Siguiendo la tradición (no empezó como tal, pero bueno) iniciada con nuestros hijos mayores, el domingo me fui con JP a ver un partido del Sevilla FC en el Ramón Sánchez Pizjuán. Los billetes de avión los tenía reservados desde hace un tiempo y encontré una buena oferta de una noche de hotel muy cerca del estadio. La diferencia respecto de los casos anteriores, es que en esta ocasión iba a ser una sorpresa para JP. La idea era decirle que teníamos un plan con la clase de Mi. Cuando llegáramos al aeropuerto, pensábamos decirle que era una sorpresa, que íbamos a recoger a sus tíos y primos que viven en Ecuador. Mi miedo era la previsión del tiempo que decía que llovería en Sevilla y, aunque en My Fair Lady Audrey Hepburn dijera aquello de que "La lluvia en Sevilla es una pura maravilla", no sé, a mí no me hacía mucha gracia.
Pues bien, la sorpresa nos la dio él a nosotros. La noche del viernes al sábado se quejó de dolor de oído y el sábado por la mañana amaneció con fiebre. Le acompañé a Urgencias y allí se quejó también de que le dolía mucho una pierna. El médico se asustó (y me metió el miedo en el cuerpo) y quiso hacerle un análisis de sangre y una radiografía de la extremidad. Una vez descartada cualquier infección en la articulación y/o hueso, nos mandó a casa. En un aparte le comenté que teníamos previsto irnos a Sevilla y le pregunté si eso podía ser un inconveniente. Me dijo que no, que allí también había sistema sanitario (¿en serio?) y que como todavía no tenía nada (la fiebre solo es un síntoma), podíamos irnos tranquilamente. A mediodía A. y yo decidimos explicarle todo a JP y se puso muy contento.
Por la tarde estaba algo mejor por el efecto de los antitérmicos que le dimos y A. pudo ver cómo se habían inflamado sus amígdalas, por lo que volvió a llevarlo a Urgencias para decírselo al médico y que nos diera ya el antibiótico y empezar así el tratamiento lo antes posible. El médico, tras hacerle un frotis en las amígdalas con un bastoncito de algodón, descartó que tuviera algo. A. volvió muy enfadada. Y más se enfadó -y con razón- cuando JP pasó una muy mala noche del sábado al domingo.
El domingo por la mañana estaba hecho un asco, tanto que le planteé quedarse e irme con S. (ya lo haríamos pasar por JP en el embarque). No aceptó y quiso venir. Lo que empezó mal, siguió peor. En el aeropuerto nos encontramos con los jugadores y cuerpo técnico del otro equipo de la ciudad de Sevilla que venían de ganar al Llagostera (enhorabuena) y cogían el mismo avión que nosotros. Mal presagio.
En la fila para embarcar JP se sentó en el suelo porque -dijo- estaba muy cansado. Y el viaje se lo pasó durmiendo en mi regazo, despertándose varias veces con -dijo también- ganas de vomitar. Ya me veía yo un auténtico numerito en el vuelo, pero no, aguantó como pudo. Al llegar a Sevilla cogimos un autobús que nos dejaba muy cerca del hotel y allí intenté, con poco éxito, que comiera algo. Después, durmió una siesta reparadora (nunca mejor dicho). LO desperté para irnos al estadio y parecía estar algo mejor. Un nuevo chute de medicinas le estaba haciendo efecto.
El partido era contra el Granada y el resultado lo sabéis todos. ¿Cómo?, ¿que hay alguien que no lo sabe? Bueno, pues el Sevilla ganó 5-1. Hasta ese momento, JP solo había visto en vivo al Sevilla en un partido de Copa del Rey jugado en Sabadell el pasado 29 de octubre y que ganó 1-6. O sea, que el tío ha visto 11 goles de su equipo en solo 2 partidos. Estoy por llamar a la directiva y ofrecerles (por un módico precio) a este talismán. No sé si lo disfrutó mucho, pero dice que se lo pasó muy bien. Las entradas, espectaculares, fueron gentileza de su padrino. Todo un detalle.
El lunes, tras pasar una buena noche y tener voz de gangoso con una amígdala del tamaño de una nuez y con unas placas blancas chulísimas, lo dedicamos a pasear un poco por la ciudad. Visitamos unos puestos con figuras para el Belén en los alrededores de la Catedral y el Archivo de Indias, paseamos por el Barrio de Santa Cruz, los Jardines de Murillo y la Plaza de España. Comimos en el Prado de San Sebastián y después cogimos el autobús para el aeropuerto con mucha antelación para evitar disgustos y porque tampoco se trataba de machacar al chaval.
Ya solo queda S. y, la verdad, es que no sabemos qué hacer. El tío sigue siendo del Barça, así que todo eso que me ahorro, ¿no?
Os dejo algunas fotos:
Nuca de un jugador del Betis (si ampliáis podéis leer su lema, todo un acicate para afrontar un partido) |
Vista desde la ventanilla del avión (aunque no veamos el sol, ahí está) |
JP durante el viaje a Sevilla |
Mosaico en el Ramón Sánchez Pizjuán para celebrar la semana de la afición |
JP en el Patio de Banderas con la Giralda al fondo (esta foto es ya un clásico) |
Preparando la pista de hielo en el Prado de San Sebastián (palmeras, naranjos, sol ... hielo) |
Espacio Metropol (o Setas de la Encarnación) |
Qué mala suerte que se pusiera malo pero al final todo salió bien. me alegro. Vaya manía tienen los médicos de no dar antibióticos. Un beso.
ResponderEliminarSí, fue mu mala suerte. Y lo de los médicos, no lo entiendo
EliminarPobrecillo, que mala pata ponerse malo justo ese fin de semana. En cualquier caso, por las fotos se ve que lo disfrutó mucho, me alegro. La verdad es que es un planazo! Besos!
ResponderEliminarA mí me parece un planazo y a ellos, por lo visto, también ;-)
Eliminar¡Que fuerzas tienen los niños! Le he visto en la foto durmiendo, y solo de eso ya me ha empezado a doler a mí toíco el cuerpo.
ResponderEliminarAnda que al médico también ya le vale. ¿Qué le hubiera costado dejar el antibiótico recetado "porsi"? A mí me lo han hecho muchas veces.
Oye, y vaya suerte, que esa ratio de goles no la tiene cualquiera!!!
Por cierto, ¡FELICIDADES a MI.! Que veo que ni eso has actualizado.
EliminarEso digo, qué le hubiera costado.
EliminarTienes razón (y todo un detalle que te acuerdes), ni siquiera actualizo la edad de Mi. ;-)
No entiendo el enfado de Agripina. Agripina agradecería una explicación.
ResponderEliminarFelicidades al talismán, me parece encantadora la iniciativa que mantienes con tus hijos.
Buen Finde y Más Pater. ¿en marcha el pesebre?
Sí, porque si el médico le hubiera recetado el antibiótico, antes habríamos empezado el tratamiento y antes se habría curado.
EliminarYa se acaba esa tradición :-(
El pesebre casi acabado
Ayy prubitín, no habrá podido disfrutar como se merecía, seguro que el pobre pensaría si no podía haberse puesto malo, por ejemplo hoy.... jejejje
ResponderEliminarNo me parece mala idea que ofrezcas los servicios de talisman por un módico precio jajajajajajajaa
Besines
Ya, algo disfrutó, pero no todo lo que esperaba.
EliminarTodavía no me han contestado desde la Directiva del Sevilla