. Lo que pasa es que me da mucha pena cuando veo ciertos comportamientos cada vez más extendidos. Y no me estoy refiriendo sólo a escupir, sorber o decir palabrotas, sino a ciertas actitudes como en una conversación no dejar hablar al interlocutor, interrumpiéndolo constantemente para quedar por encima de él o hablar a gritos. ¿Por qué nos cuesta tanto escuchar? Si tenemos dos orejas y una boca, deberíamos escuchar el doble de lo que hablamos. 

- La ley del mínimo esfuerzo: Aplicada a todos los ámbitos de nuestra vida, sobre todo al trabajo. Aquí -me parece a mí- no se trata sólo de pereza, sino de no "hacer el primo". Debemos erradicar esa mentalidad tan cutre que ve como un idiota al que cumple con sus obligaciones (trabajo, horario, pago de impuestos ...), siendo los "listos" aquellos que se escaquean, que engañan.


- Política: No quisiera generalizar, pero pueden contarse con los dedos de un muñón los políticos honrados que hay en nuestro país. Por honrados entiendo yo que hacen su trabajo como mejor sepan hacerlo y no roban o defraudan, que me parece que no es mucho pedir.


Recuerdo perfectamente una frase de ZP que decía que en nuestro país cualquiera puede ser Presidente. Supongo que él lo decía con otra intención, pero cada vez que le veo me acuerdo de su frase (la cual podría ampliarse a que "cualquiera puede ser Ministro")


Lo que me lleva a pensar que todos son iguales es esa "extraña" unanimidad que se da en el Congreso a la hora de subir el sueldo de sus señorías o esas denuncias verbales de unos a otros en plena campaña electoral y después cuando llegan al gobierno (nacional, autonómico o local) y se encuentran con auténticos agujeros provocados por fraudes de los anteriores gobernantes no denuncien los hechos ante la Justicia.


No me quiero alargar en este punto.


Estos son sólo parte de los síntomas de una sociedad enferma y creo que no exagero al decir que la nuestra se encuentra así. En ningún momento he dicho (ni lo he pretendido) que no haya solución. ¡Claro que la hay! y somos nosotros los primeros que debemos intentar cambiar esto, de una forma activa y no esperando a que otros lo hagan.

7 comentarios:

  1. Yo también creo que estamos involucionando.

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  2. ya... y también estoy contigo en lo de que la solución está en nosotros, pero nos cuesta movilizarnos, actuar, cambiar!
    Para mí, una de las claves es la ley del mínimo esfuerzo que comentas; si realmente tuviéramos el trabajo, sacrificio y ganas de superación entre nuestros valores destacados, otro gallo nos cantaría... creo.
    Ah! también necesitamos un líder carismático que nos sepa organizar, ya que no todos tenemos las cualidades necesarias para ejercer de líder. Enfins, que espero vivir esos cambios.

    Por cierto, no ejerzo de madre de seis, así que algo de ese tiempo extra que tengo lo invierto en pensar los regalos ;)
    Un saludo, pater,

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  3. Sabes lo que me consuela a mí?
    Que la famosa Noche en Blanco que se hace en Madrid, en la que los museos son gratis y abren hasta altas horas de la noche, las colas son tremendas. Eso me da esperanzas de que no todo está perdido.

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  4. Un buen análisis¡¡¡, pero tal vez tendrías que sufrir menos, la vida está así. Se han perdido las formas y muchos fondos.

    Ah ... dices que cualquiera puede ser ministro, yo añadiría: "y ministra!"

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  5. Jajajajaja, aun me estoy riendo del comentario de Modestino.
    Pater, yo estoy totalmente de acuerdo contigo, pero creo que es una parte de la sociedad la que actúa así. Vivo con la esperanza de que las generaciones venideras sean un poco más "civilizadas", respetuosas y serias. Lo que pasa es que los adeptos de "Soy como Belén Esteban" hacen mucho ruido porque gritan mucho, y confío en que aún queda gente seria, educada y honrada que repudian ese comportamiento. Verás cómo sí!.

    Biquiños

    jajajajaja... odio a los que interrumpen conversaciones para hacer crecer su ego. Ayyy que manía!!

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  6. Todo lo que cuentas se hizo ayer carne en el programa de Carlos Soberas en A3. Un señor metido en carne y en años vestido con una camiseta rídicula tipo la que se pone mi hija de tres años, lamparones en los sobacos, pantalones excesivamente estrecho, la gran panza cervezera al aire cada vez que el tío superaba una prueba y pegaba un saltito, actitud poco varonil, los pelos igual de sucio que el de de los mojinos escozio (es mi amigo, y sé que el champú no es lo suyo) y la barba enredada de una semana.

    Una pinta de guarro que tiraba para atrás. Lo peor de todo es que hoy saldrá otro perroflauta en ese u otro programa. España es desde hace tiempo el paraiso del "perroflutismo".
    El que no lo ve así es que, probablemente ya sea un perroflauta.

    Un saludo

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  7. Sí Susana, esa es la palabra.

    Meloenv..., ¡qué alegría volverte a leer! Cierto, tenemos que involucrarnos más.

    jajajajaja muy bueno lo del tiempo para los regalos

    MadreYMas, no conocía ese dato que das y, efectivamente, es esperanzador.

    Jajajajaja Modestino, así es, pero no me atreví a ponerlo no fuera que me cerraran el blog por machista ;-)

    Ojalá sea como dices Leles.

    Bate, bienvenido!! Gracias a Dios no vi ese programa al que aludes. Es el mejor resumen de lo que intentaba explicar. ¡Y todo de una tacada!

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