lunes, 26 de agosto de 2013

Esos sonidos del verano

Bueno, parece que ya sí, que ya estamos más o menos de vuelta de las vacaciones. Y digo "más o menos" porque aunque estemos ya en casa, las vacaciones (escolares) todavía no se han acabado y eso le da un encanto especial, algo así como un largo fin de semana en comparación con unas vacaciones.

Una de las sensaciones que había (medio) olvidado y que rápidamente he recuperado con solo volver a casa ha sido el repertorio de sonidos nocturnos que entran por la ventana. Me explico.

Los que no tenemos aire acondicionado en la habitación (y aunque lo tuviéramos no lo conectaríamos para dormir), solemos abrir la ventana para el "fresco" haga más llevadera la tarea de conciliar el sueño. Pues bien, eso implica también ser espectador de varios sonidos ruidos que imagino se dan todo el año y que la ventana con doble acristalamiento se encarga de amortiguar. Como preámbulo y para situaros, deciros que vivimos en un primer piso y que la ventana de nuestra habitación da a una calle con relativa circulación en un único sentido de la marcha (o quizá dos, porque si un cretino tiene a bien hacerse toda la calle marcha atrás, son ya dos los sentidos de la marcha, ¿no?)

¿Cuáles son esos sonidos tan característicos del verano cuando decides acostarte?

1) El camión de la basura. Estoy convencido que conocen nuestras costumbres porque, me acueste a la hora que me acueste, es llevar 2' metido en el sobre, que aparece el camión de la basura para descargar los contenedores. El sonido (y el olor) es indescriptible. Es una sinfonía de graves y agudos provocado por la basura (da lo mismo que vacíen el contenedor de envases, de papel y cartón, de orgánica o de lo que sea) cayendo en la cuba de ese camión a la que ya le he cogido cariño. Es más, hay temporadas en las que se me mete tanto en la cabeza, que me he sorprendido a mí mismo tarareando esa melodía.

2) Los trolleys. No es el plural de aquellos que entran en los blogs de la gente importante para intentar fastidiarle, no. Son aquellas maletas con ruedas, muy cómodas en aeropuertos, estaciones de tren y cualquier otro lugar origen o destino de un viaje con ... atención al detalle ... ¡con un suelo liso! Sin embargo, cuando este invento del demonio se arrastra sobre una acera (tan monas con sus cuadraditos) el sonido es infernal. Cabe señalar, que al final de nuestra calle se encuentra una de las estaciones de Renfe de la ciudad, por lo que es habitual que usuarios de la misma deambulen por nuestra calle, ya sean porque han llegado desde no sé dónde, o se van a no sé dónde. Lo que yo desconocía es que esa estación tuviera un horario de circulación de trenes tan amplio. Es más, estoy seguro que no existe ese horario y que, al igual que pasa con el camión de la basura, conocen nuestros horarios y cuando ven que nos vamos a dormir, llega un tren especial (una especie de "tren charter") ocupado por cientos de viajeros con trolley.

3) "Música". Está entrecomillado expresamente. Existe una especie ¿humana? que escucha "música" desde sus dispositivos móviles sin auriculares. Y no os creáis, aunque la mayoría vayan en grupo, no todos pertenecen a una raza urbana concreta. El volumen de la "música" llega a casa con toda su intensidad. Estuve por hacer una queja al Ayuntamiento, pero además de que no sabría en qué basarla, me da miedo darles pistas no sea que las condiciones acústicas de mi calle sean excepcionales y decidan construir allí una especie de anfiteatro emulando a griegos o romanos.

4) Conversaciones. He llegado a la conclusión de que son discusiones (y sobre algún tema de relevancia) atendido el volumen de las mismas. No puedo asegurarlo porque acostumbran a ser en otro idioma ya que la mayoría de éstos son magrebíes o subsaharianos (he intentado ser lo más políticamente correcto que he podido). No es que a los magrebíes les entienda algo, no, pero lo que está claro es que la lengua (o lenguas) de los subsaharianos tiene un algo que hace que rebote en los edificios colindantes y entre directamente por nuestra ventana.

5) Otros. No sé cómo clasificarlos y son de lo más variado. Desde aquél conductor que decide probar el acelerador de su coche en nuestra calle y a esas horas, hasta aquella pareja que da rienda suelta a su cariño con cierto estruendo y vergüenza ajena para el vecindario.

Que sí, que luego vendrá el duro invierno y echaré de menos todos estos sonidos que me llevarán, aunque sea con la imaginación, a nuestro añorado verano.

23 comentarios:

  1. Me encanta el segundo punto... jajajajajajaja! Da gracias a que no vives en una calle adoquinada!

    Bienvenidos de nuevo a casa!

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    1. Jajajaja. Llega a ser de adoquines y ... Gracias y enhorabuena por el chiquillo

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  2. ¡ No sabes como empatizo contigo!
    En primer lugar se te han acabado las vacaciones (ya no soy el único).

    Y luego lo del ruido. Mis ventanas da a un parque, normalmente muy silencioso, pero en esta época que dormimos con la ventana abierta, la gente tiene por costumbre quedarse hasta las 2 o más de la mañana charlando, y en verdad te digo que en un entorno silencioso, esas conversaciones molestan más que el paso del camión de la basura, que dura sólo un momento. Te enteras de todo, parece que estén acostados al lado tuyo, contándote su vida, y no puedes dejar de oirlo. Afortunadamente existen los tapones para los oidos, y aunque en principio me pareceían molestísimos, ahora no puedo prescindir de ellos.

    En fin, ya queda poco, de hecho con la bajada de temperaturas, llevamos ya un par de noches sin oir a nadie. Eso si, hoy empiezan las fiestas del pueblo, pero eso ya es otro capítulo.

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    1. Tienes toda la razón en eso de las conversaciones. Es como si estuvieran al pie de tu cama contándote sus cuitas. Habrá que probar eso de los tapones

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  3. Jajajajajajajajajajajajajajajaja ay ay qué risa. Salvando las diferencias geográficas (nosotros no tenemos una estación geoposicionada cerca de casa) clavaito a lo que entra por nuestra ventana. Lo del camión de la basura merece un expediente X en toda regla.
    Un beso!

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    1. Pues no sabes de la que os habéis librado con eso de los trolleys

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  4. ¡Qué chistoso! Vivo en otro continente, pero también voy llegando de las vacaciones, en mi caso en mi país natal, me quedé con los tesoros bellos (sí, mis hijos) en casa de mi madre por casi tres meses, regresamos a casa y, efectivamente, como auguramos _e incluso apostamos_, nos estaba esperando el pajarraco invisible que durante los meses de primavera y verano nos despierta a las 4 de la mañana, sin falta, ahora acompañado de coro de pollitos. Tengo un parque cerca, lo suficiente para escuchar uno que otro pleito, pero solo con el ruido de la autopista cercana, que a los niños siempre les dije que era el mar de mentiritas, tenemos para amenizar las noches de ventanas abiertas.
    Saludos

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  5. Yo dormía con la ventana cerrada por evitar el ruido y finalmente he puesto aire acondicionado en mi cuarto antes de que nos derritiéramos. Un beso.

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  6. jajajajj El Niño estuvo unos dias en Málaga.
    Les prestaron un apartamento de unos amigos en el centro del Rincón de la Victoria.
    Cuando volvió, lo primero que dijo cuando entró por la puerta fue ¿Como puede dormir la gente en las ciudades?
    No tenian aire acondicionado y dormían con las ventanas abiertas y claro, el está acostumbrado al silencio del monte y a los sonidos de pájaros como mucho.
    Y dice que aquello era insufrible. Apunta otra zona con lo del camión de la basura. :P
    Besazo

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  7. Apúntate al mundo de los tapones de oídos, Páterfamilias. De entrada son molestos, pero a todo se hace uno.

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  8. Jajajajaja. ¡La del tercer punto es mi hija! Le da igual no tener auriculares, cuando vamos en el coche, si no pillamos emisora en condiciones (vamos, Cadena 100, que para inculcar buenas cosas estamos las madres), da igual que suena a lata, ¡se pone la música del móvil! Y mejor no entramos en qué tipo de música...
    Nosotros vivimos en una zona bastante tranquila, y además nuestro piso da a la parte interior del edificio. Lo que más molesta son las conversaciones en la urbanización o en la calle de al lado, pero vamos, que nosotros nos solemos acostar después que ellos ;)

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  9. jajajajajaja ¡me parto!

    Yo creo que el camión de la basura tienen BSO extra que ponen a todo volumen, porque no es posible hacer tanto ruido!!!!

    Mis ruidos de verano son la autopista, que tengo como a 6 km, y que en invierno ni me entero, y el pájaro-que-habla (loro no es) del vecino, sabe hacer la señal horaria de la radio, llama sin cesar al hijo de los vecinos, y grita ¡Atleti, Atleti! sin cesar ¡arrrrrrrgggggg!

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    1. Pero esa autopista a esa distancia debe ser como oir el mar. Lo del Atleti ya es más grave ;-)

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  10. Yo no oigo sonidos por la noche, pero sí por la mañana, durante esos minutos en los que te quedas tumbada en la cama con el sol colándose por la ventana. Mi cuarto está el lado de la cocina, y a partir de las ocho de la mañana en verano y de las seis den invierno, se oye un conjunto de sonidos poco armoniosos procedentes de la batidora, el microondas, la lavadora y la olla exprés. Pero yo sigo sin levantarme.

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  11. A mi me pasa al revés...
    cuando no oigo ruidos me despierto!!!! ;)
    y cuando duermo en el campo me retumba el silencio.
    Las olas del mar son la nana perfecta y armoniosa,
    pero ya estoy a millas de ellas...
    Hoy he amanecido con el 74 frenando,
    tiene la parada de bus casi debajo de mi almohada...
    Igual que tú Pater,
    semivacaciones de asfalto,
    ni fu ni fa!
    Un abrazo alegre de verte!!!!

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    1. El 74 sonará igual quel 25 y el 37 y el ... ¿no?

      El mar ... ese sonido sí que es agradable

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