Muchas gracias a todos y cada uno de vosotr@s por vuestros rezos y comentarios de apoyo en mi anterior entrada. De verdad, muchas gracias.
El avión salía a las 08:00 horas y para evitar sorpresas como la que me llevé cuando fui con Q. a Sevilla, esta vez he madrugado más. Al final, el pobre Primogénito -que está pasando unos días en Barcelona con su familia- se ofreció a llevarme al aeropuerto. Y digo el "pobre" porque anoche fue al Camp Nou a ver ese partido que "jugaron" Barça y At. de Madrid, así que os podéis imaginar lo poco que ha dormido (vivimos a 25 kms de Barcelona).
Al llegar a Madrid, y siguiendo instrucciones de la empresa de mi hermano N., cojo un taxi para ir al Paseo de las Doce Estrellas, en el Campo de las Naciones. Por la cara que puso el taxista era como si le hubiera pedido que me llevara a Marte. "Bueno, pondré el GPS", me dice. Y aún así se pierde (o eso deduzco porque me ha cobrado 23,85 € por ese trayecto). Al final he acabado conectando el Google Maps de mi móvil y así hemos llegado (he estado a punto de pasarle una factura por mi trabajo de guía).
Desde allí nos hemos desplazado, en otro taxi, al Hotel que me han reservado (y desde donde escribo esta entrada) y después de dejar la maleta en la habitación y tomarnos un café, una secretaria de RRHH y la médico interna de la compañía nos hemos dirigido al Ramón y Cajal. A mí no me hace mucha gracia que vengan, aunque hay que reconocerles lo bien que se han portado con nosotros (tengo mi teoría al respecto, pero prefiero esperar un tiempo e ir con pies de plomo)
A las 12:30 h nos han dejado entrar en la UCI a ver a mi hermano y ahí llega la primera sorpresa. Resulta que no ha sido una angina de pecho, sino un infarto. Intentaré resumirlo lo mejor que pueda. Él vive cerca de Girona y por motivos de trabajo se desplazó a Madrid. La noche de martes sintió unas molestias (primeros síntomas), pero no le dio mucha importancia. El miércoles, a las 6 de la mañana se repitieron, se levantó, cogió un taxi y se presentó en Urgencias del Ramón y Cajal. Explicó lo que le pasaba y no le dieron mucha importancia. Se asustó e insistió. Le dijeron que eso era un ataque de ansiedad por la vuelta al trabajo. Tuvo que insistir un poco más y tras hacerle una placa (llegan a tardar más y ésta es de mármol) descubren la verdadera lesión. A partir de ahí todo son prisas. Lo sientan en una silla de ruedas, le meten una pastilla en la boca y lo llevan corriendo a la UCI al grito de "Código no sé qué" y todo el mundo apartándose.
Lo sedan y le hacen un primer cateterismo para "arreglarle" la vena circunflexa (la más dañada). Mañana -no es del todo seguro- le harán un segundo cateterismo para desatascar la arteria derecha. Los médicos están muy satisfechos con su evolución y con la suerte que ha tenido. Al parecer cuando se da un infarto en una persona joven (N. tiene 40 años) lo normal es que afecte a la aorta y el paciente no lo cuente. A él, sin embargo, le ha afectado a esas dos venas.
Esta tarde he podido estar con él otro rato. Esta vez, y después de comer con él, me ha acompañado un cuñado que, por motivos de trabajo, se encontraba en Madrid.
Él cree que le pueden dar de alta el lunes, pero me parece del todo imposible, así que ya veremos. Mientras tanto, su mujer, algo más tranquila, medita y escucha opiniones acerca de si viene o no y, caso de hacerlo, cuándo.
Mientras tanto yo no sé si salir a cenar algo. Este Hotel está cerca del Hospital (se agradece), pero nada céntrico. Ya veremos
Primero, me alegro de que la cosa, aunque más grave de lo que creíais, vaya bien.
ResponderEliminarDespués...¡Malditos médicos, leche! ¿Ansiedad? Hay que ponerles una queja cuando menos, porque vamos. Con 40 años, el séptimo hijo en camino, y la que podían haber liado. Seguimos rezando. Ánimos para todos.
Madre mía... Qué miedo ne ha entrado por el cuerpo, y si no llega a insistir?. Qué fragilidad tan grande la de nuestras vidas.
ResponderEliminarUn abrazo
Hasta hoy, amigo, no he leído lo de tu hermano. Lo tendré presente en mis "momentos buenos". Yo tuve un infarto a los 47 y me hioieron el correspondiente cateterismo. Cuando te pillan a tiempo y sales bien, generalmente no sólo has salido adelante, sino que sales reforzado: te han arreglado las tuberías y te ves obligado -alegremente obligado- a cuidarte, a no comer lo que no te conviene, a andar y hacer deporte, a perder quilos ...
ResponderEliminarNo dudes que a tu hermano le mejorará la calidad de vida. Y mientras cuidalé, que somos así y nos gustan los cariñicos.
Un abrazo.
Ah, y de alta el lunes nada, amigo: a planta unos días y luego a descansar ... que lo más importante es la salud.
ResponderEliminarJoder, Pater. Si es que lo de los médicos y el poco caso que nos hacen clama al cielo.
ResponderEliminarEstá claro que tu hermano tienen un buen ángel de la guarda!
Ya nos contarás tu teoría conspiratoria, pero es alucinante que hasta una persona de RRHH de su empresa te acompañe al hospital!!!!
Mi teoría es que tu hermano es el CEO de una gran multinacional, jajajaja!
Seguiremos rezando. Un abrazo.
Me alegro que todo vaya bien, y que pronto lo pasen a planta...y a casa
ResponderEliminarUn abrazo apretao
Menos mal que insistió. Desde luego no se puede uno confiar nunca. Un beso.
ResponderEliminarVaya, no había leído la entrada anterior. Vaya susto, Páterfamilias.
ResponderEliminarMe pongo a rezar para que todo sea un tema de nada. Tennos informados, si te parece bien.
Suerte.