Ma. ya puede ir a la cárcel

Antes de empezar a escribir la entrada, quería comentaros dos cositas:

- Pido disculpas a mis seguidores que, aunque escasos, merecen una atención, por la paupérrima frecuencia en las publicaciones y en la contestación de los comentarios. Me estoy ganando a pulso que os vayáis y me dejéis tirado (no lo hagáis, es una metáfora)

- Es muy fuerte, pero se me ha olvidado la segunda.

Es cierto que desde hace un tiempo en casa vivimos como envueltos en un estado de embriaguez, pero no una embriaguez ordinaria como la que puede provocar el excesivo consumo de alcohol, sino una embriaguez propia de la consecución de algún título por parte de tu equipo, un equipo -recordemos- que no acostumbra a hacerlo (hago la aclaración para evitar comentarios de madridistas y/o barcelonistas). Sí, es lo que tiene haber ganado la UEFA Europa League y esperar rival para la Supercopa de Europa que se disputará en Cardiff (sí, sí, este año no es en Mónaco) el 12 de agosto. El rival saldrá de la semifinal que disputan los dos primeros equipos de Madrid. Me da lo mismo cuál de los dos será nuestro rival.

Y ese agradable estado provocado por el Sevilla FC ha tenido su continuación con una efeméride familiar: Ma. ha alcanzado la mayoría de edad. Sí, amigos, fue el lunes cuando cumplió los 18 años y, aunque le ha pillado en época de exámenes, encontramos alguna excusa para celebrarlo, quizá no como se merece, pero al menos intentamos que fuera un día especial.

Por la mañana, a medida que nos íbamos levantando y todavía con legañas en los ojos, la fuimos felicitando uno a uno. A mediodía, mi niña (¿ya no puedo llamarla así?) y yo nos fuimos a comer fuera para celebrarlo, cuando llegaron los demás, merendamos todos juntos con unos donuts de chocolate y de azúcar que había comprado A. (¡uno de cada clase para cada uno!) y le dimos los regalos. Y por la noche, cuando parecía que todo había acabado, decidimos irnos, to-dos, a cenar fuera. Sí, un lunes por la noche. Como tampoco se trata de tirar la casa por la ventana, había que buscar algo que no se disparara y que, a poder ser, no fuera ir a Mc Donalds. Como la decisión fue así, sobre la marcha, S., que muy obediente ya se había duchado y puesto el pijama, tuvo que volver a vestirse (no se le ocurrió nada mejor que ponerse la camiseta del Barça encima de la del pijama). ¿Dónde vamos?

Al final fuimos a una franquicia llamada "100 Montaditos", que precisamente los lunes tiene una oferta especial: todos los montaditos están a mitad de precio (gracias Ma. por  haber nacido un día en el que 18 años después caería en lunes y por tanto, con esa irresistible oferta) Si ya por la calle nos miraban, al entrar en el establecimiento fue la bomba: Una pareja guapa y joven entrando con 6 niños guapos es lo que tiene. Juntamos varias mesas y guiados por P. empezamos a pedir. Nos aconsejó que pidiéramos 4 montaditos por cabeza (si, como A. y yo, pensáis que un montadito es, eso, un trocito de pan con algo encima, resulta lógica la recomendación). Venga, como es el cumpleaños de Ma. pedimos también dos raciones de patatas fritas con 4 salsas. Cuando fuimos a recoger los montaditos comprobamos que son como mini-bocadillos lo que, sumado a las patatas fritas ya engullidas y -no lo olvidéis- esa pantagruélica merienda, hizo que su fagocitación resultara complicada. Al final, P. y yo nos comimos 5 y aún así sobraron 3 y 1/2. Ganas me dieron de usar unas cestas para recoger lo que sobró y así compararlo con el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Al salir, seguían mirándonos, aunque ya no sé si era por nuestra juventud y belleza o por nuestra forma de andar o el volumen de nuestras barrigas.

Por otro lado, parece ser que la fiesta que Ma. tenía previsto celebrar (perdón, la puesta) corre peligro. No encuentra un local adecuado (y adecuado a nuestro presupuesto) y la amiga con la que tenía previsto celebrarlo parece ir por libre. No os preocupéis por ella, ya está buscando otra forma de celebrarlo. Lo que tiene claro es que celebrarlo, lo celebrará ... eso sí, cuando acabe exámenes.

¡Me acabo de acordar de la segunda cosa que os quería decir: el dibujo que usamos para el recordatorio de la Primera Comunión de JP fue el número 1. Además de gustarnos, representa un paisaje muy nuestro, se trata de un puente que debemos cruzar para asistir a Misa en nuestra Parroquia, que es la que se ve al fondo del dibujo. Felicidades a las que acertasteis.