lunes, 12 de marzo de 2012

¿Nos toman el pelo?

Como sabéis, nuestro hijo S. está en P-4 (por si alguno no lo sabía, solo había que acudir al esquema situado en el margen superior izquierdo de la página principal de este blog y allí, viendo la edad del niño, deducir el curso) y eso implica que todavía esté aprendiendo cosas que sus hermanos -gracias a Dios- tienen ya muy por la mano.

Una de estas cosas en las que está "trabajando" es en potenciar al máximo su autonomía y así, desde hace ya un tiempo, se viste solo. No os creáis que esto es tan sencillo, que un día se levantan y ... ¡tachán!, se visten solos. No. Eso se aprende a través del método ensayo y error, ya sabéis, se trata de no ayudarle y que se ponga el jersey al revés, el zapato izquierdo en el pie derecho o que cuando vaya al lavabo a hacer un pis tenga que pensar que ha conseguido girar su tronco 180º o que se ha puesto el pantalón al revés (lo normal es que no haga razonamiento alguno y que, en todo caso, piense que se ha puesto un pantalón sin cremallera por lo que tienen que bajárselo lo suficiente para poder miccionar).

Bueno, a lo que iba. Estábamos bastante contentos con el ritmo de S., que tenía ya muy asumido que por las mañanas debía vestirse él solito. Además, su uniforme no es muy complicado: pantalón de chandal (previamente se habrá puesto unos calzoncillos del derecho o del revés), unos calcetines, una camiseta y la parte superior del chandal. Finalmente, unas zapatillas de deporte con velcro. Al principio se las ponía como le daba la gana (llegando incluso a negar la evidencia cuando le advertías que estaban al revés), después preguntaba en qué pie iba una de ellas (¡qué listo, Dios mío!, se dio cuenta que no era necesario preguntar por la otra, sino que dedujo que si ésa iba en el pie derecho, la otra iría en el izquierdo) y al final ya acertaba.

Sin embargo, desde hace un tiempo observamos que se había relajado en esa costumbre y que hacía ir de bólido a A. y al resto de sus hermanos porque a la hora de salir, aún le faltaba alguna prenda o se había retrasado tanto que no había acabado el desayuno. Como Mi. ya tenía el encargo de asegurarse que todos llevaran desayuno en su mochila, P. fue el elegido para la importante tarea de supervisar a S. Lo que empezó como una simple supervisión acabó con P. vistiendo al más pequeño para evitar que todos llegaran tarde.

A. y yo decidimos tomar cartas en el asunto y tras comentarlo, acordamos utilizar un método que en su día utilizamos ya con sus hermanos mayores: a la próxima iría al cole en pijama.

Pues bien, la próxima ha resultado ser hoy. Nos hemos levantado como un lunes cualquiera, el sueño era el propio de este día de la semana y el estrés no era superior al de cualquier día laborable. Todo ha seguido su curso habitual y cuando ya estaban a punto de irse, he descubierto que S. aún estaba en pijama. Sin inmutarme, pero con un tono de voz algo más alto de lo habitual, le he dicho que se iba al cole en pijama, secundando A. mi afirmación. El niño se ha puesto bastante nervioso y lloriqueando nos ha pedido ir a desayunar (no sé qué había estado haciendo hasta ese momento). Como nosotros estábamos muy decididos en cumplir la amenaza y parecía que él lo tenía muy asumido, le hemos dejado que lo hiciera. Al cabo de un rato ha venido con todo el pijama empapado: se le había derramado toda (toda es toda) la leche encima. Una cosa es llevarlo al cole en pijama, pero otra es llevárselo así y además con todo el tazón de leche en esa prenda. No ha habido más remedio que cambiarlo y, en lugar de ponerle un pijama limpio (que hemos estado tentados), lo hemos vestido con el uniforme del colegio. Llamadme mal pensado, pero estoy convencido de que lo ha hecho a propósito.

La BSO de hoy es bastante mala, pero me trae recuerdos de mi primera juventud. Allá va el tema principal de la película "Ghostbusters"



23 comentarios:

  1. ¡Bravo, bravo y bravo! por S. Es un campeón. En el mundo actual tiene un brillante porvenir.

    Filius prodigus

    ResponderEliminar
  2. Eso de fomentar la autonomía en los niños (y el proceso para lograrla) nos da anécdotas de todo tipo, desde las más graciosas hasta las más terroríficas y sin duda, ponen a prueba nuestra paciencia y perseverancia.
    Lo que yo he notado en mis hijos, es que ese afán de autonomía va decreciendo de la mayor al menor; es decir, mi hija mayor (cumplirá 6 años en abril) desde muy pequeñita quería hacerlo todo sola y se le daba mejor que a sus hermanos (fue la primera en andar, aprendió a controlar esfínteres siendo más pequeña y con menor “índice de siniestralidad” que sus hermanos, aprendió a hablar, a comer y a vestirse sola antes que los hermanos y un largo etcétera). Y aun sabiendo que cada niño tiene su personalidad y sus propios tiempos de madurez, yo pesaba que, al tener de ejemplo a la hermana mayor y al ser estimulada por ésta, mi hija mediana (de la edad de S.) lo haría todo antes y en absoluto fue así sino todo lo contrario.
    Y lo de mi hijo de dos años y medio ya es el colmo, jajaja, él se deja mimar y busca evitar la fatiga a toda costa. Supongo que mucho tiene que ver que los mayores tienen la posibilidad de ejercer de ”tutores” de sus hermanos más chicos, lo cual potencia sus capacidades en detrimento de la autonomía de los menores. A nosotros nos cuesta mucho más mantenernos firmes y evitar dar ciertas licencias a los menores, que definitivamente nos tienen tomada la medida. ¿Con tus hijos te ocurrió algo parecido?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, yo creo que, como dices, cada niño tiene su ritmo. No sé si existe la regla general, cada caso es cada caso. Es cierto que S. nos ha hecho esto, pero también es verdad que empezó a ser "autónomo" bastante pronto y estoy seguro que ahí influyó el tener hermanos mayores. Uno crece más rápido (para lo bueno y para lo malo)

      Eliminar
  3. A mí la verdad es que la tercera se me crió sola con el ejemplo de sus hermanos, aunque sí que creo que la estuve vistiendo yo más tiempo por eso de no llegar tarde. Cada niño es diferente. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto, eso es lo que quería decir en mi anterior respuesta al comentario de Eli. Un abrazo

      Eliminar
  4. Ostras, creo que te necesito unas semanas en casa para que me enseñes esas artimañas tuyas... jajajajajajajajaja, qué buen rato me has hecho pasar con la anécdota y qué relisto S.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A más de un hermano de S. llevamos al cole en pijama. Imagino que a la señorita no le debe hacer mucha gracia, pero previamente se lo comentábamos y le parecía bien.

      Eliminar
  5. Respuestas
    1. jajajajaja tienes razón, seguro que al pobre S. se le cayó sin querer ... ;-)

      Eliminar
  6. Lo de S se llama supervivencia, Pater.
    El pobre hace lo que puede... y, obviamente, ante la amenaza de ser el hazmerreír de sus compis, ha decidido que prefería echarse la leche por encima.
    No es que os tome el pelo, es que el joío es muuuuuy requetelisto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguramente sea eso y en su caso creo que esa vergüenza de la que hablas le puede.

      Eliminar
  7. Este peque ya ha nacido enseñado, Pater... Como se suele decir :"sabe latín". Más listo que el hambre ... y me temo que sí, que toma prestado el pelo. Muy bueno lo de pringarse el pijama para poder ir vestido... No está nada mal, con 4 añitos. No se lo digas, pero me parece que ante la amenaza ...estoy con MyM.

    Al menos está claro que no se le pondrá nada por delante y sabrá salir bien librado;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, enseñado, pero para lo bueno ya para lo malo.

      Ay, no sé si sabrá salir bien librado.

      Eliminar
  8. Jajaja, seguro que lo hizo a propósito, Pater. Consuélate: será vago, ¡pero es muy listo! Al final consiguió lo que quería, que es lo que importa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Visto así ... no sé qué decirte. Es aquel debate inacabable de que el fin justifica los medios ... (uy, creo que ya me estoy liando)

      Eliminar
  9. Pues si, para qué vamos a negarlo: es más listo que vosotros. Yo también he estado tentada de hacer eso en más de una ocasión; pero, una por excesiva timidez (sinceramente, hacerle eso hubiera sido peor que matarla), y el otro por peque, por pena, por... cualquier excusa valía, al final nunca lo hice.
    Me doy por vencida Páter; estoy muy cansada, y veo niños rubios, con cara de haberlo pasado muy bien, sentados y a la sombra, por tooooodas partes ;). Ya te pillaré em otra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las veces que lo hemos hecho ha sido mano de santo y -que yo sepa- no les ha dejado secuelas ;-)

      Te ha faltado el dato más importante ... ¡el más guapo! ;-)

      Eliminar
    2. Es que el niño se sale a su madre... jajajajajaja

      Eliminar
    3. Muy graciosos, si señor... Ya, ya publicaré yo una foto en la que salga alguien de mi familia y os diré "ahhhh, fulanito ya lo sabe porque lo conoce. ¿no le reconocéis?". Uf, pedazo razonamiento que he hecho :(

      Eliminar
  10. El mejor de todos es P., Páterfamilias, el hermano mayor que prefiere hacer él el trabajo antes que supervisar el del hermano menor. Llegará lejos, sin duda.

    ResponderEliminar
  11. piensa que ha sido sin querer? :) me parece que los niños son maaaas listos de lo que pensamos.

    ResponderEliminar
  12. No solo no lo pienso, sino que estoy seguro que lo hizo a propósito ;-)

    Gracias por pasarte y comentar.

    ResponderEliminar

Recuerda que es un blog para todos los públicos. Si vas a dejar tu comentario, procura que no sea ofensivo ni de mal gusto, así como que sea respetuoso con las opiniones de los demás. Muchas gracias