jueves, 10 de septiembre de 2015

Matteo

Os prometí en mi anterior entrada que os explicaría la historia (hasta donde yo sé) de Matteo y ... aquí estoy.

Lo conocí hace un tiempo cuando mi cuñado, sacerdote de la diócesis de Tortosa  y con muchísimas ganas de volver a tierra de misión (ya estuvo en las selvas peruana y hondureña), vino a vernos a casa y nos lo presentó. Nos contó algo de su historia y después volvimos a verlo en Semana Santa. Allí se hizo amigo de nuestros hijos (JP siente una especial devoción por él) y con una paciencia infinita pasaba largos ratos jugando con ellos a fútbol, baloncesto o lo que se terciara. Este verano he podido conocer algo más de su vida durante una sobremesa en la que me contó muchas cosas.

Matteo tiene 36 años y es de Venecia. Su madre, si bien era católica, no destacaba por su práctica religiosa y su padre, comunista convencido y comprometido (participaba en "reuniones" clandestinas), le enseñaba ruso desde pequeño. Las malas compañías hicieron que Matteo se adentrara en el mundo de las drogas, llegando a ser, no solo un gran consumidor, sino un traficante. Con veintipocos años tenía -y movía- mucho dinero y tres casas, una de ellas cerca de la frontera con Francia, lo cual le facilitaba mucho sus continuos viajes propios de la "profesión" o una posible huida. Viajaba también a países exóticos (Pakistán, India ...) que, aunque le atraían mucho por su espiritualidad, eran obligados para "abrir mercado" En esa época se preocupaba también por su imagen, llegando a hacerse siete piercings en la cara. No sé si sus padres estaban al corriente de las actividades de su hijo, pero de lo que sí eran conscientes era del rumbo que había tomado su vida.

Un día, estando en ese inmueble de su propiedad próximo a la frontera francesa, mantuvo una discusión con un amigo de ese mundo. Al parecer, el amigo le "insinuó" que le podía dar esa casa a él y la reacción de Matteo fue de un enfado tal que, mientras gritaba como un energúmeno, empezó a golpear los cristales que encontraba a su paso. El piso estaba en la quinta planta y, tras romper éstos, bajó hasta la calle rompiendo todos los cristales de cada una de las plantas por las que pasaba. Evidentemente acabó hecho un ecce homo y tuvo que ser ingresado en un hospital para curarle sus múltiples heridas. Estando en el hospital -no sabe muy bien por qué-. decidió llamar a su madre y explicarle algo de su vida. Su madre le propuso volver a casa y así lo hizo él. Allí pasó un tiempo intentando dejar atrás lo que había sido su mundo en los últimos años. Un familiar de su madre le habló a ésta de la Comunità Cenacolo, concretamente de Medugorije, en Bosnia-Herzegovina. Y allí se fue Matteo. Estuvo un tiempo hasta que no aguantó más y se fugó, volviendo a recaer en en sus malos hábitos de su vida anterior. Regresó a casa y a la Comunità. La vida en estas casas se basan en el trabajo y en la oración, nada más (y nada menos) y viven de la Providencia. Lo que más me llamó la atención a mí fue la figura del custodio. Es una persona que ha pasado por lo mismo que el que llega por primera vez y que su misión es acompañar a éste a todas partes. Sí, sí, a todas partes. Sí, al baño también. Si lo piensas un poco, debe ser duro ... pero también para el custodio. Tras estar cerca de 9 años en diversos centros de la Comunità (en varios ya como responsable), Matteo decide dar un nuevo sentido a su vida y es cuando aparece mi cuñado, a quien le propusieron acogerlo. Mi cuñado encantado y Matteo también. Durante este tiempo ha estado trabajando (los últimos meses en una granja de conejos a la que también dedicaré una entrada porque fuimos a visitarla) y hace unos meses nos anunció (lo hizo público el pasado 15 de agosto) que en septiembre ingresaba en el Seminario. Mientras me contaba su historia en esa sobremesa, le hice varias preguntas. Una de ellas fue que me explicara cómo es posible que un tipo como él, metido en ese mundo, llegue a un centro de la Comunità donde solo se trabaja y se reza (y con una lapa pegada a ti todo el día), deje todo aquello e inicie una nueva vida. Su respuesta fue muy sencilla: es un milagro.

Este verano visitamos el centro que tienen en Tarragona y sales de ahí impresionado. No pudimos asistir a ningún testimonio de alguno de los allí residentes porque era un día en el que había mucho visitante, pero conocimos a varios jóvenes (de todas partes) y como decía, impacta.

Aunque lo he resumido mucho, espero que haya quedado claro que lo que ha pasado con Matteo (y, gracias a Dios, no es el único) es un auténtico milagro. Si tuviera que destacar algún rasgo de Matteo, sin duda sería su espíritu de servicio. Está permanentemente pendiente de los demás. No sé si es por su etapa de custodio, pero lo cierto es que es así.

Bueno, mañana, 11 de septiembre, es el cumpleaños de JP (ya actualizo el esquema) y estoy un poco nervioso con lo que nos tendrá preparado nuestro Molt Honorable Artur Mas. Cada año se supera y después de manifestaciones, vías y demás actos festivos, no tengo ni idea qué le tendrá preparado este año a JP. A saber

19 comentarios:

  1. Hola. me gustó conocer la vida de Matteo después de caer en el pozo pudo salir gracias a la ayuda y el apoyo del centro de la Comunità. Creo que fue un milagro que pudiera romper con su anterior vida gracias al trabajo y al rezo... un ejemplo de que si se quiere se cambia de vida y para mejor. Seguimos en contacto

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    1. Me alegro de que te haya gustado. A mí, como ya he dicho, me ha impactado.

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  2. Desde luego esas historias son impactantes. Gente que ha llegado "tan alto" en ese mundo, y que gracias a Dios decide ponerle fin y coger justo el camino contrario... Los custodios, supongo que poco menos que santos. Porque habrá que ver lo que ven y lo que sufren, cuando ven a veces que su custodiado recae. Me alegro por Matteo.
    JP y su cumple... menos mal que no nació el 27 ;) ¡Felicidades de mi parte!

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    1. Efectivamente. Historias que animan y dan esperanzas. Gracias por la felicitación

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  3. He oído hablar de esa comunidad. Un beso.

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  4. Me impresiona esta historia... Cuánto mal vemcido por el poder de la oración... Gracias, Pater.

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  5. Desgraciadamente conozco bastantes casos de drogadictos... Y sí, este que cuentas es un milagro que llena el mundo de esperanza
    Felicidades a JP... y a mi niña grande también (cumple 6)

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    1. Eso es, llena de esperanza. Muchas felicidades a tu niña. Ya es una señorita

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  6. Hola Pater, sabes que muy religioso, lo que se dice religioso, no soy. Pero no deja de alegrarme las personas que dedican su vida a ayudar a los demás. De forma anónima, sin grandes medios y seguramente abandonando su propia vida para dar vida al ser humano. Creo en las personas, el ser humano es bueno por nacimiento, aunque algunas circunstancias lo hacen despreciable. Pero bueno, afortunadamente, tenemos custodios que nos ayudan a salir de ciertos pozos.
    Un abrazo para el custodio y otro para Matteo que ha querido sali palante

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    1. Claro que te alegra!!! Porque eres un gran tío ... bueno, espera, ¿tú eras del otro equipo de Sevilla, no? ;-)

      Me alegro verte por aquí. Tengo que pasarme por tu casa

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  7. A veces decimos muy rápido "todopoderoso", como si tal cosa, como si no significara lo que significa... pero ahí están sus milagros :)

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    1. Así es, Silvia. Nos "acostumbramos" a estas cosas (por lo menos yo). Bienvenida

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  8. Qué grande es el Cenáculo, Pater. Tantos milagros interiores como el de Matteo. Gracias por contar su historia.
    Aunque con mucho retraso, enhorabuena por la futura criatura. Dios os bendiga a esta gran familia. Un abrazo y todo mi cariño.

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    1. Muchas gracias Sunsi. La primera vez que oí hablar del Cenáculo, fue en una entrada tuya

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  9. Qué historia tan bonita, Pater! No conocía esa comunidad, pero hacen una labor que es... bueno, Matteo lo ha dicho, un milagro, son las manos de Dios. Y me alegro de que ese muchacho, de casi mi misma edad, por fin haya encontrado su camino, después de haberse perdido.
    Felicidades a JP, ya se va haciendo mayor...
    Un saludo

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  10. Felicidaades con mucho retraso a JP
    Historia bonita, cruda, real pero reconfortante para ver que siempre hay salida, sólo hay que encontrarla.
    Besines

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